La novela autobiográfica de Henri Cherriére, Papillon, de año 1968, se convirtió en un éxito de ventas a escala mundial. Describe las experiencias de un hombre que consigue escapar de una colonia penitenciaria de la Guayana francesa tras varios años de presidio. A causa de su gran número de contradicciones e incoherencias, ya los críticos pusieron en duda la autenticidad del relatos. Testigos de la época confirmaron que el libro describía fielmente los crueles métodos utilizados en el campo de prisioneros, que por aquel entonces ya no existía, aunque criticaron que Charriére hiciera suya las experiencias ajenas. A pesar de ello, el éxito de ventas en forma de libro justificaba por su gran cantidad de emocionantes descripciones de intentos de huida y la enorme precisión de los detalles, entre otras cosas, el éxito de taquilla en el cine. Era ésta una película sobre cárceles en un escenario exótico u dos grandes estrellas cinematográficas en los papeles principales.
El ladrón de cajas de caudales fránces Papillon (Steve McQueen), cuyo apodo procede de una mariposa que lleva tatuada en el pecho, es condenado a cadena perpetua en 1931, a pesar de ser inocente. Deberá pasar el resto de sus días en las islas Penitenciarias. El delgado contable y falsificador de documentos Dega ( Dustin Hoffman ), también se encuentra entre los condenados. Durante la travesía en barco, Dega teme por su vida, debido a que el dinero escondido en sus propios intestinos corre el peligro de cambiar rapidamente de propietario si alguien le raja la barriga. El astuto Papillon cierra un trato con Dega: le promete protección a cambio de que Dega financie su huida. Cuando llegan a la colonia , ambos prisioneros son destinados a trabajar en los pantanos. Dega se siente profundamente en deuda con Papillon tras evitar que un guardia lo golpee hasta la muerte. Papillon, que más tarde intenta huir precipitadamente, no llega muy lejos. Es castigado a dos años en régimen de incomunicación. No obstante, incluso durante su aislamiento no interrumpe el contacto con Dega. Éste, mientras tanto, ha conseguido con soborbos un trabajo más agradable en la administración de la cárcel y hace llegar cocos en secreto a Papillon. Se trata de un complemento esencial a la alimentación de prisión que apenas basta para sobrevivir. Pero, aunque todo se descubre y Papillon es castigado a permanecer varios años a oscuras y con media ración de comida, mantiene la boca cerrada. No traiciona a Dega. Más tarde, Dega y Papillon vuelven a encontrarse en el campamento penitenciario y emprenden otro intento de huida, esta vez conjuntamente.
Papillon narra la historia de la extraordinaria amistad entre dos hombres, caracterizada por la diligencia y la comprensión. "Mis pensamientos están contigo". Dega se dirige varias veces a Papillon con estas palabras, que expresan la más profunda simpatia y la especial relación que los une.
La puesta en escena del director Franklin J. Schaffner, que ya había tenido grandes éxitos con películas éxitos con películas como El planeta de los Simios (1968), o la oscarizada Patton (1969), juega con un audaz equilibrio entre la representación realista de las crueles condiciones de los prisioneros y algunos momentos humorísticos. Cuando Dega y Papillon deben atrapar en un pantano un cocodrilo supuestamente muerto pero que en realidad todavía puede morder, esta acción adpta un carácter de payasada. Incluso la huida saltando un elevado del muro se convierte en un "respiro cómico". Mientras la orquesta de la cárcel interpreta durante un concierto música de marcha para los colonos, Dega y Papillon intentan superar el obstáculo y parecen tan torpes como los policias de peliculas cómica de los últimos diez años. El resultado es un humor negro cómico y amargo a la vez.
Papillon no solo se limita a los tópicos de las peliculas de cárcelescomo los guardias sácidos o la huida de los prisioneros a través de un pantano. Como en muchas de sus películas, también aquí Schaffner vincula aspectos de la historia del cine con el contexto histórico y político de su narración. Así, en la adaptación cinematográfica del destino del último zar, en Nicolás y Alejandra (1971), en las escenas de masas y de revueltas recuría por ejemplo a técnicas de montaje como las que utilizó Sergej M. Eisenstein en La Huelga(1924) o en Octubre (1927). En Papillon consigue una simbiosis comparable entre la historia del cine y la historia contemporánea en la construcción y el dibujo del personaje principal. Por ello no es que casual que Papillon, después de pasar catorce años en la cárcel, se parezca a otro encarcelado de la historia del cine: en Un condenado a Muerte se ha escapado (1956), el director Robert Bresson narra, basándose también en testimonios reales, la reclusión de un combatiente de la Resistencia durante la ocupación alemana en Francia (1940-1944). De la misma forma que Papillón, ese personaje también está obsesionado con la huida . Ambos están poseidos por la mims ansia de libertad, que se expresa en su resistencia. No ahorran esfuerzos y arriesgan su vida para escapar a la opresión. El compositor cinematográfico Jerry Goldsmith corroboró esta relación al inspirarse en música francesa de la época. El principal tema "francés" de Papillon suena, finalmente, tras su éxito en la huida y domina el fondo sonoro. Lejos de lo que sucede en Europa, la música establece una vinculación entre el protagonista y su patria. El prisionero de la Isla maldita obtiene su identidad que procede de los combatientes de la Resistencia de su País. Libre en su modelo literario, Schaffner consigue así, de manera original, transmitir la historia al cine sin limitarse a la simple cita.
El ladrón de cajas de caudales fránces Papillon (Steve McQueen), cuyo apodo procede de una mariposa que lleva tatuada en el pecho, es condenado a cadena perpetua en 1931, a pesar de ser inocente. Deberá pasar el resto de sus días en las islas Penitenciarias. El delgado contable y falsificador de documentos Dega ( Dustin Hoffman ), también se encuentra entre los condenados. Durante la travesía en barco, Dega teme por su vida, debido a que el dinero escondido en sus propios intestinos corre el peligro de cambiar rapidamente de propietario si alguien le raja la barriga. El astuto Papillon cierra un trato con Dega: le promete protección a cambio de que Dega financie su huida. Cuando llegan a la colonia , ambos prisioneros son destinados a trabajar en los pantanos. Dega se siente profundamente en deuda con Papillon tras evitar que un guardia lo golpee hasta la muerte. Papillon, que más tarde intenta huir precipitadamente, no llega muy lejos. Es castigado a dos años en régimen de incomunicación. No obstante, incluso durante su aislamiento no interrumpe el contacto con Dega. Éste, mientras tanto, ha conseguido con soborbos un trabajo más agradable en la administración de la cárcel y hace llegar cocos en secreto a Papillon. Se trata de un complemento esencial a la alimentación de prisión que apenas basta para sobrevivir. Pero, aunque todo se descubre y Papillon es castigado a permanecer varios años a oscuras y con media ración de comida, mantiene la boca cerrada. No traiciona a Dega. Más tarde, Dega y Papillon vuelven a encontrarse en el campamento penitenciario y emprenden otro intento de huida, esta vez conjuntamente.
Papillon narra la historia de la extraordinaria amistad entre dos hombres, caracterizada por la diligencia y la comprensión. "Mis pensamientos están contigo". Dega se dirige varias veces a Papillon con estas palabras, que expresan la más profunda simpatia y la especial relación que los une.
La puesta en escena del director Franklin J. Schaffner, que ya había tenido grandes éxitos con películas éxitos con películas como El planeta de los Simios (1968), o la oscarizada Patton (1969), juega con un audaz equilibrio entre la representación realista de las crueles condiciones de los prisioneros y algunos momentos humorísticos. Cuando Dega y Papillon deben atrapar en un pantano un cocodrilo supuestamente muerto pero que en realidad todavía puede morder, esta acción adpta un carácter de payasada. Incluso la huida saltando un elevado del muro se convierte en un "respiro cómico". Mientras la orquesta de la cárcel interpreta durante un concierto música de marcha para los colonos, Dega y Papillon intentan superar el obstáculo y parecen tan torpes como los policias de peliculas cómica de los últimos diez años. El resultado es un humor negro cómico y amargo a la vez.
Papillon no solo se limita a los tópicos de las peliculas de cárcelescomo los guardias sácidos o la huida de los prisioneros a través de un pantano. Como en muchas de sus películas, también aquí Schaffner vincula aspectos de la historia del cine con el contexto histórico y político de su narración. Así, en la adaptación cinematográfica del destino del último zar, en Nicolás y Alejandra (1971), en las escenas de masas y de revueltas recuría por ejemplo a técnicas de montaje como las que utilizó Sergej M. Eisenstein en La Huelga(1924) o en Octubre (1927). En Papillon consigue una simbiosis comparable entre la historia del cine y la historia contemporánea en la construcción y el dibujo del personaje principal. Por ello no es que casual que Papillon, después de pasar catorce años en la cárcel, se parezca a otro encarcelado de la historia del cine: en Un condenado a Muerte se ha escapado (1956), el director Robert Bresson narra, basándose también en testimonios reales, la reclusión de un combatiente de la Resistencia durante la ocupación alemana en Francia (1940-1944). De la misma forma que Papillón, ese personaje también está obsesionado con la huida . Ambos están poseidos por la mims ansia de libertad, que se expresa en su resistencia. No ahorran esfuerzos y arriesgan su vida para escapar a la opresión. El compositor cinematográfico Jerry Goldsmith corroboró esta relación al inspirarse en música francesa de la época. El principal tema "francés" de Papillon suena, finalmente, tras su éxito en la huida y domina el fondo sonoro. Lejos de lo que sucede en Europa, la música establece una vinculación entre el protagonista y su patria. El prisionero de la Isla maldita obtiene su identidad que procede de los combatientes de la Resistencia de su País. Libre en su modelo literario, Schaffner consigue así, de manera original, transmitir la historia al cine sin limitarse a la simple cita.
1 comentarios:
Un clásico. Bien buena tu reseña. Por cierto se cuenta que Monsieur Cherriere, se quedó en Vzla después de huir de prisión. Abrió un bar-discoteca muy famos@ en los tiempos de mi niñez, a donde iba a parar una buena parte de la clase media hip de la época (años 60, principios de los 70s) que quedaba en la carretera vieja de Baruta y se llamaba Mi Vaca y Yo. El cuento está en la página de Caracas en Retrospectiva en Facebook ;) Saludos
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