Siendo hoy el día donde en mi país - y en buena parte de latinoamerica - se celebra el día de los fieles Difuntos, me pareció interesante hacer una recopilación de diversas creencias y símbolos de la muerte, como parte de este intrigante legado cultural que de alguna manera heredamos sin entender realmente el motivo. No es un tema sencillo, porque a pesar del hecho que la muerte suele considerarse natural en muchas culturas, en otras tantas se percibe como un evento sobrenatural de características poco menos que misteriosas. Entre una y otra creencia, hay una idea bastante amplia donde parece haber espacio para todo, desde el miedo, hasta la esperanza, desde la creación de una idea moral basada en la muerte hasta creencias donde la muerte es símbolo de una fe tan antigua como inquietante.
Pero...¿Cual es el origen de todas estas visiones de la muerte? Para analizarnos - nos - un poco mejor y tal vez, comprender porque aún hoy seguimos celebrando un día en memoria de "los fieles difuntos" , hay que hacer inevitablemente, un poco de historia.
De la Luna y la metáfora de la Oscuridad:
La luna menguante, siempre se ha considerado un símbolo de la muerte física Tanto en la mitología como el folklore más primitivo, se tenía a la muerte por un error de la naturaleza, algo incomprensible que podía ser conjurado por fuerzas divinas. Otras veces, se asumía como una trampa, una traición Incluso al concepto del mal definitivo, absoluto y temible. Pero casi nunca, la muerte es asumida en los mitos como parte de la vida o de la naturaleza de las cosas, salvo en culturas agrarias en que las representaciones de las diosas incluyen ambos aspectos. La desaparición y reaparición de la Luna, vistas como muerte y renacimiento, permitió al hombre reflexionar sobre estos procesos. Las imágenes naturales han servido a lo largo de la historia de la humanidad para ayudar a interiorizar aspectos vitales. Aquellos mismos, que desde una mente racional y fría correrían el riesgo de ser rechazados, a través de la imagen mítica permiten un acercamiento y al mismo tiempo un trabajo, tal vez inconsciente, en lo profundo de la psique, labrando el campo y preparando al hombre para la aceptación de esa parte del proceso vital.
Comenta la eminente investigadora Ana Silvia Karacic, en su investigación sobre el tema, que "Era tal la asimilación que las sociedades arcaicas y paganas hacían con respecto a la mengua y desaparición de la Luna y la decadencia y muerte del ser humano, que se llegó a llorar por la muerte del astro, en que la tragedia se convertía en el destino del hombre así como en el de la Luna misma". Muchas de las culturas agrarias, de hecho, consideraban a la Luna una manera de comprender la muerte y no solo la propia, sino también la de sus animales, cosechas y la esencia misma de la pérdida física. Cuando finalmente la Luna desaparecía esos tres días, generando oscuridad, ésta sólo era abatida por la luz de las estrellas, y el hombre comenzó a ver un delgado hilo de luz curvado que comenzaba a emerger nuevamente. Este renacimiento, automáticamente lo llevó a la idea del propio renacimiento. Nunca sabremos cuándo esto fue experimentado por primera vez, ni qué sintió exactamente ese ser humano, pero tiene que haber sido mucho antes de que las fases y los ciclos de la Luna se comenzaran a grabar en hueso, marfil y piedra, o sea, hace mucho más de 30.000 años. Entre los indios de California, todavía se cantaba en el siglo XIX mientras se danzaba en un círculo bajo la Luna Negra, el siguiente verso:
Como la Luna muere, y vuelve a la vida otra vez, así nosotros también, teniendo que morir, naceremos nuevamente.
La Danza de la muerte.
No obstante, la conmemoración e incluso celebración de la muerte no se limita únicamente a sociedades agrícolas Existe un sincretismo cultural referente al tema que pareciera extenderse a todo tipo de pequeños rituales, mitos y creencias que forman parte de una amplia imagineria popular universal. En numerosas provincias del sur de Inglaterra, durante los días 4 y 5 de noviembre, llamada “La Noche del Cascanueces” o “La Noche de las Manzanas Tronantes”. Es una costumbre que data de casi mil años atrás y que tiene por motivo celebrar la memoria de quienes han muerto durante el año que acaba. Antiguamente, la gente se sentaba alrededor del fuego y contaba historias comiendo manzanas y nueces. Es de alguna manera semejante a la celebración latinoamericana de los El Día de los Fieles Difuntos, aunque con elementos idiosincráticos propios. En la actualidad, se suelen obsequiar pastas llamadas “panes del alma” a cambio de la promesa de decir oraciones por los fallecidos.
Origen y forma de una antigua Visión:
La Noche del Cascanueces parece provenir de una serie de innumerable costumbres rurales que se amalgamaron para dar forma a una celebración sincrética e insólita. Muchas culturas antiguas celebraban el Año Nuevo en la época de cosecha.
Podemos rastrear la génesis de la creencia a tiempos tan remotos como durante las invasiones Romanas a la Galia. Como es sabido, Los celtas tomaron muchas de sus costumbres de año nuevo de los romanos, quienes invadieron las Islas Británicas en el 43 d.C.. Para el 1200, los gobernantes ingleses habían revivido la costumbre romana de pedir a sus súbditos regalos de año nuevo. Los regalos más comunes incluían joyería y oro. Así fue como la reina Elizabeth I adquirió una gran colección de guantes ricamente bordados y enjoyados, a través de esta costumbre.
Los maridos ingleses daban a sus esposas dinero en este día para comprar prendedores y otros artículos. Y aunque esta costumbre desapareció en 1800, el término “pin money” todavía se refiere a gastar dinero en pequeñas cantidades.
Muchos colonizadores norteamericanos en Nueva Inglaterra celebraban el año nuevo disparando al aire y gritando. También visitaban tabernas y casas pidiendo tragos, mientras que otros iban a los servicios religiosos. Algunas personas mantenían abierta la puerta de la casa, recibiendo a todos los visitantes y alimentándolos generosamente.
Posteriormente, la costumbre de celebrar la muerte o su misterio, dejó de ser una idea netamente pagana: se incluyo el uso de la Biblia para predecir que pasaría el año siguiente. La gente escogía un pasaje de la Biblia al azar y entonces lo aplicaban a los meses venideros.
Las “jack-o’-lanterns” son las calabazas que todos conocemos a las que se les dibujan ojos y boca. Muchas de estas contienen una vela o algún otro tipo de luz. La gente en Inglaterra e Irlanda tallaba betabeles, papas y nabos para usarlas como faroles en Halloween o en el día del cascanueces. Después de que esta costumbre llegó a Norteamérica, se comenzaron a utilizar calabazas.
De acuerdo con una leyenda irlandesa, las “jack-o’-lanterns” son llamadas así por un hombre llamado Jack, quien no podía entrar al cielo porque era avaro. Tampoco podía entrar al infierno porque le había tomado el pelo al diablo. Así que como resultado, tiene que caminar en la tierra con su farol hasta el Día del Juicio Final.
También se empezaron a utilizar algunos métodos de adivinación en Europa cientos de años antes y fue así como llegaron a ser parte importante de la Celebración de la Noche del Cascanueces. Por ejemplo, objetos tales como una moneda, un anillo y un dedal se cocinaban dentro de un pastel o alguna otra comida. Se creía que la persona que encontraba la moneda en el pastel tendría riqueza. El que encontrara el anillo se casaría pronto, pero la persona que encontraba el dedal nunca lo haría.
Hoy día la Tradición del día del Cascanueces se confunde con la de Halloween y muchas veces, una se nutra de la otra. Un sincretismo cultural que da sentido a una viejo pensamiento humano, amparado bajo el temor y la curiosidad: la forma de conmemorar ese extraño sentimiento de pérdida que sin duda es parte del concepto cultural más amplio que adjudicamos a la muerte fisica.
2 comentarios:
Muy bueno, muy interesante.
Siendo mexicano, siempre me han parecido unicas las tradiciones del Dia de Muertos en mi pais de origen, con su mezcla de lo espanol y lo indigena. De una manera u otra, la muerte nos define y determina, somos los unicos seres vivos conscientes de nuestra desaparicion fisica.
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