viernes, 4 de mayo de 2012
Cuando Venezuela se trivializa: Caracas, ciudad de Despedidas.
Hace más de cinco años, comencé a despedir gente en el aeropuerto. Despedí a una de mis mejores amigas, a varios de mis primos, a alguien que ocupa una habitación relativamente espaciosa en mi mente. Y al principio, era un shock: Un enorme dolor, esa separación cruda, tan sin vueltas atrás o con toda la apariencia de serlo. Después, me habitué, con el corazón chiquito, a quedarme de pie en el andén y desearles los mejor, aguantándome las lágrimas para no hacerlo peor para ellos - y para mí - y después, sentándome a llorar a solas en un rincón, pensando en que mi vida se iba quedando progresivamente sola a medida que la situación en Venezuela obligaba a este éxodo en cuenta gotas. De pronto, comencé a preguntarme cuando me tocaría a mí, si es que realmente tendría el valor para hacerlo. Si algún día sería yo la que arrastraría mi pequeña maleta llena de esperanzas quebradizas y temores y caminaría muy rápido, sin mirar atrás para no tener que despedirme una y otra vez de los que dejo en Venezuela.
Por tanto, la temática de la emigración del Venezolano al exterior - por la razón que sea - me toca de cerca. Porque además de todos los que conozco que han tenido que abandonar el país buscando seguridad, tranquilidad, paz, simplemente una manera de vivir más allá del miedo, están los que aguardan en fila. Los que extrañan más allá de la frontera, los que necesitan emigrar para lograr cristalizar sus sueños. Y cada día son más. Y todos los días suma un nombre a la lista de las personas que en medio de una sensación de incredulidad y angustia, toman la decisión de construir una vida lejos de Venezuela. Una idea que escrita aquí, puede parecer vaga y abstracta, pero que engloba el sentido de una pérdida intima: leía a una chica comentar que cuando estás en otro país extrañas todo, hasta el sabor del aire y la manera de caminar. Y es que esa ausencia abarca todo lo imaginable, llena cada parte de tu nueva vida, de la manera de soñar y crear. A veces, me imagino en soledad, sin el sol de Caracas, sin el Ávila familiar, sin mis recuerdos y mi identidad de hogar y siento terror. Y solo en ese momento, comprendo cuan enorme es la idea de ese abandono voluntario, de esa última mirada a todo lo que consideras personal.
Tal vez por ese motivo, no sentí otra cosa que tristeza cuando vi el seudo documental "Caracas: La ciudad de despedidas", el nuevo fenómeno viral que inundó las redes sociales de Venezuela y que actualmente se ha convertido en el tema de conversación recurrente allí a donde vayas. Me entristeció la banalidad, la manera trivial como este grupo de jóvenes intentó hablar ese abandono tan doloroso como en ocasiones inevitables, que supone abandonar el país que te vio nacer. Incrédula, durante los diez y siete minutos y un poco más de metraje, me pregunté una y otra vez, que sentido tenía presentar a un grupo de ventiañeros - quizás más jóvenes - ponderando sin sentido alguno lo que es probablemente una de las decisiones más duras que el adulto joven venezolano se ha visto en la necesidad que tomar. Y sí, al principio me enfurecí. Sentí una ira seca, dura, mientras veía la caricaturas del estereotipo, intentando explicar a la audiencia porque se irían de Venezuela, machacando lo peor de esta generación que no conoce otra cosa de desarraigo. Y tentada estuve de quedarme con la cólera: ¿que otra cosa puede despertar un documento visual irrespetuoso, por el simple hecho de esquematizar? ¿Que otro sentimiento puede expresar la idiotez llevada a discurso que el documental transmite como aparente reflejo de lo que vivimos? Pero después, llegó la tristeza. Llegó la tristeza de comprender que quién sea haya hecho el documental, realmente no ha perdido a alguien sin perderlo, no conoce ese limbo tan doloroso de las llamadas esporádicas, de las noticias que llegan de vez en cuando, de ser testigo de la vida de alguien más a través de la distancia. Aun peor, mientras el vídeo corría, pensé en las noches de lágrimas y miedo, de todos aquellos que han tenido que comenzar de nuevo en medio de un país que no les reconoce. En una soledad fortuita, dolorosa, angustiosa, tan personal que cuesta imaginarla, sentada aquí, aun bien protegida por el sabor de casa, por el sonido de Venezuela, por la identidad de caraqueña. Cuando finalmente el vídeo terminó, me quedé pensando por horas que la tragedia de Venezuela - la pasada, la futura, la de siempre - es justamente esa trivilización tremenda de lo que vivimos, la risa idiota dentro del concepto de lo duro, lo crudo, lo destructor. Y de hecho, para mí el valor - el único quizá - de este documental de la tonteria, de la sencilla idea de decir sin expresar, solo para obtener un minuto de debate necio, es esta comprensión que Venezuela sufre este período histórico de debacle, no por los errores políticos cometidos o por cometerse, no por las malas decisiones generales, sino por la frugalidad y la ignorancia. La circunstancia de esta ruptura social que construye un discurso semejante y más preocupante aun lo reconoce como propio, no es otra cosa que la conciencia que el venezolano es el eterno adolescente, el eterno niño sin causa ni objetivo. El eterno risueño, que nunca termina de aceptar que Venezuela se está desplomando en medio de esa llaneza, de esa superficialidad, de esa nada fecunda que llamamos pensamiento nacional.
Y sí, Caracas es la ciudad de despedidas. Pero no las despedidas entre tonterias y palabrería necia, sino el silencio de todos los que sabemos que Venezuela se vuelve cada día más árida, más inhóspita, más destructura. Muy probablemente un día, seré yo quién tendrá que aguantar las lágrimas para no hacerlo peor, mientras dejó atrás mi nombre, mi historia y mi vida como la conocí en busca de simple paz.
C' est la vie.
Y por si alguien no ha visto el documental - cosa que dudo a estas alturas - lo incluyo aquí:
23 comentarios:
Yo he despedido a muchos amigos, a tres de mis sobrinos y a mi hijo. He tenido que aprender a acostumbrarme a ese vacío, al saber que sólo se cuenta con la habladita por skype y a ver las foticos por Facebook, a saber que el abrazo, el beso, el prepararle su comida favorita, el despertarlo en las mañanas sólo podré disfrutarlo una vez al año cuando venga, con suerte tal vez dos. Cuando ví el video sentí lo mismo que tú, una gran rabia por lo banal y superficial del tratamiento que le dieron al tema. Y luego tristeza, una gran tristeza por saber que esa es la realidad de muchos, y la realidad en potencia de otros tantos que también se quieren ir.
Justo ahora estoy llorando, desde que comencé a leerte estallé en llanto, porque es tal cual todo lo que siento, y bueno tal vez porque hoy amanecí especialmente llorona jejeje, quizás es llanto que tenía acumulado porque hace 4 días despedí por segunda vez a mi hijo adorado, y no había llorado por hacerme la dura y no hacer llorar a los demás.
Siempre te leo y son muchísimas las veces que me veo, en tus letras, como reflejada en un espejo.
Un besito y gracias por ayudarme a desahogarme un poquito :)
Mayela (alias SeisPatas) ;)
Maye :( No sabes como me honra que te haya gustado lo que escribí y cuanto me duele tu tristeza.
Creo que lo que más me afectó del video es justamente la manera trivial como se aproxima a esa tragedia pequeña que muchas familias viven a diario. Es un dolor tan terrible, cuando despides a alguien y sabes que de ahora en adelante, ya no forma parte de tu vida, que aunque lo intentes, habrá una distancia insalvable. Y es un dolor que este Documental convierte en chiste, en seudo paradia, en algo tan ramplón que te preguntas que visión tiene la sociedad de si misma, que idea construye de la realidad que vive a diario.
Un besote Mayela preciosa: un honor y una alegría tenerte por aquí. Gracias por leer y comentar.
Creo, con todo respeto, que estás prejuzgando al realizador de este documental.
¿Porqué calificarlos, palabras más palabras menos, de banal?
¿Porque ese "Llegó la tristeza de comprender que quién sea haya hecho el documental, realmente no ha perdido a alguien sin perderlo, no conoce ese limbo tan doloroso de las llamadas esporádicas, de las noticias que llegan de vez en cuando, de ser testigo de la vida de alguien más a través de la distancia."
¿Es que acaso cuesta tanto percatarse de que detrás de esas sonrisas nerviosas, de esa aparente frivolidad lo que hay es mucho miedo?
Ese documental ha podido ser realizado por cualquiera de los amigos de mi hijo. Claro, de los pocos que aún viven en el país.
¿Sabes? Varias de esas fiestas de despedida fueron hechas en mi casa. Hasta que nos tocó la última, la de mi hijo.
Muchas risas, música, alcohol, chistes, miedo, pánico, llanto...
A propósito, él ha debido llegar ayer. El día anterior nos informó que, si acaso venía en diciembre, para las vacaciones. Si acaso...
No juzguen este documental (o como quieran catalogarlo) como si se tratase del "Acorazado Potemkin", "Citizen Kane" o un audiovisual para una tesis de doctorado de sociología.
Veanlo en su justa dimensión, y narrado (muy lógicamente, por cierto)en el "idioma" inentendible para nuestros mayores, que hablábamos en nuestros tempranos veintes y desde nuestra perspectiva de la vida a esa edad.
LO Lamento Luis, pero solo te diré que respeto tu opinión, la cual es tan válida como la mía. Pero lo que pienso sigue siendo eso.
Mi personal reflexión, es que no fueron sonrisas nerviosas ni tampoco una muestra de algo más profundo tocado de una manera comprensible. El documental no mostró lo que ES la realidad de lo que ocurre en Venezuela, mostró UNA parte. Y sinceramente, la parte que no representa a toda la gente que vive el problema.
¿En tu casa se han hecho esas fiestas? En la mia también. Y he llorado en ellas, intentando no se me note. Y he tenido pensamientos de cuando me tocará a mí o cuando tendré que hacerlo, mientras me tomo un poco de refresco. ¿Miedo? Miedo lo he tenido a diario desde que me convertí en adulta. De manera que sí, conozco los sentimientos. El caso es que este documental solo expresa la visión de una parte pequeña de la población.
¿Lo peor? Que no dice absolutamente nada. Lo veo, y aunque puedo reflexionar sobre la intención, no veo el miedo. No veo la complejidad del tema. No veo otra cosa que opiniones arrojadas al aire sin mayor coherencia.
Un besote, gracias por leer y comentar :)
Ví el documental minutos antes de leer tu artículo.
Primero me dió dolor de estómago que colocaran a los amigos del camarógrafo a hablar, y para completar no sabían explicarse.
Segundo: Faltaban personas de distintas edades y de distintos círculos sociales. No puedes pretender hablar de un tema serio como este, solamente con 6 personas de la misma edad y de la misma clase social.
Entre todos estos chicos hipster, la música y la grabación sin sentido. La gota que derramó el vaso fué cuando una de las muchachas, solo quería quedarse con Caracas para ella y sus seres queridos. En mi opinión, eso lo único que dice, es que detestas a los venezolanos y que tú te consideras junto con los tuyos un Ser Superior (eso es lo que entiendo).
Lo triste es que sé que muchas personas piensan de esa manera, que me parece Clasista y Racista . Ya el rollo de estas personas no es tanto que te vas del país y que vas a extrañar a tu gente y a Venezuela, sino que detestas la gente que vive acá.
Aparte me están hablando de por qué se irían del país, sus razones, y nunca fueron específicos. Pudieron explicar que les ha sucedido a ellos o a sus amigos que decidieron irse del país, que a mi parecer las alcantarillas y los edificios sin terminar no son una excusa para dejar el país.
Otra cosa, me parece más un examen de una escuela de Audio Visuales, donde el chico puso a sus panas a Actuar.
Y con respecto a tu blog; estoy completamente de acuerdo contigo... y tu artículo llegó a ser más conmovedor y realista que los 17 minutos del "documental".
Es que justamente lo que me molestó del Documental Tina, fue esa idea de generalidad, como si representaran a todos, y además, mal planteada.
Me preocupó la idea del rasgo prejuiciado: El punto de vista racista, hiriente, irrespetuosa. Uno no se va de su país porque "odie a la gente". Se va del país por Miedo, si es el caso, siguiendo la idea de Luis. Se va del país porque no tiene otro remedio. La gente que se va del país deja familia, deja su vida. Es una decisión mayor. Y puede ser que así sea más comprensible para un sector de la población. PERO el documental quiere representar a todos los jovenes, y me parece no solo carente de sentido sino abierto a toda interpretación, buena o mala. Y la mía realmente es muy critica con el tema.
Gracias Tina, por leer y comentar.
Gracias
Excelente artículo, Aglaia, y comparto íntegramente tu visión. Más que lograr sentirte identificado con la situación, lo que generan es una sensación de rechazo al reflejar valores tan frívolos y poco profundos. Intente justificarlo con la edad, pero ¡qué va!, a esa edad no se puede ser tan cabecita hueca.
Un abrazo!
Aglaia, yo vivo en México y no puedo ni explicarte como me sentí cuando ví el documental.
Debieron entrevistar a mi mamá o a mi abuela, a personas desconocidas en la calle, a las mismas personas que ya se han ido del país. Necesitaban abandonar esa idea de superioridad que creo que tenían cuando escogieron a 6 adolescentes de clase alta o media-alta para que hablaran por el resto del país.
Yo la verdad no me fuí porque no quisiera a mi Venezuela, sólo aproveché una oportunidad que se me dió para formar mi futuro. Y gracias a dios no estoy solo por aquí.
Me molestó muchísimo un comentario que decía: "Pana, portense bien fuera del país..." o algo así. ¿Tanto te avergüenzas de tu gente y tu cultura? Y están hablando sin saber.
Cada día extraño más que nunca el clima, a mi familia, la comida y hasta el usual "desorden" perpetuo del país. Hace unos meses mientras veía un puesto de libros en un mercado cercano a mi casa, me encontré a una señora Venezolana y le reconocí el acento y la personalidad inmediatamente. Hablamos y le dije que yo tambien era de Venezuela, y la señora me abrazó y me sentí en casa por un instante. Esos son algunos de los momentos que me rectifican que Venezuela nunca te abandona, aunque tu te hayas alejado un poco.
Me encantó este Post. Siempre te leo y espero que te vaya muy bien!
Saludos desde la Ciudad de México.
Atte: Jesús Saldivia. Cumanés.
Pao, es que yo pensé fue inmediatamente en todo lo que sufre alguien que emigra: desde la decisión, el hecho mismo de llevar a cabo un plan semejante hasta simplemente tener una vida cotidiana en un lugar fuera de tu país. ES un proceso doloroso, largo y que lleva un gran coste personal. Y me parece que este video carece de esa profundidad - de razones y motivos - para expresar algo así.
Gracias por leer y comentar!
Hola Jesús!
Ante todo, muy honrada que me leas. Espero que encuentres algo interesante en estas desordenada bitacora que intento llevar adelante.
Sobre lo que comentas, si, indudablemente el error de este documental, fue menospreciar lo que es una decisión que cambia la vida de cualquiera de manera radical. Y me refiero concretamente a que nadie se va del país que lo vio por nacer por las ideas intrascendentes planteadas en este documental. Puede que la intención del autor fue mostrar la realidad...¿pero cual? Estos seis muchachos no representan sino a ellos mismos y si la idea del documental era un testimonial, lo puedo entender. Ahora bien, el tema es que se pretende mostrar la emigración como un tema que se basa en cosas tan triviales y sin sentido como seis opiniones mal sustentadas. No creo que un joven de esa edad que tome la decisión de abandonar su país, tenga razones tan insustanciales. Y creo que justamente eso es lo que deja entrever este documento visual.
De nuevo Jesús, muy agradecida por la lectura y la visita. Un beso gigante para ti desde Venezuela, que siempre, donde estés, va a ser tu casa :)
Hola Agla, imagina por un instante que "cambie de blog" por que no soporto el tono color piel del tuyo, porque quiero fotos no post procesadas, porque dices tener sobrepeso, por "Hereje" y yo "Católico",etc. y no porque otro blog me guste, y lo peor, el contenido de tus lecturas aún me encanta. Bueno, es algo así.
Y este ejemplo al menos se parece en lo vacuo a sus razones, pero encima con un aliño de desprecio, impotencia, cobardía, antivalores, extra-alienación y endoxenofobia: Muy triste.
Hola Alfirio!
Es que justamente lo preocupante del tema no es la calidad del documental o a quién representa, que de por sí, ya sería tema de discusión. Lo que me parece inquietante, son los conceptos que se expresan. Y eso esta "Bien". Hablar de una Caracas sesgada, tristemente limitada, es una manera de aun más, afianzar el estereotipo de una generación sin ideales ni argumentos. Ahora, ¿es así la realidad? Claro que sí. Pero TODA la realidad? No, por supuesto. Y eso es lo que este video debió mostrar, porque es un tema general.
Es lo que pienso al menos.
Gracias por leer y comentar!
Aunque no senti tanto odio, sentí algo de pena, ya que estos chicos menosprecian a su propia patria, a su gente, porque aunque este país se deteriorara cada dia mas, deberian luchar para mejorarlo, no hacer una critica mordaz y a mi parecer racista, y alli se forma un aura de odio hacia su población muy grande, lo cual es muy triste.
Aunque ellos intentan decir una realidad, no se toman en serio el objetivo del vídeo y terminan quedando como los propios estúpidos, como se dice en el fútbol: "fue bueno el intento, pero horrible la definición"
P.D: Es la primera vez que entro a tu blog
Hola Julio! Gracias por detenerte un momento por aquí!
En realidad, como lo comenté antes, el tema no es tanto la calidad del vídeo - discutible -, el planteamiento - también en debate -, sino los conceptos expresados. Me preocupa realmente la idea que la juventud Venezolana tenga premisas tan vacías, y se sienta identificada con argumentos tan banales. Prefiero creer que se retrató solo a una porción - muy pequeña - y que por tanto, la repercusión que ha tenido es uno de los tantos juegos extravagantes de las redes sociales.
De nuevo Julio, gracias por leer y comentar!
este es un post de una de las chicas del video después de todo lo que sucedió con su publicación específicamente la que dijo que quería una Caracas sin gente http://meriendaenelespacio.blogspot.com/
Felipe
Felipe, muy agradecida de que hayas compartido conmigo este blog. Me encantó leer lo que la chica escribió y realmente, respeto muchísimo la manera como habla de su madurez y su manera de crecer sobre su visión del país. Pasaré a dejarle un comentario al respecto, con mucho respeto.
Gracias otra vez Felipe, realmente agradecida.
También, gracias por leer y comentar!
Una mezcla de ira seguida de tristeza, eso fue exactamente lo que senti hoy al ver este video. Muchas Gracias por ponerlo en palabras. SAludos
Muy honrada que te guste lo que escribo Alvaro! Un besote, gracias por leer y comentar!
En un articulo que escribiste el mes pasado, te preguntabas al respecto de todo lo vivido el 11 de abril: "Quienes somos los venezolanos". Yo al final te expresé con tristeza, que somo seres banales, superficiales; que somos capaces de asumir los asuntos mas serios y graves con total frivolidad y sin ninguna consciencia.
Ese video, no hace más que reforzar esa lamentable vision que tengo de nosotros mismos.
Justamente Rubén, leía tu comentario y es como el colofón a todo esto. Realmente estoy sorprendida por toda la repercusión y me pregunto, exactamente, que expresa la reacción que hemos tenido con respecto al video. ¿Nos reconocimos? ¿Nos sobresaltamos de comprender que tan banales somos? Muy preocupante el tema entero.
Gracias por leer y comentar!
No es por nada, pero ahora que pasó la ola, y ya sabemos que se trataba de un video realizado por una estudiante de 22 años para expresar el sentimiento de tristeza que vive su entorno por esta emigración casi forzada y sin ninguna intención ni el rigor de ser un documental científico (que el público lo haya percibido como tal y le haya exigido estándares profesionales ya habla bastante bien del trabajo ¿no?), que jamás tuvo como objetivo un análisis de la sociedad, mucho menos el propósito de crear polémica o fenómenos virales... Luego de que los chamos entrevistados fueron objeto de burla y críticas públicas en VTV y Televen, insultados, amenazados y acosados en sus cuentas de redes sociales sólo por expresar con honestidad y espontaneidad los temores de su triste realidad de niños-burbuja, de la cual no son responsables y que no pueden hacer mucho por cambiar... Me pregunto yo, ¿no sería justo que los líderes de opinión que inicialmente los criticaron, ahora hicieran, mínimo, un ejercicio de rectificación pública?
Jorge, de hecho lo estuve pensando y lo hice por esta vía: http://deirge.tumblr.com/post/22444779297/del-sobreanalisis-al-odio-por-que-aun-debatimos-sobre no sé si será un desagravio, o importe demasiado que sepa muy bien, que esta primera opinión fue sesgada y llevada por lo visceral. Igualmente, es un poco preocupante toda esta reacción, el hecho que ahora mismo, una semana después estemos cuestionando una serie de ideas que al parecer, todos sabiamos debíamos ser tocadas pero hasta ahora, nadie lo había hecho.
Jorge, gracias por pasar y comentar.
Jorge Sayengh, de verdad verdad estoy comentando tu entrada, tan asincrónicamente, por que deseaba liberarme de lo visceral que sería mi respuesta, frente a tus palabras, tan llenas de verdad como la de cualquier otro, pero mas allá, de diferir radicalmente en opinión frente a la parodia de adolescente intentando hablar como si adultos se creyeran, eso de "Niños - Burbujas", y que pobre de ellos que no pueden hacer nada para trasformar esa fantasía de realidad, la cual yo fácilmente podría calificar de " realidad virtual" ya que intenta parecer a la real pero no lo es para nada, esa idea simplemente me hiere en la mas viva y profunda de la yagas de mi embrutecido pensamiento de luchador, de echa'o pa'lante, de trabajador incansable todos los días, de pensar siempre en mejorar mi forma de vida, y que vengas tu a decir "que no son responsables y que no pueden hacer mucho por cambiarla" verga pana, sencillamente merecen ser etiquetados, marginados, esquematizados, encerrados en un arquetipo o estereotipo, por que un ser humano que no es capaz de hacer, lo que hace de manera natural hasta el mas elemental de los organismos unicelulares que es sobrevivir y trasformar su realidad para adecuarla y mejorarla para su super vivencia y perpetuidad(como la gripe), ni siquiera sé si valen los bits y segundos que gasto en ellos, el venezolano tanto aquí como en cualquier rincón del planete es luchador, alegre, trabajor, trasformador de realidades por naturaleza, es raro que un venezolano este entre un grupo de extranjero y no resalte, cuando salimos, salimos con todo nuestro espíritu venezolano metido en esa maleta, y cuando nos quedamos, nos apretamos las bolas y echamos para adelante contra todos los obstáculos, así que por decencia si quiera a la humanidad, no me digas que "no se puede hacer mucho" por trasformar cualquier realidad. un abrazo, espero que tu realidad siempre cambie para mejor
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