Siempre me ha llamado la atención el hecho que ese fragmento cultural llamado "New Age" haya revivido el interés por la cultura celta e irlandesa. No obstante de la mezcla rara y equivoca de elementos que forman la deficiente corriente de pensamiento, un hecho reinvidica su existencia: el mostrar los prelegómenos de una cultura ancestral que durante siglos fue ignorada y olvidada por los anales oficiales de la historia.
Es necesario aclarar, llegados a este punto, que los celtas nunca se llamaron celtas a sí mismos. El término Keltoi data del siglo VI a.c. y lo acuñaron los atenienses para referirse a los bárbaros que habitaban tierra adentro en la región del mediterráneo. Y en este mismo sentido, es imprescindible destacar y tener muy en cuenta que los celtas dominaron por mucho tiempo gran parte del continente europeo, desde el mar negro hasta el atlántico. No tenían de sí mismos el concepto de nación. Eran grupos independientes, de tribus guerreras, cuyos asentamientos claves fueron Irlanda, Escocia, Gales y la península de Cornualles, en el sur de Inglaterra. En tanto, en el continente, Galicia, Asturias, noroeste de Portugal y el territorio de bretaña en Francia.
Hablaban lenguas relacionadas entre sí y compartían creencias y pautas culturales en cuanto al arte y a la guerra. En general, vivían en fortalezas en las colinas o en casas fortificadas en las llanuras. Estas casaseran circulares con tejado de paja en forma de cúpula. Y siempre tenían una chimenea en el medio que atravesaba el tejado y permitía encender el fuego central. Un gran caldero colgaba del mismo. Sus lugares de residencia no eran lujosos, pero sí le daban una importancia fundamental al adorno, sobretodo en su cabello. A los que no eran rubios los decoloraban con cal y los adornaban con cuentas de oro. Este material era muy abundante, lo mismo que la plata. Por lo tanto, decoraban con ellos sus joyas y sus armas.
Iban a la guerra desnudos, sólo ataviados con un collar que se llamaba torques y podía ser de oro, plata o bronce, de acuerdo al rango de quién lo portara.
Los griegos siempre hablaban de la impresión que causaba su desnudez, la blancura de su piel y los impetuosos sonidos de sus instrumentos. Desnudos, blanquísimos, gritando, con armas enjoyadas, azoraron a los ejércitos romanos.
Julio Cesar sometió a los galos (celtas de Francia) en el siglo II a.c. En el siglo V, los anglosajones invadieron territorios celtas. Luego, los vikingos atacaron desde Francia.
Es muy importante tener en cuenta que tanto el país gallego, como Asturias jamás fueron sometidos por ninguna de estas invasiones, ni aún por la expansión árabe posterior.
A finales de la edad media, la cultura celta comenzó a extinguirse. Ingleses y franceses se dedicaron a prohibirla en sus respectivos países. Prohibieron sus lenguas, su música. Sus nombres propios, sus derechos y hasta su vestimenta (por ejemplo en Escocia). Y en épocas contemporáneas este avasallamiento se repite. Durante la dictadura franquista se prohíbe la lengua y la cultura gallega. Pero como sabemos, contra los gallegos no se puede…
¿Qué es lo que tanto atrae de esta cultura? Tal vez su pasión por la libertad, su profundo sentido de la independencia, tal vez su “convivir con la naturaleza” o quizás su innata capacidad para vivir en lo mágico.
Su historia mítica, sus dioses y la concepción entera del universo celta están absolutamente traspasados por la magia. Y tal vez esa sea la clave: estamos siguiendo un mandato que emana d
e las colinas de Erin… y que nos pide que contemos la verdad…
Ciclo Mitológico Irlandés.
Irlanda permaneció pagana durante muchísimos siglos. Las primeras recopilaciones de relatos míticos se dan a partir del siglo VIII. Como de costumbre, las primeras recopilaciones se hicieron en los monasterios. De allí es que en muchos casos encontramos una gran contaminatio. Es decir, muchos elementos que tratan de enlazar estos mitos con la tradición bíblica. Los personajes del ciclo mitológico, como en todas las leyendas del mundo, fueron alguna vez seres de carne y hueso que habitaron la zona. Y el imaginario colectivo con el correr de los siglos los colocó en el sitial de dioses, héroes, etc.
Actualmente encontramos una gran diversidad de catálogos y un importantísimo número de fragmentos. Historias tomadas tanto de hechos reales como imaginarios y que, de por sí son la base de los anales poéticos de Irlanda.
La transmisión oral es lo que hace que la mayoría de los relatos tengan agregados según la época y el lugar. La mayor difusión popular de estas historias se daba cuando eran recitados en los grandes festivales: primero de mayo, Beltane; primero de agosto, Lughnasa; primero de noviembre, Sanhaim.
El tópico más importante del mito irlandés cuenta de manera supuestamente cronológica la forma en que distintos grupos divinos o humanos emigraron y se radicaron en la antigua Erin.
Básicamente el ciclo esta formado por siete fragmentos eminentemente mitológicos:
* emigración de Partolón
* emigración de Nemed
* emigración de los Firg Bols
* emigración de los hijos de Dana o Tuatha de Danann
* emigración de Milé a España
* emigración de los descendientes de Milé a Irlanda
* emigración de los Pictos, de Tracia a Irlanda y de Irlanda a Gran Bretaña.
Estas razas o familias de dioses siguen el modelo griego de las razas de oro, plata y bronce.
Las fuentes del ciclo parten de una gran composición del siglo XI, el libro de las conquistas o el “Lebar Gabala”. Dado que, como hemos dicho, al ser historias de transmisión oral no se habían conservado fuentes escritas. Pero en realidad, el ciclo mitológico llegaría hasta la época de San Patricio. Es decir, la época donde se dice que los irlandeses se convirtieron al cristianismo. El resultado de esto es que las fuentes escritas son una mixtura de las leyendas populares de transmisión oral y las interpolaciones que realizaron los monjes que redactaron las primeras fuentes escritas. Por lo tanto, es sumamente necesario para comprender esta cultura, poder separar la paja del trigo: los celtas fueron esencialmente paganos.
Según Hesíodo, la educación de los niños duraba un siglo y la estupidez de los mismos persistía en la madurez y colmaba de males el tiempo que les quedaba por vivir. Y según cuenta la leyenda de Tuan Mac Cairrill, la familia de Partolón se caracteriza por su ineptitud.
El documento más antiguo donde encontramos el nombre de Partolón se llama “Emigración de Partolón”. Este documento es la primera lista de historias épicas de Irlanda y parece datar del año 700 a.c. Ahora bien, esta leyenda fue completada introduciendo en el relato elementos cronológicos ajenos a la redacción primitiva. Por tanto, es muy difícil saber con certeza qué fue lo que realmente motivo a Partolón a dirigirse a Irlanda. ¿Partolón escapaba del diluvio Universal, cuando llegó a Irlanda? O más bien ¿huía del doble parricidio que le atribuyen los evemeristas cristianos?
Lo único que podremos decir al respecto es que, para los celtas, hubo una verdadera preocupación por saber cuál fue el origen de su población. Preocupación que se extendió a lo largo de los siglos, con agregados cristianos que hicieron que las leyendas celtas tuvieran, justamente, un sesgo pagano. De esta forma, el cristianismo transformó esas leyendas, afectándolas con su cosmovisión. Es por esta razón que, por ejemplo, Partolón es vinculado al diluvio universal. Si tomamos la fecha que nos da el Génesis, nos encontramos a un Partolón que llegaría en el 1480 a.c. (aprox.). Según las tradiciones evemeristas que vinculan Partolón con el Génesis, él era de origen griego y se había asentado en una región siciliana, bajo control griego. Según esta versión, huyó de la isla tras matar a sus padres, quienes querían otorgar el reino a su hermano. Por esta razón fue desterrado de su tierra y recibió el “castigo” que consistió en la extinción de su raza. Claro que el “castigo” fue realizado por obra divina, ya que la raza de Partolón se extinguió por una peste que terminó con su linaje al cabo de una semana. La única certeza que podremos tener respecto de Partolón es que fue uno de los primeros habitantes de la antigua Erin.
Ahora bien, cabe aclarar que si bien la raza de Partolón es mencionada como una de las primeras razas en habitar Erin, hay otros relatos que sostienen que los primeros habitantes de Irlanda fueron los Fomoré. ¿Pero qué pasó con estos habitantes primitivos? ¿Fueron exterminados por el diluvio universal? ¿O Fueron derrotados, precisamente por la raza de Partolón?Estos interrogantes serán respondidos con la leyenda de Tuan Mac Cairill. Ahora propongo que nos concentremos en los pocos datos que tenemos de Partolón y cómo fue su vida en Irlanda. Según Eochaid ua Flainn, muerto en el 984, y Girauld de Cambridge, Partolón habría llegado a Irlanda el primero de mayo, día de la fiesta de Beltené o del dios de la muerte, primer antepasado del género humano. Esta indicación concuerda con la principal figuración geográfica contenida en su leyenda. A saber, cuando Partolón llegó a Irlanda, desembarcó por Inber Scené que está ubicada en el extremo sudoeste, la región que más allá del Océano donde los celtas difuntos encontraban una nueva vida bajo el reinado de la muerte. Cuenta la leyenda que la raza de Partolón fue exterminada el mismo día que se celebraba el festejo dedicado al dios de la muerte, el primero de mayo. En este sentido, según las creencias célticas, los muertos van a habitar más allá del Océano, al sudoeste, donde el sol se oculta la mayor parte del año. Según los celtas, los primeros habitantes de Erin provienen de ese país misterioso, al que irlandés se llamó de “mag mar”, la gran llanura, “mag meld”, la llanura agradable. Ahora bien, en las creencias cristianas no existía equivalencia alguna para ese nombre pagano, y, como bien menciona H. D`Arbois de Jubainville, los cronistas cristianos sustituyeron estos términos por el nombre latino de la península ibérica, Hispania. Es por esta razón que Nennius nos dice, en un pasaje de la “historia de los bretones”, que es un texto que data, aproximadamente, del siglo x de nuestra era que: “En último lugar llegaron a Irlanda los scots, que venían de España. El primero fue Partolón, que llevaba consigo mil compañeros, tanto hombres como mujeres. Su número creció hasta llegar a cuatro mil; entonces les atacó una enfermedad epidémica y murieron (…) en el término de una semana”.
Otra cosa que se sabe por los poemas de Eochaid ua Flainn es que Partolón tenía tres hijos, uno de los cuales e llamaba Rudraige. Este murió y cuando se cavo la fosa, surgió de ella una fuente tan abundante que de ella resultó un lago, al que se llamó Loch Rudraige. Las leyendas dicen que con la llegada de Partolón a Irlanda, el número de llanuras se elevó “milagrosamente” a tres. Las tradiciones evemeristas atribuyen la creación de dichas llanuras al trabajo de los hijos de Partolón. Por supuesto, sabemos que los celtas eran un pueblo guerrero. Por lo tanto, todos los grupos tuvieron su guerra. La familia de Partolon se enfrenta en la batalla de Mag Itha contra los formore. Esta batalla enfrenta a Partolon con un guerrero llamado Cichol Gricenchos. También participaron en el combate hombres que tenían una sola mano o una pierna. Cichol era el jefe de los fomorianos, o dioses de la muerte, del mal y de la noche. Los formore eran gigantescos y demoníacos. Y supuestamente habían llegado a Irlanda doscientos años antes que Partolón en seis navíos que transportaban en 50 hombres y 50 mujeres. Partolón los derrotó y liberó a Irlanda del enemigo extranjero.
Nemed y los Fomore:
También algunos agregan que había venido con 44 navíos y perdió 43 en el camino. Era de origen Escita. Así como en todas la historia del Libro de las Invasiones, las leyendas van sumando y aparecen relatos incorporados en diversas épocas.
Durante el reinado de Nemed, se introdujo en Irlanda la fundación de fortalezas redondas, llamadas Raith, que los reyes sucesivos de Irlanda habitaron en adelante... Cuenta la historia que el foso de una de ellas fue cavado en un solo día por cuatro obreros que eran hermanos. Pero al día siguiente Nemed los mató, porque tanta habilidad le asustaba y temía que pudieran convertirse en poderosos enemigos suyos. Se cuenta que estos hermanos eran Fomore y Temed; el rey temía que pudieran tomar la fortaleza con tanta habilidad.
Estos Fomore son los dioses de la muerte y de la noche, como hemos dicho, y tanto como a Partolon, también a Nemed le tocó luchar con ellos.
Según el libro de las invasiones, estos Fomore habían llegado por mar, lo cual es lógico teniendo en cuenta que se trata de una isla, y agrega que entre ellos había monstruos que tenían una sola mano y un solo pie. Unos dicen que eran enanos y otros que eran gigantes.
Nemed luchó contra los Fomore en cuatro ocasiones y venció en todas ellas. La primera batalla, Murbolg, tuvo lugar en el Ulster, la segunda, Badbgna, en Connaught,la tercera, Cnamros, en Leinster. En la última batalla, la cuarta, Nemed venció y mató a los dos reyes. El relato de estas batallas lamentablemente se ha perdido.
Poco tiempo después de vencer por última vez, Nemed, murió victima de una enfermedad epidémica, que a su vez acabó con la vida de otras 2000 personas.
Así fue como, privados de su rey, los descendientes de Nemed fueron víctimas de la terrible tiranía de los Fomore, quienes estaban encabezados por dos reyes: Morc y Conann.
Conann tenia una fortaleza que habría sido construida en la isla de Tory, en el noroeste de Irlanda, y se dice que los Fomore habíanfundado allí su fortaleza, haciendo de ésta su asiento principal. Desde allí dominaban toda Irlanda y exigían de ella un tributo muy importante. Se trataba un impuestoanual: los dos tercios de los niños que nacieran y los dos tercios del trigo y la leche que se produjera durante el año.
El impuesto se cobraba exactamente la noche del 1 de noviembre, es decir, la fiesta de Samhain, el fin del verano y el comienzo del invierno. Se efectuaba en la llanura de Mag Cetne, ‘llanura siempre idéntica’, donde acaba lo viviente y los dioses de la muerte ejercen su poderío.
Los excesos de la tiranía de Conann llevaron a los descendientes de Nemed arebelarse. Cuenta la leyenda que 60000 descendientes de Nemed, bajo el mando de tres jefes, Erglann, Semul, y Fergus Lethderg, atacaron a los Fomore y lograron tomar la torre de Conann.
Conann fue muerto por Fergus. Pero Mor, el otro rey fomoriano, aunque no llegó para salvar al rey, logró dominar a los hijos de Nemed y ponerlos en fuga; vengó en ellos la muerte de su amigo: se ensañó tanto que de los 60000 solo quedaron 30.
La Llegada de los Fir Bolg:
Estos Fir Bolg, en realidad eran un compuesto de tres pueblos: Fir Bolg, u hombres de Bolg, los Fir Domnann, u hombres de Domna y los Galiain. El más importante eran los Fir Domnan.
Cuenta la leyenda que los hijos de Nemed que huyeron se refugiaron en Grecia, pero se encontraron que no era un pueblo que se pudiera llamar hospitalario, yaque los condenaron a la esclavitud. Los obligaron a trabajar en la transformación de una llanura rocosa en tierra fértil, para lo cual se veían obligados a tomar tierra de la llanura, meterla en bolsa de cuero (Bolg) y transportarla sobre su espalda. Fue así que 5000 de ellos se rebelaron y transformaron en barcos las bolsas de cuero en las que habían transportado la tierra y se dirigieron a Irlanda. Formaron tres flotas, la de los Fir bolg, los Fir Domnann y los Galioin.
Entre el episodio de la torre de Conann y la llegada de los Fir Bolg, habían transcurrido unos 200 años, pero esta es una interpolación más. La tradición mitológica no hace ningún tipo de cronología.
Se dice que los Fir Bolg tuvieron nueve reyes. El último y más notable fue Eochaid mac Eirc, llamado también Eochaid “el soberbio”. Se dice que gobernó durante 10 años y que durante ese tiempo no cayó en Irlanda ni una sola tormenta, solo rocío.
Apareció el derecho y desapareció la guerra.
Taltiu, era la esposa de Eochaid fue la madre nutricia del dios Lug, uno de los Tuatha de Danann, un jefe de los dioses de la luz y de la vida que en próximas apariciones conoceremos.
Es bueno saber que, entre estos dos grupos de enemigos, tanto Fir Bolg, como Fomorianos y Tuatha de Danann, había contactos más íntimos de lo que se puede pensar. Lug, quien mató a Balor, rey de los Fomore, era su nieto.Eochaid mac Eirc perdió la vida luchando contra los Tuatha de Danann, pero Lug, no se olvido de Taltiu, y se ocupó de su funeral. Y en el lugar donde Taltiu había vivido, Lug estableció una asamblea. Taltiu habría muerto un 1 de agosto. Y la asamblea comenzaba 15 días antes y terminaba 15 días después. El nombre de Lug se asociaba al de su madre adoptiva, ya que el 1 de agosto, día principal de la asamblea, se celebrabala “Fiesta de Lug”. La tradición atribuye a Lug la invención de las fiestas con fecha fija.
La leyenda de Tuan Mac Cairrill:
Sólo se conocen tres manuscritos acerca de esta leyenda: uno que data del siglo XII; otro que data del siglo XV y otro manuscrito que data del siglo XVI. Estos manuscritos nos retrotraen a la mitad del siglo VI. San Finnen acababa de llegar a Irlanda con su Evangelio. Cuenta la leyenda que San Finnen fundó un monasterio en Mag-bile en Ulster. Un día, acompañado de sus discípulos, fue a visitar a un rico guerrero que vivía en ésa misma localidad. Pero el guerrero no permitió que los sacerdotes entraran en su recinto. Así, San Finnen se vio obligado a recurrir al ayuno.La abstinencia de alimentos, por aquellos días, era un “arma” que la ley irlandesa ponía a disposición de los indefensos, cuando éstos eran víctimas de una injusticia y querían que los poderosos cedieran a sus peticiones. San Finnen ayunó delante de la fortaleza del guerrero, quién finalmente se apiadó y lo dejó entrar a su fortaleza.
Acabada la visita, Finnen regresó a su monasterio y habló a sus discípulos de su encuentro con el guerrero que supuestamente era “maligno” es decir, que era pagano.
A la mañana siguiente, el noble guerrero llegó a la morada del sacerdote e invitó a los discípulos del clérigo a su fortaleza para contarles las remotas historias de Irlanda. Ellos asintieron y lo acompañaron a su fortaleza, donde celebraron el oficio del domingo, salmodia, predicación y misa. Así, el misterioso guerrero les contó lo siguiente:
Soy originario del Ulster. Mi nombre es Tuan, hijo de Carell (en irlandés, Tuan Mac Cairrill); mi padre era hijo de Muredach Munderc; pero hubo un tiempo en que me llamaban Tuan, hijo de Starn, hijo de Sera. Starn mi padre era hermano de Partolón.
Hasta el presente, Irlanda ha sufrido cinco invasiones. Nadie había venido antes del diluvio, y nadie vino hasta 312 años después de éste. (Según otro texto, Tuan no mencionaba el diluvio)
Entonces Partolón, hijo de Sera, vino a establecerse a Irlanda. Había sido desterrado; le acompañaban veinticuatro hombres, cada uno de los cuales venía con su mujer. Sus compañeros no eran particularmente inteligentes. Vivieron en Irlanda hasta que llegaron a sumar cinco mil de la misma raza. Entonces les atacó una enfermedad mortal y todos perdieron la vida en el término de una semana; sólo un hombre sobrevivió.
Ese sobreviviente único fui yo.
Cuando me quedé solo, fui de fortaleza en fortaleza, de roca en roca para ponerme al abrigo del ataque de los lobos. Durante veintidós años no hubo en Irlanda más habitante que yo. Vivía en las rocas y desiertos; pero ya no podía correr, y las cavernas me servían de asilo.
Fue entonces cuando Nemed, hijo de Agnoman, tomó posesión de Irlanda. Su padre era un hermano del mío. Lo ví desde lo alto de las rocas y me las ingenié para no ser descubierto.
Mis cabellos y mis uñas eran largos; estaba decrépito, gris, desnudo sumido en la miseria y el sufrimiento. Una noche me dormí y por la mañana, desperté con una forma diferente: me había transformado en ciervo. Había vuelto a encontrar mi juventud y la alegría de mi espíritu, y canté versos sobre la llegada de Nemed y de su raza, así como sobre la metamorfosis que yo mismo acababa de sufrir. Cuando hube tomado esa forma animal, me convertí en el jefe de los rebaños de Erin. ¡Grandes manadas de ciervos marchaban a mí alrededor! Así fue mi vida en los tiempos de Nemed y sus descendientes.
He aquí lo que les había ocurrido a Nemed y a sus compañeros durante su viaje a Irlanda. Habían partido con una flota de 34 barcas, con treinta personas en cada barca. Una vez en camino, se extraviaron durante un año y medio, hasta que naufragaron, pereciendo casi todos de hambre y de sed. Sólo nueve personas escaparon al desastre: Nemed, cuatro hombres y cuatro mujeres. Esas nueve personas fueron las que desembarcaron en Irlanda. Tuvieron tantos hijos que llegaron a ser cuatro mil treinta hombres y cuatro mil treinta mujeres; pero luego murieron todos.
Entretanto yo había caído en la decrepitud: había alcanzado una extrema vejez.
Entonces, un día, cuando estaba en la caverna, la forma de mi cuerpo cambió y fui transformado en jabalí. Fui rey de los rebaños de jabalíes de Irlanda y permanecí fiel a mi costumbre de pasearme por los alrededores de mi casa cuantas veces volvía a esta región del Ulster. Mi metamorfosis siempre se produjo aquí, y por eso siempre volvía para esperar la renovación de mi cuerpo.
Después se estableció en esta isla Sesión, hijo de Stariat. De él descendieron los Fir Domnann, los Fir Bolg y los Galian, que poseyeron Irlanda durante un tiempo.
Paisaje Irlandés
Entonces llegué a la decrepitud. Vivía en cavernas sombrías, en rocas poco conocidas y, estaba solo. Ayuné durante tres días (había olvidado decir que cada una de mis metamorfosis había sido precedida por tres días de ayuno).
Fui metamorfoseado a un gran buitre. Devine curioso y activo, recorría toda Irlanda y estaba al tanto de cuanto pasaba. Beothach, hijo de Iarbonel el profeta, después de vencer a las razas que ocupaban la isla, se apoderó de ella. De Beothach y Iarbonel descienden los Tuatha de Danann, falsos dioses a los que se remonta el origen de los sabios irlandeses. Es probable que el cielo haya constituido el punto de partida de su viaje: sólo así se explican su ciencia y la superioridad de su intuición. En cuanto a mí, conservé largo tiempo la forma de buitre, y aún la poseía cuando llegó a Iralanda la última de las razas que la ocuparon.
Los hijos de Milé fueron quienes conquistaron esta isla a los Tuatha de Danann. Entretanto, conservé la forma de buitre hasta el momento en que, encontrándome en el agujero de un árbol, ayune durante nueve días. El sueño se apoderó de mí y allí mismo fui convertido en salmón.
A continuación dios me puso en el río para que viviera allí. Me encontré bien, activo y satisfecho. Sabía nadar bien y escapé durante largo tiempo de todos los peligros, tanto de las manos de los pescadores armados de redes, como de las garras de los buitres y de los venablos que me lanzaban los cazadores para herirme.
Sin embargo, Dios, mi protector, un día decidió poner término a este dichoso destino. Las bestias me perseguían, casi no existía lugar alguno donde no encontrase un pescador al acecho con su red. Uno de esos pescadores me atrapó y me llevó a la mujer de Carell, rey de este país. Lo recuerdo muy bien. El hombre me puso en la parrilla y desperté el apetito de la mujer, que me comió entero, de tal suerte que me encontré en su vientre. Recuerdo el tiempo que pasé en el vientre de la mujer de Carell, las conversaciones sostenidas en la casa y los acontecimientos que por entonces sucedieron en Irlanda.
Tampoco he olvidado cómo, después de eso y cuando ya era un niño pequeño, empecé a hablar como todos los demás hombres. Conocía todo cuanto había sucedido en Irlanda. Fui profeta, y me dieron un nombre: me llamaron Tuan, hijo de Carell. Eso sucedió inmediatamente después que San Patricio trajera la fe a Irlanda.
Como podemos apreciar, esta historia es esencialmente pagana. La creencia en la metamorfosis que explicaría la maravillosa sabiduría de ciertos hombres, constituye una concepción céltica que también encontramos en el país de Gales. La idea de que un alma podía revestir sucesivamente diversas formas físicas en este mundo era la natural consecuencia de una doctrina céltica bien conocida en la antigüedad. Según esta doctrina, los difuntos encuentran un cuerpo viviente en la misteriosa comarca donde van a habitar bajo el cetro seductor del poderoso rey de los muertos. Así pues, la leyenda de Tuan hunde sus raíces en uno de los principios fundamentales de la teología de los celtas paganos. No obstante fue en la época cristiana cuando se comenzó a prolongar la vida de Tuan hasta los tiempos, de San Finnen, es decir hasta el siglo VI d.C. Girauld de Cambrie escribe: En las historias de Irlanda leemos que Tuan sobrepasó largamente la longevidad de todos los patriarcas bíblicos. Por increíble e impugnable que parezca, alcanzó la edad de mil quinientos años. El milagro de esa excesiva longevidad sólo puede haber sido imaginado en Irlanda después de conocerse el Génesis. Pues bien, ese detalle de la leyenda de Tuan sólo pudo ser conjeturado por un autor que había leído la Biblia. En la época pagana hubiera resultado inútil dilatar la vida de Tuan hasta una fecha tal.
La invención de este personaje sólo tuvo un objetivo: explicar cómo pudo llegar hasta los irlandeses la historia de tres razas que antaño, según se decía, habían ocupado Irlanda; y de las cuales no descendían los ancestros de la actual población de Irlanda. Gracias a sus metamorfosis, Tuan había podido asistir a las sucesivas llegadas y desapariciones de las tres razas que precedieron a los hijos de Milé. Había sobrevivido a estas tres razas. Vuelto a su condición de hombre en tiempos de los Milesios (hijos de Milé), les había narrado la historia de esos pueblos primitivos. Una vez conocidos por la raza de Mile, esos viejos relatos, se habían transmitido de padres a hijos y de poeta a poeta.
La leyenda de Cessair.
Cessair, hija de Bith, a su vez, hijo de Noé. Cuando éste estaba construyendo el arca, Bith le pidió un lugar para él y su hija, pero Noé se lo negó. Pero le dijo a Cessair que partiera hacia las naciones más occidentales. Otros dicen que Cessair adoraba un ídolo, por eso Noé se negó a refugiarla, y fue este ídolo quien le aconsejó como embarcarse y a donde ir y buscar un lugar muy lejos donde refugiarse del diluvio.
"... y después de navegar siete años y tres meses, llegó con ellos a las costas de Irlanda."
Cessair partió con tres naves y después de navegar siete años y tres meses, llegó con ellos a las costas de Irlanda. Dos de los navíos naufragaron y solo tres hombres se salvaron, además de Cessaire, su padre Bith, Ladru y Fintan, y además 50 muchachas. Lo primero que hicieron fue repartirse las mujeres, a Fintan le tocaron 18 además de Cessaire, a Bith y a Ladru, 16. Hacía cuarenta días que habían llegado a Irlanda cuando empezó el diluvio. Primero murió Ladru, luego Bith y finalmente las aguas alcanzaron a Cessair y a las 50 jóvenes que habían tratado de refugiarse con ella. Solo se salvó Fintan.
Este Fintan es otra versión de Tuan, (que vimos en el anterior artículo), un poco más construida ya que no sufrió las metamorfosis que debió soportar Tuan, y además vivió mucho más, ya que Fintan llegó a los 5000 años. Evidentemente, durante este largo periodo fue testigo de toda la historia, y fue reflejando en varios poemas que se le atribuyen sus múltiples vivencias
Así nos relata Fintan su vida durante el diluvio:
¨Permanecí durante un año sumergido en un sueño muy bueno, mientras a mi alrededor el diluvio hacia crecer olas poderosas. Después encontré mi camino sobre el agua, aquí en Irlanda (…) Irlanda estuvo vacía hasta que llegó el hijo de Agnoman, Nemed, el de las costumbres brillantes. Mucho después vinieron los Firg Bold y los Firg Galian, y también los Firg Domnann; desembarcaron en Erin, al oeste. Después llegaron los Tuatha De Danann en su capucha de niebla. Viví con ellos largo tiempo: sus combates eran poderosos. (…) Soy el bello Fintan, hijo de Bochra; lo digo con orgullo. Después de que vino le diluvio soy en Irlanda un importante personaje”.
Las leyendas precedentes no son celtas, sino que constituyen una interpolación posterior que, inspiradas por la leyenda de Partolon y la de Tuan, hace que tengan un claro trasfondo celta. Pero como dijimos antes, es importante tener en claro que esta fase de la mitología celta, mitad histórica y mitad fantástica, ha sido contaminada por las creaciones de la Irlanda cristiana.
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