Siempre lo he dicho: me divierten muchísimo las teorias conspiratorias, las profecias, esa otra parte de la cultura popular que parece inclinarse levemente hacia lo esotérico y lo macabro. Quizá se deba a que ese otro rostro de lo cotidiano, incluya ese temor subyacente, quizás un poco disimulado que todos sentimos por el futuro, la incertidumbre de lo que vendrá. O probablemente sea también esa atracción que todos sentimos por lo oculto, lo que no comprendemos, ese enigma dentro de un enigma que llamamos misterio. Cual sea el caso, el hecho es que las Teorias de la Conspiración siempre me han parecido son un reflejo del ánimo cultural de cualquier época y más aún, su visión sobre si misma.
Así que, ayer me pregunté cual sería la leyenda Urbana, teoria o temor cultural que nacería con la escogencia para el solio pontificio de Francisco I, sacerdote Jesuita. Durante las semanas anteriores, había existido mucha especulación sobre quien ocuparía el Trono Petrino luego de la renuncia - un hecho sorprendente para muchos - de Benedicto XVI. Como suele ocurrir en cada evento histórico que se precie, de inmediato se desempolvaron las viejas profecias sobre Papas y posibles apocalipsis: para el recuerdo, la siempre machacada del "Papa Negro". De inmediato, una multitud ansiosa de misterios, revisó minuciosamente la lista de "papables". Por supuesto que, yo también lo hice, pero en mi caso, intenté empaparme un poco sobre la historia del grupo de Cardenales que tendrían el deber histórico de proporcionarle a la Iglesia católica un nuevo lider espiritual. Entre una cosa y otra, al final del día lo único que concluí es que el Catolicismo - como cultura e identidad social - tendría un futuro lider muy parecido al anterior. Y sí, aunque había un par de clérigos de piel oscura, sus posibilidades de ser escogidos eran tan escasa que supuse la profecía tenía pocas posibilidades de cumplirse en esta ocasión. De nuevo, el apocalipsis nos pasaba de largo, pensé con jocosidad, recordando la reciente decepción mundial por la equívoca profecía maya del año anterior.
Lo que no me esperaba, es que La profecia del Papa negro reapareciera en pleno balcón Vaticano con la elección de Francisco primero, Arzobispo de 75 años de Origen argentino y perteneciente a la Compañía de Jesús. Una casualidad histórica sin mayor trascendencia quizá, pero inevitable no relacionar su origen jesuita - y su sotana negra - con aquella vieja vieja profecia que parece resurgir de vez en cuando para recordarnos ese temor subyacente de un final apocaliptico que es ya inevitable en nuestra cultura. Para hacerlo todo más interesante, investigando un poco, descubrí que al superior de la Compañía de Jesús se le conoce bajo el nombre de 'papa negro'. ¿Coincidencia o simple carambola histórica? Quizá un poco de ambas cosas.
De la profecía al fin de los Tiempos: De Malaquias a Nostradamus.
Nostradamus es quizá uno de esos protagonistas casi involuntarios de la historia. Sus profecías ( cuartetas cantadas cifradas en versos ) han sido interpretadas en cientos de maneras distintas y aunque no dudo que es probable exista algo levemente inquietante en la obra del médico francés - en su tiempo fue acusado de herejía -, continúa siendo un poco desconcertante la relevancia que se le otorga a su conjunto de profecías, aún en la actualidad. Con respecto al Papa Negro, El profeta tuvo la visión acerca de la llegada de un Papa a quién se le llamaría "El Negro" y que sería una de las señales del fin de los tiempos. Nostradamus profetizó que tras este pontífice no habría ningún otro y después llegaría el Apocalipsis. La profecía de hecho, es bastante precisa y señala que "Al principio habrán enfermedades mortales como advertencia, luego habrán plagas, morirán muchos animales, habrán catástrofes, cambios climáticos, y finalmente empezarán las guerras e invasiones del rey negro". Ignorando un poco la connotación levemente racista de la profecía, no queda sino preguntarse si realmente el nombramiento de Bergoglio como sumo Pontífice confirma la profecía o es simplemente otro de esos juegos históricos que parecieran crear una especie reflejo burlón de ese deseo de todo hombre por conocer el futuro, lo que vendrá, lo que ocurrirá más allá de su mortalidad.
Al otro lado de esta historia al margen de la oficial que forman las predicciones, temores y supersticiones culturales tan frecuentes en cualquier siglo, se encuentran las Profecías de san Malaquías: dos textos que se publicaron en 1595 y en 1690, cuya autoría se atribuye al arzobispo san Malaquías de Armagh y de donde procede su nombre. Según las pocas fuentes históricas confiables que mencionan a este extraño clérigo, Malaquías vivió entre el 1094 y 1148, aunque actualmente, se ha llegado a cuestionar incluso su mera existencia.
Pero volviendo al tema que nos interesa, aparentemente Malaquías también era aficionado a la interpretación de sueños y otras formas de adivinación. Según diferentes versiones, durante su vida fue conocido por su capacidad para predecir el futuro, siendo la más conocida de sus profecías la llamada 'Profecía de los papas', que recoge el muy popular libro - para su época - el 'El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia' de 1595. Publicado por el monje benedictino de nacionalidad belga Arnoldo Wion, se habla, entre otros temas, sobre la figura de san Malaquías, haciendo énfasis en sus especiales capacidades adivinatorias. De hecho, en el texto se habla muy poco de la Santidad de este extraño personaje eclesiástico y se insiste en las predicciones que habría hecho sobre quién ocuparía el trono de San Pedro a partir de aquel año. En una detallada lista, Malaquías nombra a 112 papas desde el contemporáneo a su época Celestino II (cuyo papado trascurrió entre los años 1143-1144), hasta la llegada de un supuesto Pedro el Romano, incluyendo a los antipapas. Según esta singular profecía, Malaquías concibió el futuro a través de sus Papas, tal vez convencido que la Iglesia continuaría en el futuro teniendo el mismo poder del que gozaba en aquel remoto momento histórico. Así que para este Santo hombre de dudosa existencia, el final de los tiempos sobrevendría con la llegada al Solio Santo del Papa Negro, el último Papa.
Pero volviendo al tema que nos interesa, aparentemente Malaquías también era aficionado a la interpretación de sueños y otras formas de adivinación. Según diferentes versiones, durante su vida fue conocido por su capacidad para predecir el futuro, siendo la más conocida de sus profecías la llamada 'Profecía de los papas', que recoge el muy popular libro - para su época - el 'El árbol de la vida, el ornamento y la gloria de la Iglesia' de 1595. Publicado por el monje benedictino de nacionalidad belga Arnoldo Wion, se habla, entre otros temas, sobre la figura de san Malaquías, haciendo énfasis en sus especiales capacidades adivinatorias. De hecho, en el texto se habla muy poco de la Santidad de este extraño personaje eclesiástico y se insiste en las predicciones que habría hecho sobre quién ocuparía el trono de San Pedro a partir de aquel año. En una detallada lista, Malaquías nombra a 112 papas desde el contemporáneo a su época Celestino II (cuyo papado trascurrió entre los años 1143-1144), hasta la llegada de un supuesto Pedro el Romano, incluyendo a los antipapas. Según esta singular profecía, Malaquías concibió el futuro a través de sus Papas, tal vez convencido que la Iglesia continuaría en el futuro teniendo el mismo poder del que gozaba en aquel remoto momento histórico. Así que para este Santo hombre de dudosa existencia, el final de los tiempos sobrevendría con la llegada al Solio Santo del Papa Negro, el último Papa.
Resulta poco menos que curioso escudriñar los ríos de tinta que han corrido por dos afirmaciones de dudosa interpretación, ambas de fuentes distintas. ¿Que buscamos en estas profecías, formuladas para complacer una idea histórica ya caduca? Y es que sorprender, esta necesidad social de encontrar huellas, pequeños atajos en esa continuidad simple de la historia. ¿Tenemos tanto miedo de ese futuro que creamos a diario que necesitamos el consuelo de la Profecía, de la predicción, de ese otear en el futuro en busca de respuestas? Quizás, me digo, mirando el acto solemne de proclamación del Nuevo Apóstol romano. Alto y enfundado en un prístino habito blanco, tiene un aspecto inofensivo, que casi inspira ternura. ¿Es este el hombre que precederá el final de lo que conocemos como nuestro mundo? No puedo menos que sorprenderme de nuestra propia ingenuidad.
Más tarde, conversando con uno de mis amigos jesuitas, me comenta que de hecho, el solemne Francisco I, no es el sumo representante de los jesuitas, sino que lo es Adolfo Nicolás. Sin embargo, su nombramiento como papa Francisco I supone un paso muy importante para la orden de San Ignacio, que durante las últimas décadas ha perdido importancia dentro de la Iglesia. El comentario me hace sonreír, casi crédula.
- De manera que este "Papa Negro" tampoco es esa figura legendaria en la insistió Nostradamus - dije - o si lo es, es entonces una especie de soldado "menor" del apocalipsis.
- Es probable que Malaquias y Nostradamus, hombres de su época concibieran la idea que lo peor que podría pasarle a la Iglesia es ser liderada por alguien a quién no pudieran comprender a cabalidad - respondió - un Papa Negro es probablemente la manera más elemental que tuvieron de designar a un representante de la Divina sede que no pudieran comprender. Vientos de cambios. Para una institución tan vieja como la Iglesia, eso puede significar el fin de los tiempos.
- Hablamos de un Papa que se opone ferozmente al matrimonio igualitario, al aborto - insistí - ¿Que vientos de cambio podrían ser esos?
Mi amigo sonrío, casi con malicia. Sacudió la cabeza y casi en un gesto reflejo natural en él, se llevó los dedos al alzacuello. También una señal de los tiempos, pensé con cierta sorpresa.
- La iglesia será la misma porque su deber es serlo. Una idea moral inamovible. Y así se intenta mantener. Quizás, ese Apocalipsis que tanto se anuncia y jamás sucede, solo sea una manera de interpretar el mundo y más allá...intentar comprender porque toda historia está destinada a un necesario final. Y supongo que la Iglesia no es la excepción.
Un curioso pensamiento, dije asimilandolo con lentitud. Todos testigos de la historia. Un Presente discontinuo, creandose así mismo a diario. Y más allá, la idea que la historia nos pertenece, no solo como herederos, sino como parte de una razón cultural que muy probablemente sea parte de nuestra identidad cultural.
C'est la vie.
2 comentarios:
Pues el día que la iglesia católica, cristiana similares y anexas dejen de existir el mundo será un lugar mejor.
Hola Miss B, saludos!!
te dejo este enlace con algo/mucho relacionado a este apasionante tema,un abrazo!!
http://detrasdeloaparente.blogspot.com.ar/2011/06/quien-es-quien.html
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