miércoles, 26 de febrero de 2014
El socialismo y la estafa histórica: Entre la lucha de clases ficticia y otras ideas revolucionarias.
Hace unos días conversaba con un amigo oficialista - sí, todavía los tengo y muy queridos - que me insistía en que debía aceptar que Chavez había rescatado del anonimato histórico al pobre del solemnidad. Le acepté el argumento pero le pregunté a su juicio, a que atribuía la política social de Chavez ¿Al buen corazón? ¿Una visión humanista? ¿Estrategia social? Mi amigo se tomó el cuestionamiento muy en serio.
- Chavez intentó incluir a los pobres dentro del planteamiento social derrumbando las lineas de marginación habituales que nuestra cultura impone - me explicó - lo hizo de manera torpe en ocasiones y sin duda, hubo un mal manejo del discurso oficial, pero sí, logró brindar al humilde y al ignorado un lugar dentro del mapa político nacional.
- ¿Por buena voluntad?
- ¿Por qué otra cosa podría hacerlo?
Me contuve para no sonreír. Me pregunté si el idealismo del revolucionario criollo está contaminado de la adoración al Lider carismático al extremo de ignorar la evidencia de la estrategia política que para cualquiera, puede parecer tan claro.
- ¿No podría ser un tema electoral y de reorganización del poder? - pregunté casi con delicadeza. Mi amigo me dedicó una mirada ofendida.
- Eso es solo una consecuencia: las políticas de inclusión deben ser conservadas, por lo tanto la participación del principal beneficiario es necesaria.
Muy romántico, pensé, pero por supuesto nada realista. De manera que dediqué varios días a leer por mi cuenta, todo lo que he podido sobre la pobreza, las transformaciones políticas y sociales impulsadas por Chavez y sobre todo los análisis de Briceño León y Verónica Zubillaga, que asumen la pobreza Venezolana como consecuencia de una estructura económica no solo ineficiente sino además, carente de verdadera sentido de inclusión social. Chavez, por supuesto, con el buen olfato político que le caracterizó supo aglutinar y capitalizar esa brecha de exclusión tradicional para brindar al pobre un lugar preponderante dentro de la lucha política. Pero (y aquí viene la gran objeción del tema) no lo hizo por motivos desinteresados y mucho menos con la intención de reconstruir el Estado en Beneficio de las mayorías. Lo hizo para apuntalar su proyecto personal, que por supuesto, incluye al Venezolano más humilde pero no como figura de poder y representatividad, sino como ficha del juego electoral.
Y es que siempre se insistió en el tema que Chavez empoderó a la pobreza que generó cuarenta años de mala administración y una visión política de corte discriminatorio. Una manera de justificar su desprecio hacia el profesional clase media que en su mayoría se opuso - y se opone - a su proyecto ideológico. Sin embargo, Chavez jamás brindó verdadero poder a los pobres: los utilizó de manera electoral para afianzar las bases de un gobierno que usufructúa la ignorancia y la crisis para mantenerse en el poder.
¿Le parece un concepto exagerado y hasta radical? Probablemente, pero en realidad no pertenece a ningún argumento opositor, sino lo que se desprende del análisis de estas declaraciones del Ministro de Educación, Héctor Rodriguez, que justifica el hecho que el gobierno no brinde oportunidades claras de progreso social por ideas eminentemente partidistas e ideológicos.
Lea las declaraciones del Ministro Rodriguez aquí —>http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/140225/rodriguez-no-vamos-a-sacarlos-de-la-pobreza-para-que-se-vuelvan-escual
Como era de esperarse, al cabo de unas cuantas horas, el Ministro Rodriguez acusó a la "Derecha" (la fantasía política preferida del oficialista promedio) de tergiversar sus declaraciones. Añadió que toda acción del gobierno tiene un interés político (le llamó principio para no hacer tan obvio el principio de manipulación) y dejó claro que el Gobierno jamás creará "un sector social con valores aspiracionales que no compartimos". En otras palabras, el Gobierno solo brinda ayuda a quienes pueda utilizar ideológicamente para afianzar su idea del uso de poder político. Ni hablar de las implicaciones que tienen las declaraciones del Ministro sobre sobre valores y derechos como la equidad, la probidad de las funciones administrativas de Gobierno.
De manera que las declaraciones del Ministro, permiten un análisis coyuntural sobre la interpretación política que el chavismo le da al concepto de la inclusión. Un planteamiento que parece sugerir unas cuantas ideas concluyentes:
1) Chavez no fue un héroe ni tampoco un Mesias que empoderó a los Pobres heredados de épocas de malas políticas públicas. Los utilizó de manera política, que es un matiz bastante distinto a la visión de la política pública del difunto presidente. Chavez no procuró mejoras sustanciales ni de progreso para la clase menos favorecida. En su lugar construyó una cadena de dependencia económica basada en administrar los recursos de la renta petrolera para crear una serie de circunstancias que hicieran al ciudadano deudor del Estado. Obviamente, en toda relación de poder hay un intercambio elemental: Los pobres recibieron visibilidad a cambio de ser utilizados como plataforma y sostén político de una ideología prestada, mal encajada y además que es un híbrido de cientos de propuestas más o menos exitosas. El tema es que en Venezuela el socialismo se aplicó parcialmente bajo la sombra de un líder Carismático. Chavez usufructuó a los pobres, no los empoderó. ¿Qué persona humilde de este país te puede decir que dejó de depender del Gobierno paternal? Ninguno.
2) Quince años de Gobierno Chavista crearon una sociedad adolescente: La sociedad no ha madurado y continúa utilizándose un discurso político pobre e insustancial. ¿El motivo? El gobierno no necesita ciudadanos, necesita partidarios que sean eco de la ideología oficial. De hecho, el discurso oficial es una mezcla cochambrosa de las 10 tácticas de Manipulación de Chomsky y la propaganda Goebbels. Básicamente, a este país se le trata como ineptos y son ineptos politicamente. La inclusión se asume como una especie de idea simple, que no pasa por asumirse como la contraparte de una discusión social. Así que seguimos llamándonos “apátridas” “nazis” “malandro” mientras el Gobierno maniobra una crisis espeluznante.
3) Creo que es bueno asumir que Chavez, como líder, fue un político con enorme olfato para reconocer las oportunidades, retroceder, avanzar, destrozar, construir. Pero eso no lo hace un paradigma o un punto entre dos etapas de la historia. Lo hace una consecuencia histórica. Una muestra evidente de esa necesidad del Venezolano del héroe, del “cuatriboleado”. ¿Ejemplo? Los ríos de adoración que generó el General Vivas ayer. No aprendemos. Como dije antes, somos una sociedad niña, que se construye a base de una figura paternal más o menos variable.
Venezuela para prosperar, primero debe madurar. Y eso nos llevará unas décadas.
Así estamos, esta es Venezuela.
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