sábado, 2 de marzo de 2013

Delirios sabatinos: Los mitos creacionistas en diferentes culturas, del Huevo cósmico hasta Eva.




Hace unos días, leía un artículo donde se analizaba el mito de la creación cristiano y judio: una larga argumentación sobre el génesis y sus posibles orígenes en distintas mitologias. El tema me pareció muy interesante, porque habitualmente se asume que el biblico Génesis, es una mitología única - divinizada además - sin equivalentes en otras culturas. Una idea muy superficial, si tomamos en cuenta que el pueblo judio - autor del Antiguo testamento - tuvo durante siglos, contacto directo con un gran número de sociedades de las cuales bebe directamente su sociedad y creencias. No obstante, nuestra herencia cultural - esa miopia tradicional de la mayoría - está convencida que el Mito de Adán y Eva no es solo una visión única, sino esencialmente sagrada en comparación con otras versiones creacionistas. 

Nada más lejos de la verdad. Existen una infinita variedad de mitos, que intenta explicar el origen de la vida y aún más, el primigenio vinculo del ser humano con la divinidad. Resulta interesante comprobar que esa idea general del vinculo entre creador / creado en las culturas más primitivas y antiguas, no siempre es amoroso y mucho menos, bondadoso. De hecho, existen un buen número de Dioses creadores violentos, crueles e incluso indiferentes con sus criaturas. Tampoco se considera a una Divinidad única como el creador. La visión del origen del ser humano de hecho, es para muchas culturas, fruto de un divino azar. Y en otras, el primitivo concepto del "Huevo cósmico" o magma único de vida, es la que define esa misteriosa unión entre lo sagrado y lo humano.

La luz creadora, todas las versiones del mito:


Todos los continentes refieren mitos de la creación que describen el huevo cósmico como el origen del mundo. Se dividen en tres categorías: el espíritu creador que se proyecta en las aguas primigenias con forma de huevo, el puesto por un Ave celestial que está de paso y el creado o entregado al primer ser humano o a la primera pareja. En cuanto cobra vida, produce el cosmos y todo lo que contiene, incluido los elementos, las esferas celestes, la cultura, los rituales y el primer humano.

En ocasiones se considera al huevo como fundador de nobles dinastías. Por ejemplo, según la obra china Shiti ji, del siglo IV, Chang Di - una de las tres diosas supremas - quedó embarazada al tragar un huevo de ave mientras daba un paseo y se convirtió en antepasada del clan de los Chang. Otras familias aristocráticas también se consideraban descendientes del huevo cósmico.

Algunos mitos combinan diversos temas. La Diosa tibetana Srid-Lcam ( La "Dama del mundo visible", también llamada "la magica" ) se casó con un mortal para incrementar la prosperidad de la tierra y realzar al veneración hacia los Dioses.

La unión tuvo lugar en los albores de la creación y originó tres huevos: el de oro, produjo la flecha de la vida, el de turquesa la de la fertilidad y el de color blanco puro un huso ( que tal vez simboliza el destino ). De la luz y la bruma marina surgió un poco de "bon" ( fe ) que el viento tejió en los ovillos masculinos (Dmo) y femenino ( G-yang ) de la fortuna, ovillos que los novios todavían llevan en las ceremonias nupciales tibetanas mientras entonan el relato de la creación.

Según los griegos orficos, el primer huevo generado por el Tiempo, produjo a Fanes o Eros: ser creador bisexual con alas de oro. Noche, hija y posterior consorte de Fanes, era un ave de alas negras que engendró a Gea, la Tierra. La epopeya filandesa Kalevala habla de una cerceta que sobrevoló las aguas primigenias en busca de un lugar donde depositar los huevos. Madre Océano levantó la rodilla para ayudarla y la Cerceta puso siete huevos. El ave los empolló hasta que el calor comenzó a quemar a la Diosa, madre Océano movió la rodilla por lo que los huevos cayeron al agua y se rompieron. De los fragmentos surgieron el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas y las nubes. Como en tantos del huevo cósmico en este caso la fecundidad se relaciona con el calor. Según una narración coreana, la hija de un rio fue encerrada en una habitación por su marido, pero el sol la persiguió, la dejó preñada y 
parió un huevo del que salió la Deidad solar Zhumang.

La creación por tanto, parece ser un misterio que las civilizaciones antiguas intentaron discenir a través de ideas tan básicas como evidentes: un origen único, basado en una conexión natural con esa divinidad sin nombre, esencial de donde parece provenir la idea más antigua sobre la procedencia humana. Una manera de admirar el misterio supongo, o más aún, intentar darle un rostro humano.

C'est la vie.

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