La fama de la novela "La historia de O" de la escritora Pauline Réage radica en lo prohibido: por décadas, el libro fue considerado ofensivo, vulgar e incluso repugnante por los círculos más conservadores de la escena literaria francesa. Incluso hubo un amago de llevar a juicio a sus editores debido a su contenido explicito, considerado criminal por más de un juez . Más allá, el misterio pareció acrecentarse porque durante años, la identidad de su autora fue por completo desconocida. Se especuló con todo tipo de posibilidades: desde la confesión de una mujer sometida a la esclavitud sexual, hasta un juego publicitario para promocionar el aún desconocido - y mal visto - género erótico. Tendrían que transcurrir casi treinta años para que hasta que la periodista Dominique Aury, cuyo verdadero nombre era Anne Desclos, contando ya con 86 años, revelara en una entrevista que era ella la autora de la novela, publicada en su momento bajo el seudónimo de Pauline Réage.
De hecho, lo singular de "La historia de O" parece remontarse incluso al momento de su escritura: su autora nunca la concibió como una novela si no como una manera de excitar a su amante Jean Paulhan. No obstante, la intrigante historia de la hermosa parisina que se inicia en una forma de esclavitud sexual muy próxima al sadomasoquismo se convirtió bien pronto, en probablemente una de las mejores obras del género erótico debido a su exquisita prosa y más allá, a su búsqueda del erotismo no solo como vehículo para la lujuria, si no la máxima expresión de la capacidad humana para cuestionarse así mismo
No obstante, el gran triunfo de "La Historia de O" radica en que juega con el elemento sexual puro a la vez, que dota a la escena de un profundo contenido erótico y simbólico. Ni una sola de sus elaboradas y en ocasiones desconcertantes escenas, carece de bella o lleva implícito un significado concreto, que parece debatir entre lineas sobre la naturaleza humana, su necesidad de encontrar sus propios limites - y superarlos -, la primitiva satisfacción del placer sexual a través de la sumisión. La novela se debate entre su identidad como mero producto erótico y esa visión sobre el deseo y el anhelo espiritual, que plantea una y otra vez bajo distintas metáforas.
Pero no nos engañemos: La historia de O celebra el sexo explícito, duro y crudo. La narración se eleva sobre el discurso de la diatriba moral y traspasa esa pared invisible de lo meramente figurativo, para convertir la sexualidad un discurso en sí mismo. No es tan difícil imaginarse a su autora, creando un escenario elaborado para sus fantasías y más, allá sus propios temores, todo ello resguardada desde el anonimato de la lujuria. Una intimidad de las palabras tan cercana a la soledad voluptuosa de los salones del imaginario castillo de Roisy, que no queda menos que sorprenderse de la habilidad de su autora para crear un escenario digno de su intrigante imaginación.
¿Donde puedes comprar el libro en Caracas?
Lamentablemente, no he visto el libro en ninguna libreria de Caracas desde hace al menos cinco años.
Como siempre, si quieres leer "La historia de O" déjame tu correo electrónico en los comentarios y te lo envío!
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