Al primer vistazo "baila, baila" de Murakami pareciera ser otra de las escenas surreales, casi onirícas a que nos tiene acostumbrados el escritor. Una historia que, como las anteriores, recorre la realidad de una manera totalmente distinta, en estratos que parecen deslizarse entre silencios, y un ambiente poético casi hipnótico. No obstante, "Baila, baila" tiene algo más: Murakami le brinda una identidad nueva que sorprende a sus lectores de siempre y quizá a los más recientes, que apenas descubren lo singular de su prosa. Y es que esta es una novela donde la música - el rock - es el protagonista, donde el sexo delinea la personalidad de los habitantes del mundo creado por Murakami y un misterio, que como todos los de Murakami, nos hará recorrer el mundo de lo que es real y lo que no lo es.
Porque no podría ser una novela de Murakami si los protagonistas, la historia misma, no transitara entre la realidad y la fantasía la belleza y el horror, el miedo y el éxtasis De nuevo el escritor consigue impregnar su narración de ese cruce de caminos inevitables entre lo que es el tiempo del que sueña y el mundo del que llega a creer. Y es que quizá el mérito de Murakami, sea recordarnos que toda ficción es un arte abstracto, un mundo a medio crearse, una idea que no se ha definido aun. En "Baila, Baila" la realidad parece abrirse hacia una nueva interpretación, hacia una idea que se desdobla sin sentido, más allá de lo que las palabras mismas construyen. Una visión totalmente nueva de lo que creíamos conocido y veraz.
La historia: Entre rock, sexo y amor.
El protagonista de "Baila, baila" es quizá uno de los más atípicos dentro del estilo de Murakami. Un periodista cínico, curtido en el arte de la palabra y de vuelta de todo, decide indagar su pasado y curar sus heridas abiertas, las de siempre, las de la juventud, la de los sueños, las que aún duelen. No obstante, este cínismo de la vejez espiritual, del dolor de la experiencia, comienza a resquebrajarse en la búsqueda del amor, en el debate de la soledad - y la idea que la sustenta - y la necesidad del amor.
No obstante, a diferencia de sus anteriores novelas, el protagonista parece desvanecerse en el hilo conductor de esta nueva gran reflexión sobre el aislamiento, la amistad y el amor. No obstante, a diferencia del resto de su obra, en esta ocasión el clima no está tan logrado, tal vez por la necesidad del autor de construir una idea sobre otra idea: todo pensamiento es consecuencia, todo lo que vivimos es parte de una decisión anterior. La narración se esmera en justificarse, en describirnos esa gran idea de una realidad donde cada palabra tiene un eco propio, y tal vez, es esa meticulosidad - el hecho mismo intentar sostener la propuesta a toda costa - lo que haga que de vez en cuando, carezca de cierta solidez. Tal vez por lo anterior, no diría que "Baila, baila" entra en lo mejor de Murakami, en esa gran indagación sobre el mundo y su circunstancia, pero al final, la idea se transmite con un lirismo puro y duro que deja huella: todo lo que hacemos en la vida está conectado. Lo que resuena de nuestras acciones pasadas tienen su repercusión en el futuro, en el presente, en toda nuestra historia. Y a veces hay que volver atrás para reiniciar. Para volver a mirarnos, para concebir el mundo como esa gran aldea de pensamientos y emociones que parecen entrecruzarse entre sí.
No obstante, la magia de Murakami persiste e impregna este libro de nuevo: ese sueño de la razón donde una sonrisa vale el Universo y el amor se crea a si mismo como una idea que nace cada día. Tanto si eres de los devotos lectores de Murakami como si esta será tu primera experiencia en su mundo, te aseguro que será un recorrido inolvidable por los reinos de la imaginación.
Donde puedes conseguir el libro:
Si vives en Caracas, la Librería "Lugar Común" de los Palos Grandes.
Como siempre, si quieres leerlo en formato digital, déjame en los comentarios una dirección de correo electrónico y te lo envío!
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