Él mismo se define como "grafía". Una única palabra que parece definir un hombre que mira el mundo desde una perspectiva tan curiosa como personal. Lo construye cada día, tal vez. Es por ese motivo, que cuando aceptó participar en mi proyecto "Los ojos de Otro" pensé que sería una vuelta de tuerca a este juego de cuestionamientos que estoy llevando a cabo en compañia de otro libre pensador como yo. Y me sorprendió, claro está. No podía ser de otra manera: con Fedosy nada es sencillo, nunca aparente, todo es profundamente complejo. Siempre hermoso.
Y es que gracias a Fedosy recordé que para quienes amamos el arte, los artistas, Dios se manifiesta en una cámara y en una palabra. La fe del creyente que construye su propio ideal.
Estas fueron mis preguntas para Fedosy:
1) ¿Que es una palabra?
La palabra es un agujero.
La palabra es una sed insaciable.
La palabra es un ave con dientes de tigre.
La palabra es una virgen ninfómana.
La palabra tiene principio pero nunca fin.
La palabra es un topo, ciega busca la salida a sus significados.
La verdad es una ilusión de las palabras.
La palabra tiene dedos de médium.
La palabra encuentra su destrucción más perfecta en el poema.
La palabra es una mujer hermosa cuyo rostro se transfigura en otro rostro de mujer hermosa y así…
La palabra es oasis de espejismos.
La palabra es la arcilla de los malentendidos.
La palabra es un enjambre dentro de un torbellino.
La palabra no cree en ti, ni en nadie.
2) ¿El mundo cabe en un párrafo? ¿O el párrafo es un mundo?
El mundo cabe en una boca y un poema. Los párrafos tienen envidia de eso.
3) ¿La fe en el arte es divina?
Nada más humano que el arte. Nada más divino que el ser humano.
4) ¿Dios es amor o es arte?
Cuando a uno se le da la oportunidad de volver a nacer, cuando un perro llega a tu casa, se acuesta a dormir a tu lado y tú sigues escribiendo mientras él vigila tus sueños, ahí sabes que algo parecido a Dios existe, y es al mismo tiempo amor y arte. No hay arte sin amor.
5) ¿La fe se crea, se pinta, se escribe, se hereda o se sueña?
Hace poco descubrí que mi nombre, Fedosy, posiblemente venga de Ferdowsi, poeta persa, héroe nacional, nacido alrededor del 935. Mi bisabuelo Damián era un hombre terrible, mis tías dicen que era mercenario, un cosaco dice alguna otra para hacer el asunto más romántico. Por cierto, Damián viene del griego y significa domador. Pero volvamos a mi nombre, que es también el de mi abuelo. ¿Cómo es posible que un hombre de armas y sangres derramadas le pusiera a su hijo, mi abuelo, Fedosy, nombre que se parece tanto al Ferdowsi persa? ¿Había acaso cierta sensibilidad artística en el asesino? Quién sabe. Lo cierto es que yo, que digo que no sé más que escribir (a duras penas), que mato personajes en mis historias y que de vez en cuando escribo poesía, me llamo como un poeta persa. Pero el asunto no se detiene acá. Mi nombre, además, puede tener raíces más antiguas. La relación entre persia y Ucrania es antiquísima. La raza ucraniana, aunque predominante eslava, también está formada por distintas pueblos nómadas muy remotos, entre ellos los escitas, que eran de origen iranio. Los escitas eran considerados salvajes, sanguinarios. Se creía que bebián la sangre de sus víctimas y vestían cueros cabelludos humanos. Todo esto me lleva a recordar a mi bisabuelo mercenario, que sin embargo le puso a su hijo el nombre de un poeta. ¿Se dan cuenta lo complejos que podemos llegar a ser? La crueldad y la belleza, todo gira en nosotros, todo se mueve en nuestros nombres desde siempre. Tener un nombre es tener un acto de fe, tener un nombre es heredar oscuridades y luces.
Y estas fueron las preguntas de Fedosy para mi:
1) ¿Qué se captura cuando se toma una foto?
El alma, el temor, el deseo, la satisfacción, el temblor de un párpado. Una media sonrisa. La felicidad, a fragmentos, la tristeza, en pedazos, la belleza, infinita. La ternura irreal, deshaciendose en pequeños instantes. Lo perverso, lo duro, lo quemante. Lo que se esconde, lo evidente, lo simple. La danza del tiempo, la realidad tan cruda que te arranca lágrimas, los sueños tan profundos que te dejan sin voz. El espiral de la memoria, todo lo que perdí, las cosas que deseas encontrar. La vida entera.
2) ¿Qué es una máscara?
Es un sueño roto. O muchas lágrimas ocultas. O palabras que no se dicen. O que se dicen y se olvidan. Las que se pierden, las que se hunden en un mar de lágrimas. Los recuerdos sin nombre.
3) ¿De qué color es la realidad?
Blanca, en constante construcción. Una fotografía que se tomará, una palabra que dará vida a la realidad.
4) ¿Qué oculta una fotografía?
Toda fotografía es un secreto de un secreto, decía Diane Arbus. Y es verdad. Una imagen son cientos de pequeños trozos de realidad ocultando cada uno un enigma. Eso es una fotografía, que es a la vez un sueño y un enigma. Un ouroboros de luz mordiéndose la cola para crear una historia.
5) ¿Existen personas que salen en las fotos iguales a como son en la realidad?
Espero que no, o lo lamentaría muchísimo por el fotógrafo. Toda fotografía es subjetiva, toda fotografía cuenta historias, toda fotografía modifica la realidad, toda fotografía toma decisiones sobre el tiempo que construye, toda fotografía se contiene así misma. Toda fotografía es la mejor expresión de si misma, toda fotografía es una pequeña habitación de la mente de su autor.
Gracias, mi queridisimo Fedosy, por construir una mirada a la fe danzando en luces, tintas, recuerdos y sombras.
¿Quieres participar en mi proyecto "En Los ojos de Otro"? Déjame tu correo en los comentarios para intercambiar preguntas!
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