martes, 18 de febrero de 2014
El continente Sordo y Mudo: Carta a la indiferencia internacional.
Apreciado Presidente Pepe Mujica:
Le escribo en un ejercicio de imaginación. Obviamente, sé que jamás leerá esta carta. Y quizás, usted no sea el verdadero destinatario, sino todos los presidentes del Hemisferio que por diferentes razones han ignorado la crisis que vive Venezuela en beneficio de cientos de razones que solo puedo suponer. Igualmente, se la dirijo a usted porque es el rostro reconocible del socialismo “Exitoso” o lo que en nuestro hemisferio, tan humilde y tan confuso, creemos es un triunfo ideológico. Tendrá que disculparme entonces, si algunas de las cosas que diré no le atañen directamente o en todo caso, no tienen relación directa con usted.
Venezuela atraviesa un momento trágico de su historia. Un grupo de sus ciudadanos estalló en protestas espontáneas por puro descontento. Pero somos los desposeídos de identidad, somos los apátridas, los que no tienen nombre, los invisibles al poder. Porque los ciudadanos que han salido a la calle cada día desde hace una semana, son los que se oponen al gobierno, esa masa descontenta y sin dirección que el gobierno aplasta con puño represivo. No tenemos medios de comunicación, no tenemos dinero, armas. Carecemos incluso de discurso. Sólo sabemos que protestamos, que el país, la “patria” chavista, nos está asfixiando, nos aplasta a diario desconociendo nuestra existencia, destruyendo nuestra identidad para beneficiar una ideología tan borrosa como carente de verdadero sustancia. Un socialismo ficticio, hipócrita y destructor que en lugar de pacificar y aglutinar, destruye para avanzar.
Usted lo debe saber mejor que yo. Usted, que ha sido un luchador justamente de esa izquierda realista y práctica que durante años fue una quimera en este continente maltrecho y adolescente. Así conocí su historia: como la de un héroe de lo pequeño. Su lucha ha sido larga y sin pausa: desde esos convulsos años sesenta hasta su floreciente carrera política, construida a base de sentido común y buenas propuestas. Finalmente es el presidente de su país y esa conciencia, la sensibilidad adquirida en la Lucha, le ha hecho levantar un país próspero, amable, lleno de posibilidades y libertad.
Un país socialista.
De manera que Señor Mujica, su apoyo tácito al régimen venezolano me parece la mayor de las hipocresías. A usted que le reprimieron, que estuvo en la clandestinidad, que sufrió y sangro por el sueño de un país mejor ¿Que le parecen nuestros lideres oportunistas? ¿Que le parecen los funcionarios que solo medran en el erario público, sin el más mínimo sentido de la responsabilidad y el servicio público? A usted, que construyo una idea de política humilde y práctica, que elaboró una nueva idea del funcionario público al servicio de un pueblo, ¿Qué le parecen los insultos que sufre el ciudadano Venezolano que no apoya el pensamiento Oficialista? ¿No le produce ni un poco de resquemor o rechazo comparar su fructífera carrera y visión con este caos que la alta jerarquía gobernante impulsa sin pausa? ¿Que le parece a usted, pacifista y pacificador, un país dividido en dos mitades irreconciliables? ¿Un país sometido a la ideologización sistemática que terminó convirtiendo en enemigo al contrincante? ¿Un país de extremistas, empobrecido intelectual y moralmente? ¿Como apoya usted, en esa manera silenciosa de la neutralidad lamentable, un régimen que reprime a bala la piedra, que tortura y abusa del poder? ¿Cual es su justificación señor Mujica, en medio de una debacle económica sin cuento, de una transición económica a un modelo caduco que está destruyendo no solo la identidad de la nación sino construyendo un tipo de ciudadano deudor al Estado, no un ciudadano responsable?
Lo veo, con sus exhibiciones de humildad: llegando a la casa de Gobierno en su automóvil desvencijado o tomando grandes decisiones en sandalias de cuero. Lo veo, conversando con grupos de rock de Moda, abriéndose paso entre prejuicios y creando una nueva sociedad. ¿Y apoya esto? ¿Apoya la muerte, la opresión, el discurso falaz? ¿Realmente está usted consciente de lo que vivimos ahora mismo?
Nos somete el caos, nos aplasta la idea de un país que solo acepta el pensamiento único.
¿Esto es el socialismo por el que usted lucha?
Y sé que nuestro país no debe preocuparlo. Que solos una alianza estratégica y que probablemente, su opinión - o la ausencia de ella - tenga mucho que ver con su responsabilidad frente a los suyos. Y lo entiendo. O creo hacerlo. Pero entonces señor Mujica, le sugiero recordar de vez en cuando su origen, lo que lo llevó al poder, lo que le ganó el respeto mundial.
Ejercer el don preciado de la verdad, la probidad y la honestidad.
No me queda mucho que decirle. Lo demás, se lo puede decir este país roto a pedazos que es el mio y lo que usted pueda comprender de él.
Me despido, sin otra cosa que añadir - quizás no haya otra - quizás porque lo que ocurre en mi país es tan evidente que resulta simplemente incontestable.
A.
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