lunes, 17 de enero de 2011
La voz del una intima sensualidad.
Creo que la estética en las obras de Isidre Nonell, tiene un sentido puramente personal, visceral y casi instintivo. Es una sensación, más que una propuesta meramente dicha, una creación dual, entre dos expresiones de una misma perspectiva. Hay algo de dolor pero también de un hedonismo palpitante, una idea creacionista que se desliza a través de las lineas reposadas y cuidadosas de los trazos, o del colorido vital que da forma a cada pensamiento del autor - o así me gusta suponer, al menos-. Un buen ejemplo de esta paradoja, es su pintura "Las gitanas", ( Circa 1902) que se encuentra en el Museo de Arte Moderno del MNAC, Barcelona.
Un nombre muy poco sugestivo tal vez, para una imagen donde una exquisita sensualidad tiene un lugar preponderante: Las gitanas de Nonell, elevándose en la escena con su belleza mediterránea, desdibujada y sentida. La estética rotunda del cuerpo en una perspectiva muy diferente a como la expresa Manet le da una corporeidad única a Olympia: Un lujurioso fragmento de luz muestra como a la altura del XIX como etapa, el pacatismo Europeo extravió el legado cultural hedonista del renacimiento en alguna habitación sórdida, un prostíbulo de las ideas sin más sentido que una sencilla voracidad carnal.
En Nonell, sin embargo es la densidad grávida del color superpuesto la que descubre la silueta como una expresión trágica, perdida en su propia contextura, entregado sin resistencia a la miseria de tan solo poseerse a sí mismo. El cuerpo como un elemento originario, sin más sentido que darle continuidad al tiempo silencioso, al mutismo venial del paso de las horas y los meses, un trozo inerme y lentamente despojado de su esencia originaria.
Todo esto a propósito de unos versos de valter hugo mãe:
gente de lã, golas
manchadas, um cobertor
pelas costas no fundo do dia, a
noite e a oração, deus nos perdoe a ferocidade, a dor tão
profunda, a comida mal servida,
o vocabulário dos
filhos, a virtude e o cheiro
das raparigas, o asseio da páscoa, a
pressa do terço e
a maldição do seu
nome
dormem pedras fechadas
tombadas no silêncio como en sustento
(Intento una traducción: gente de lana / gargantas manchadas, un cobertor por la espalda al fondo del día, la / noche y la oración, dios nos perdone la ferocidad, el dolor tan / profundo, la comida mal servida, / el vocabulario de los / hijos, la virtud y el olor / de las muchachas, el aseo de pascua, la / prisa del rosario y / la maldición de su / nombre // duermen piedras cerradas / tumbadas en el silencio como en sustento. De tres minutos antes de a maré encher, Vila Nova de Famalição, Edições Quasi, 2004, p. 10.)
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