sábado, 1 de junio de 2013

Nace una Estrella: El ritual de Iniciación en Brujeria.



Una mujer joven - hace poco cumplió los doce - se encuentra de pie rodeada de algunas de las mujeres de su familia. Lleva el cabello trenzando que se agita un poco por el viento. El olor de la Mirra y la albahaca de la ceremonia la rodean casi con calidez. Lleva una túnica blanca, a la rodilla, apretada a la cintura con un cinturón de cuero crudo. Lleva el pentáculo al cuello y sostiene una daga de metal, herencia de su familia. La hoja brilla y suelta destellos con el resplandor de las venas que iluminan el lugar. Espera en silencio. La respiración agitada por el temor y la impeciencia. 

La mujer se siente vulnerable, es inevitable, aunque está rodeada de su familia. Es curioso, sin duda, que de pronto sea consciente del significado de la escena que vive: tiene el pensamiento que aquella ceremonia debe haberse repetido cientos veces en el pasado: en el bosque, en la aldea, en la cocina de la madre, en la Oscuridad del jardin. Cuando la punta fría de una daga también de metal presiona su pecho, se sobresalta. ¿Sintieron miedo ellas también? ¿Las brujas que de quienes heredó esta tradición que es sueño? Las imagina por un breve instante: Las mujeres y niñas, de todas las épocas, de diferentes rostros y apariencia, esperando en circulo, dándole la bienvenida a la recién llegada, a la nueva Hija de la Luna que recordará los milenos que no conoció y encontrará en la Luna una respuesta. ¿Fue así para ustedes? piensa mientras una voz femenina rompe el silencio total que palpita en la noche, que rodea al grupo de oficiantes que aguardan emocionados y sobrecogidos por la vieja ceremonia de la que son testigos y participantes, una herencia tan Antigua que su origen se pierde en el origen de la creencia que comparten.

- Tu, que estás en el umbral del mundo donde el significado es aparente y el dominio del temor y la duda ¿Tienes el valor de cruzar el círculo de fuego de tus temores y venir aquí junto a tu familia, para consagrarte al tiempo y a la fuerza de convicción que la Diosa secreta del Bosque representa?

La joven toma una lenta bocanada de aire. El lento crepitar de la hoguera ceremonial que arde, como simbolo de su fe, parece hacerse más poderoso, profundamente sentido. Levanta el rostro levemente, a ciegas, y siente que el viento le acaricia las mejillas sudorosas. La emoción le llena y siente las lágrimas llenar sus ojos detrás del velo de tela.

- Sí, lo tengo - dice al fin. Un suspiro de alivio y regocijo surge del pequeño grupo que la rodea. Pero de inmediato, el denso silencio de la expectativa la envuelve de nuevo.

- No debes intentarlo con temor en tu corazón - prosigue la poderosa voz femenina - sería mejor abandonar ahora si alguna incertidumbre empaña tu convicción. ¿Deseas entonces unirte a esta creencia y ser parte de la familia de la Diosa, en el tiempo de la esperanza y el canto del tiempo?

- sí - repite la joven. La voz parpadea un momento, la alegría le sofoca un poco, pero logra mantener la compostura - sí, deseo unirme.

- Entonces, ven con nosotros - responde la voz femenina. La bruja finalmente es liberada de la venda que la sumia en la oscuridad del tiempo moral y mira a su familia, al fuego del tiempo rodeandola y acogiendola en su seno, en el principio del ciclo infinito que crea el nombre de la Diosa en la creencia de sus hijos.


Como probablemente habrán adivinado mis más cercanos amigos y quienes se han tomado la amabilidad de leer este blog, su blog  con cierta frecuencia, la narración anterior es una pequeño ejercicio de escritura sobre lo que ocurrió la noche en que me inicié como bruja. Por supuesto, todo el acontecimiento fue de indole mucho más familiar y eso lo hizo más hermoso: Mi abuela me obsequió su Libro de las Sombras, compartimos una cena entre tias y primas y al final de la noche, me colgó al cuello su pentáculo - estrella de cinco puntas rodeada de un circulo - como simbolo que la tradición de la brujería continuaba en mi. Sin embargo, cuando lo hizo - una frente a la otra, ambas llevando el cabello trenzado - si tuve esa sensación misteriosa de trascendencia, de participar en un ritual tan viejo como hermoso, en una conversación con mis propias creencias tan vieja como mi memoria.

No obstante, el ritual de iniciación no es una costumbre exclusivamente de la tradición de la Brujeria como la practico,  sino que forma parte de una antiquísima visión ritual que parece repetirse con esquema parecido en numerosas culturas y tradiciones.  Más sorprendente aún: cuando comencé a investigar, encontré que la gran mayoría de las iniciaciones, tienen numerosos elementos en común, como


Un silencio en el tiempo:


Antiguamente, los rituales iniciáticos y de consagración recibían el nombre de "El desafio", porque de hecho, se trataba de  un reto que el iniciado debía superar para ingresar al culto mistérico al que aspiraba a pertenecer o lograr ciertos conocimientos reservados solo a los que podían cruzar determinados estadios de pensamiento o conocimiento. De hecho, este reto - que podría tener tanto valor simbólico como físico - tiene la intención de brindar al iniciado un estado mental especifico: comprender que lo que obtendrá a partir de su triunfo tiene un valor concreto, fruto de su esfuerzo.  El efecto de la iniciación mágica era una mayor conciencia mental sobre lo que puede significar el ritual y también una metáfora de la lucha interna que se lleva a cabo al comienzo de un trayecto espiritual:  la comprensión, la madurez para obtener conocimiento y más allá, la elevación filosófica de vencer nuestras propias limitaciones por un objetivo ppersonal. Lo que tienen en común todos los rituales que se construyen en base a una evolución espiritual, es el sentimiento de la exigencia implícita de valor del iniciado y consagrado ante su decisión irrevocable de pertenecer a una forma de expresión mágica que sea individual y general al mismo tiempo. Una vez cumplido dicho requerimiento, la terrible experiencia finaliza y la puerta de los misterios se abre para el iniciado.

Una de las primeras cosas que el iniciado debe hacer antes de la ceremonía es preguntarse si realmente desea llevarla a cabo. Esta pregunta es personal, intima y surge luego de un largo aprendizaje sobre su mundo interior y la conciencia plena de su expresión del yo. En la tradición de Brujería que practica mi familia, por ejemplo, el vendaje de los ojos simboliza la ignorancia del futuro consagrado acerca de lo que acontecerá durante la ceremonia y su confianza en la sabiduría de la bruja a quién confió su aprendizaje. Cuando finaliza la consagración la venda es removida: el consagrado se encuentra cara a cara con su Dios personal, su inconsciente profundo y ahora puede empezar su nuevo camino hacia el conocimiento y la sabiduría. Una personalidad trascendental y los poderes que forman parte de la brujeria como concepto moral y espiritual, marcan la transición en la nueva vida de la bruja y reemplazan sus cualidades meramente cotidianas.

La muerte mística que la bruja resiste durante su iniciación es también un elemento necesario dentro de la iniciación y la consagración como rito de transcisión energética, pues la nueva vida no puede comenzar si la anterior no ha finalizado. En cuerto sentido, rebautizado en los fuegos del espíritu en lugar de las aguas del cuerpo. Como los bautismos religiosos, los bautismos mágicos sugieren la expulsión del temor y la incertidumbre y la liberación del tiempo personal. Cuando un bebé nace luego es ritualmente liberado del pecado original, análogamente la bruja después de la iniciación renace de la matriz de la materia, y su mente y espíritu son renovados.

Ceremonias tales como la bar Mitzvah judía son también ritos de iniciación de Gran antiguedad. Han sido incorporados a través d los siglos como ceremonias litúrgicas en las grandes religiones, pero sus orígenes pertenecen a los ritos mágicos presentes en la hermenéutica del ser humano social.

Las ceremonias de consagración e iniciación por tanto, lejos de ser una experiencia exclusiva de la brujeria, es una característica importante y extendida de nuestra sociedad e indica el estatus de los individuos dentro de ella. No hay diferencia si se trata de una bruja, una monja católica o una persona bautizada, siempre que haya pasado su adecuada iniciación y su nueva personalidad haya emergido como una poderosa manifestación de la energía del espiritu personal. Es entonces un miembro aceptado de un grupo al que está unido por una semejanza de creencias y aspiraciones.

Aun recuerdo el temor que sentí en mi ceremonia de Iniciación. Y no obstante, volvería a realizarla, con total convicción. Sonrío, recordando lo asustaba que estaba y lo extrañamente serena que me sentí después. Me pregunto si realmente hubo un tránsito, una transformación de mi manera de pensar al aceptar formar parte de esta tradición, mucho más vieja que yo, que pareció esperarme por siglos enteros para obsequiarme su conocimiento.

El comienzo de una nueva Era en mi vida.

Una manera de crear, tan válida como cualquier otra sin duda. Una cuestión.

C'est la vie.



Con información del libro:
El libro completo de Hechizos y Ceremonias de Migene Gonzalez Wippler. 

4 comentarios:

Bероника dijo...

Me gusto mucho la historia, pero me da curiosidad ¿Como se inician las brujas no hereditarias? ¿Como saben si son brujas o no si nadie las ha guiado o sienten cosas pero no estan realmente seguras de ser brujas?

Miss B dijo...

Hola bella!

Para responder a tus preguntas, escribiré un post al respecto. Gracias por leer y comentar!

Bероника dijo...

Ok, muchas gracias a ti por hacer estos temas muy interesantes *-*

Bероника dijo...

Ok, muchas gracias a ti por hacer estos temas muy interesantes *-*

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