martes, 22 de enero de 2013
Delirios mañaneros: El lenguaje visual. La referencia, la copia, el anonimato, la pérdida del lenguaje visual.
Decía el inefable Joan Fontcuberta que la imagen fotográfica se ha convertido en una repetición de motivo sin sustancia. Una frase muy dura que comienzas a comprender cuando le echas una ojeada a las plataformas y redes sociales dedicadas a la imagen y encuentras la misma fotografía repetida en infinitas versiones. Sobresalta, encontrar el mismo motivo, el mismo uso de colores, incluso la misma composición y disposición de objetos para decir poco menos que nada. Las sucesión de imágenes se hace interminable, hasta el punto de volverse abrumadora, desconcertante.
En el mundo de las palabras, existe un fenómeno parecido, al cual se le llama "Saciedad Semántica". Probablemente, a todos nos ha ocurrido alguna vez: repites la misma palabra muchas veces, hasta que deja de tener sentido, se hace incomprensible y hueca. Para Fontcuberta, lo mismo ocurre con las imágenes: a fuerza de repetirlas, copiarlas, estirar su significado hasta que se desmenuza en la percepción, el lenguaje visual pierde sentido, se fragmenta, se pierde. Una idea curiosa, sobre todo en un mundo de imágenes, donde la fotografía dejó de ser una exposición de motivos y se convirtió en documentación de lo cotidiano. ¿Que construimos cuando las imágenes carecen de individualidad y comienzan a ser exactas, copias del mismo concepto? ¿Que se expresa en un Universo visual carente de originalidad que parece repetirse, olas superpuestas de la misma idea que llegado a un punto deja de tener todo significado? Un pensamiento preocupante.
Lo vi una vez, lo veo siempre:
Esta mañana, durante ese rato silencioso que ocurre entre el despertar y la primera taza de café, di una vuelta por la red social de imágenes Tumblr. Siempre he disfrutado su variedad, esa innumerable colaboración mundial que hace de ella un banco de imagenes interminable. Y tal vez justamente, esa variedad de fuentes, esa incontable cantidad de usuarios incluyendo imágenes de todas partes del mundo, es lo que produzca el fenómeno que de pronto, me pareció notar como si hubiese visto por primera vez.
Vi la primera fotografía casi por azar: Una cama deshecha, con una portatil abierta, junto a una taza de café. Detrás, la perspectiva abarca una ventana abierta y una bella ciudad a media luz. Continué explorando la red y de pronto me tomé con la misma fotografía ( en concepto, en manejo visual ) pero de otro autor. Y de nuevo, otra vez. La misma imagen. La ventana abierta, la cama desordenada, las almohadas blancas, la portatil abierta o cerrada. La taza de café medio llena, vacía o dispuesta cuidadosamente entre las sábanas como al descuido. Sonreí, asombrada - y un poco preocupada - y de pronto, decidí navegar utilizando las habituales etiquetas de identificación. Y el fenómeno se repitió hasta el infinito: la misma cama, bajo la ventana que se abre a una ciudad cualquiera - dejé de notar cual era a la décima fotografía, pero casi siempre es Nueva York -, las sabanas con pliegues, las almohadas como abandonadas. Y de pronto, tuve esa misma sensación de secuencia absurda, de idea que se repite sin sentido, de anomalía, que suele producir la Saciedad Semántica. Solo que esta vez, hablamos de fotografía, esa enorme herramienta y arte de pura creatividad, que se supone capta las interminables variaciones de las experiencia visual de la mente humana. ¿Que estaba sucediendo? Me pregunté mientras continuaba mirando la misma fotografía una y otra vez, hasta que con un sobresalto cerré la página y me quedé, entre mareada y abrumada, tratando de comprender la idea. ¿A donde va el lenguaje visual cuando la originalidad se ha perdido?
Tal vez a ningún lugar.
De la copia, la recopia: La idea ausente.
Por supuesto, todos sabemos el viejo dicho: "Todo está inventando". Y no seré yo quien contradiga esa idea tan antigua como todo arte. Igualmente, es evidente que el arte sobrevive a pesar de eso, y la fotografía no es la excepción. Tal vez se trate como apuntaba Cartier Bresson, que a mayor facilidad, mayor desastre creativo. O sea simplemente el hecho, que nos acostumbramos a creer que las imágenes pueden o no expresar un mensaje mientras sean visualmente atractivas. ¿Es eso válido? ¿Cual es el limite entre la referencia, la copia, la repetición del motivo? ¿Es la referencia una necesaria contaminación visual? ¿Hacia donde se construye el lenguaje visual que una y otra vez medita sobre ideas vacías Habría que meditar además, del hecho que la imagen es esa captura de lo momentáneo, el presente convirtiendose en pasado. ¿A donde vamos visualmente hablando? ¿Que idea del mundo es esta donde la originalidad y la individualidad carece de sentido? ¿Cuanto de lo que pensamos y creamos es copiado a una idea más vieja? ¿Cuanto hay de nosotros en cada obra que firmamos autoral? Son ideas que no puedo dejar de meditar, mientras insisto en mirad red tras red social y me encuentro las imágenes, las mismas, una y otra vez, formando parte de una especie de cultura general de la imagen anodina.
Insistiré siempre: No soy quién para decir que es bueno o que es malo en fotografía. Pero siempre será preocupante esa perdida de la identidad en beneficio de lo simplemente estético, de la capacidad para hablar un leguaje particular que cada fotografía lleva aparejado. Resulta angustioso sin duda, pensar que hay un cierto anonimato en la copia, esa idea superficial de fotografiar por fotografiar, que parece amenazar la integridad misma de ese pensamiento que parece animar toda imagen fotográfica: Hablar un lenguaje personal.
Más allá de la belleza ¿Donde queda el lenguaje que se construye?
Una pregunta sin respuesta.
C'est la vie.
Para Leer:
Por un Manifiesto Post fotográfico de Joan Fontcuberta http://www.lavanguardia.com/cultura/20110511/54152218372/por-un-manifiesto-posfotografico.html#
1 comentarios:
Entiendo tu punto de vista, y como fotógrafo captarás esa repetición conceptual tal y como lo señalas en el post mejor que yo que carezco de los conocimientos profesionales de ese arte.
Sin embargo no creo que sea una crisis de originalidad. Cada una de esas personas que tomó esa fotografía (y vamos arriesgarnos a decir que la conceptualizó sin influencia externa alguna) tuvo una idea original. El problema es la facilidad de acceso a la información y a la facilidad que tienen todas estas personas de colgar su trabajo.
Yo estoy casi seguro que en este momentos habrán cientos de personas que estarán pensando la misma idea que tú o yo. Es el Ajedrez del pensamiento. Son los años transcurridos. Es el registro histórico realizado lo que traiciona la autoría originaria.
Una idea que se me ocurre en este momento (y quizás a alguien más también) es que se debería inventar una app que de alguna manera informe al mundo que "este concepto" fue creado por mí antes que cualquier otra persona (aunque alguien lo haya pensado antes que yo) pero como todo en la vida: quien lo dice primero gana, y lo demás es copia ;-) Saludos. Me fascina tus trabajos.
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