miércoles, 6 de febrero de 2013

Siniestro de Scott Derrickson



Como todo lector esporádico de este, su blog de confianza sabe, soy una gran amante de las películas de terror. Y por supuesto, he lamentado mucho que el género haya decaido a niveles alarmantes durante la última década. Porque el terror del bueno, ese que te degusta, que te llevas al sueño intranquilo, que te da escalofrios y te hace temer a la oscuridad, ya es muy escaso. El cine actual parece insistir en el terror evidente, en el de monstruos de enormes mandíbulas y sangre gratuita. Y excepto algunas honrosas excepciones como la Dama de Negro y quizás una que otra producción europea, el terror actual peca de pornografico: No hay nada que imaginar, todo es demasiado evidente para asustar.

Tal vez por ello, me sorprendió agradablemente la película "Sinister" ( traducida al Español como "Siniestro" en un alarde de justicia ) del director Scott Derrickson. Un film de terror con peso, coherente y además de todo, lo suficientemente imaginativo para producir verdaderos sobresaltos, a pesar de que su historia no es ninguna novedad y que peca de correcta y cumplidora. Pero Sinestro, con su sobria puesta en escena, su espléndida banda sonora y la interesante actuación de Ethan Hawke,     tiene ese solidez del cine de terror que trata de explorar más allá de lo que se mira. En Siniestro, el juego de sombras y de metáforas visuales, juega con la imaginación del espectador, y consigue, casi a pulso que el miedo sea simple, aunque no evidente. Siniestro de hecho, pertenece a ese nuevo cine de terror, donde la historia parece elaborar ideas a partir de la única premisa del mal absoluto, el mal real. El mal más allá del hombre y sus decisiones.

Por supuesto que, Siniestro no es en absoluto novedosa. Tal vez, allí encontremos su debilidad:  La película tiene una estructura bastante tradicional - a pesar de sus sugerentes primeras escenas - y a medida que avanza el metraje se hace predecible para todo aquel adicto al grito y al sobresalto. Sin embargo, la ventaja de Siniestro sobre varias historias de la misma temática y parecido ritmo, es su consistencia. Ethan Hawke consigue crear un clima denso, sustancioso y dota a su personaje de una complejidad mental e intelectual que se echa de menos en otras películas de parecida factura. Porque comprendemos, a este escritor de reputación destruída, a este idolo de pies de barro que intenta decidir entre la fama efímera y la familia tradicional. Y que esfuerzo le lleva a este personaje ambiguo y lleno de una moralidad en entredicho tomar la decisión. De hecho, el triunfo de Siniestro, es esa humanidad triste en contraposición con ese mal que se desliza, palpita, se hace cada vez más evidente. Esa normalidad atacada por lo que no podemos ver, por lo sobrenatural en estado puro y duro.

De manera que, a pesar de sus problemas narrativos - fallos de ritmo, escenas previsibles - Siniestro tiene esa capacidad de contar una historia conocida de una manera nueva. Y cuando al final, la última escena te produce un sobresalto previsible - que los veteranos del cine de terror quizá ya esperabamos - la película obtiene un pequeño / gran triunfo: La de capturar tu imaginación, quizá con un pequeño esfuerzo de ingenio.


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