Para la Tradición de la Antigua que practico, la muerte es a la vez el comienzo y el final del ciclo natural que sostiene el equilibrio Universal. Creemos en la reencarnación, en el aprendizaje que se acumula a través del tránsito de multiples vidas. Por supuesto, la sabiduría que se adquiere es parte de nuestra convicción que el espíritu humano, se nutre de un aprendizaje continuado - tanto lo que juzgamos moralmente bueno y malo -, una evolución energética y profunda que nos permite comprender al Universo como una intrincada y compleja estructura de posibilidades y creación. La muerte es de hecho, para la religión que practico, el necesario final de la construcción de la memoria Universal, en tanto somos parte de una expresión divina infinita y convalida nuestra presunción, que la persistencia de la memoria es eterna, profundamente evocadora.
Sin embargo, incluso bajo esa expresión espiritual, es inevitable sentir dolor y desesperación ante la perdida de un ser querido. En un intento de consolar el sufrimiento de quienes han padecido una perdida irreparable, transcribo aquí un ritual que pertenece al libro de las Sombras de mi abuela, que en cierta medida engloba nuestra percepción del duelo y el posterior proceso de aceptación y comprensión de este intimo y devastador momento.
Necesitarás:
7 velas blancas.
Incienso de zandalo.
Disposición:
Forma un círculo con las velas, en medio del cual te sentarás. Coloca el incienso de zándalo frente a ti. Ahora cierra los ojos y toma siete largas bocanadas de aire. En cada una de ellas, imagina que una parte de tu cuerpo se llena de un resplandor blanquecino y reconfortante. Visualiza que el aire a tu alrededor se vuelve cálido y exquisito, un suave velo que te envuelve con delicadeza. Cuando sientas que el nivel de tu energía ha llegado a un punto optimo, abre los ojos y enciende la primera vela ( la que se encuentre frente a ti ) e invoca de la siguiente manera:
Enciende la siguiente vela ( en el sentido de las agujas del reloj ):
La tercera vela:
La cuarta vela:
La quinta vela:
La sexta vela:
Y por último la septima:
A continuación, cierra los ojos y permitete llorar,lamentar la soledad o recordar lo que desees de esa persona que has perdido. No tengas verguenza ni temas expresar tus sentimientos de la manera en que lo desees o sientas que quieras hacerlo. Deja fluir las lágrimas o las sonrisas por los momentos que atesoras en el bosque de tu memoria. Rememora los momentos más intimos, los sencillos, los sentidos y significativos, disfruta de ellos, deja que te envuelva la sensación maravillosa de poderlos atesorar en tus pensamientos. Canta, llora, grita, no intentes reprimir ningún sentimiento. Necesitas dejar fluir la energía del duelo para encontrar el sentido del equilibrio que has perdido por el dolor. Todos las emociones son igualmente válidas y tienen una forma de expresarse muy personal. Imagina que te rodea un circulo de luz muy brillante, tan poderoso que por instante el mundo a tu alrededor desaparece en su resplandor: imagina que el tiempo no existe ni tampoco ningun otro lugar que tu recuerdo de esa persona que has perdido.
En Paz.
Sin embargo, incluso bajo esa expresión espiritual, es inevitable sentir dolor y desesperación ante la perdida de un ser querido. En un intento de consolar el sufrimiento de quienes han padecido una perdida irreparable, transcribo aquí un ritual que pertenece al libro de las Sombras de mi abuela, que en cierta medida engloba nuestra percepción del duelo y el posterior proceso de aceptación y comprensión de este intimo y devastador momento.
Necesitarás:
7 velas blancas.
Incienso de zandalo.
Disposición:
Forma un círculo con las velas, en medio del cual te sentarás. Coloca el incienso de zándalo frente a ti. Ahora cierra los ojos y toma siete largas bocanadas de aire. En cada una de ellas, imagina que una parte de tu cuerpo se llena de un resplandor blanquecino y reconfortante. Visualiza que el aire a tu alrededor se vuelve cálido y exquisito, un suave velo que te envuelve con delicadeza. Cuando sientas que el nivel de tu energía ha llegado a un punto optimo, abre los ojos y enciende la primera vela ( la que se encuentre frente a ti ) e invoca de la siguiente manera:
"La tierra se ha quedado en silencio
El mar danza en mis lágrimas
pero no he perdido la esperanza
En nombre de la Diosa
Confio en el poder de mi espiritu y mi corazón"
El mar danza en mis lágrimas
pero no he perdido la esperanza
En nombre de la Diosa
Confio en el poder de mi espiritu y mi corazón"
Enciende la siguiente vela ( en el sentido de las agujas del reloj ):
"Ruego al viento y al fuego
para que arda en mí
la convicción
que el amor y el conocimiento
que he aprendido de ti ( nombra la persona a quién deseas homenajear )
está conmigo
y lo estará por toda la eternidad
para que arda en mí
la convicción
que el amor y el conocimiento
que he aprendido de ti ( nombra la persona a quién deseas homenajear )
está conmigo
y lo estará por toda la eternidad
La tercera vela:
"Agradezco al Universo infinito
que ahora seas parte de mí
que tu voz y tu esencia vivan en mi corazón
que ahora seas parte de mí
que tu voz y tu esencia vivan en mi corazón
La cuarta vela:
"Que seas mi inspiración
que al recordarte me reconforte
tu recuerdo"
que al recordarte me reconforte
tu recuerdo"
La quinta vela:
"En nombre de la Diosa
Invoco la paz del amor
la fuerza de la convicción
y la comprensión del secreto del eterno camino
que hemos compartido"
Invoco la paz del amor
la fuerza de la convicción
y la comprensión del secreto del eterno camino
que hemos compartido"
La sexta vela:
"Que lleve el viento mi voz
hasta el resplandor del Sol
donde ahora estás
que se la danza de las estrellas tu nombre"
hasta el resplandor del Sol
donde ahora estás
que se la danza de las estrellas tu nombre"
Y por último la septima:
"En nombre de la Diosa y el Dios
y la voz del espiritu universal
prometo que en mi corazón
siempre estarás
Así sea"
y la voz del espiritu universal
prometo que en mi corazón
siempre estarás
Así sea"
A continuación, cierra los ojos y permitete llorar,lamentar la soledad o recordar lo que desees de esa persona que has perdido. No tengas verguenza ni temas expresar tus sentimientos de la manera en que lo desees o sientas que quieras hacerlo. Deja fluir las lágrimas o las sonrisas por los momentos que atesoras en el bosque de tu memoria. Rememora los momentos más intimos, los sencillos, los sentidos y significativos, disfruta de ellos, deja que te envuelva la sensación maravillosa de poderlos atesorar en tus pensamientos. Canta, llora, grita, no intentes reprimir ningún sentimiento. Necesitas dejar fluir la energía del duelo para encontrar el sentido del equilibrio que has perdido por el dolor. Todos las emociones son igualmente válidas y tienen una forma de expresarse muy personal. Imagina que te rodea un circulo de luz muy brillante, tan poderoso que por instante el mundo a tu alrededor desaparece en su resplandor: imagina que el tiempo no existe ni tampoco ningun otro lugar que tu recuerdo de esa persona que has perdido.
En Paz.
3 comentarios:
Hola. Me han gustado las invocaciones que se realizan en cada vela, son bien profundas y en general todo lo que has expresado.Regresar al equilibrio. Saber que el camino continua.
Un gusto encontrar tu sitio.
Saludos.
Gracias Nogard, me alegro que te gusten las invocaciones, pero debo decirte que no son mias: el ritual lo heredé de mi abuela y forma parte de la tradición de brujeria.
Un besote!
Gracias por pasar y comentar!
A si, :D si note que venian de enseñanzas... ;)
eh estado con poco tiempo estas semanas, pero trataré de leer más de lo que brindas ;)
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