viernes, 4 de abril de 2014

Una película cada Viernes: Persépolis de Vincent Paronnaud y Marjane Satrapi.






Usualmente, el género de películas de corte político y de denuncia, se confunde con algo mucho más complejo. Un híbrido entre el documento histórico en estado puro y algo más sutil, una critica directa a esa complejísimas relaciones sociales y culturales que intenta retratar. Tal vez se deba a que la política, como lenguaje, aún es difícil de definir o simplemente al que documento visual en si mismo posee tantas implicaciones, que resultado complicado conceptualizarlo. Cualquiera sea el motivo, el subgénero político, siempre se encuentra en una constante evolución, en una transformación esencial que muy probablemente es consecuencia de ese discurso siempre novedoso, siempre en revisión que intenta reflejar la política como un mensaje social. Una idea que se reconstruye a partir del medio, quizás.

Es por ese motivo, que "Persepolis" dirigida por Vincent Paronnaud y la autora del Comic homónimo Marjane Satrapi, es sin duda la prueba más evidente de esa reinvención constante. Porque "Persepolis", comic y película, es un documento político a toda regla, pero también una expresión visual profundamente meditada, que intenta mostrar, a través de un planteamiento en apariencia sencillo, ese rostro cotidiano del que sufre un régimen opresor. Y es que "Persepolis" más allá de su planteamiento político, de su durísima crítica a las bases de poder que sostienen el régimen represor, es también una construcción visual que intenta elaborar ideas complejas desde lo sencillo, lo anecdótico. Escenas tras escena, desde el formato del Comic - con sus dibujos casi infantiles y su blanco y negro de fuerte contraste - y su versión cinematográfica, "Persepolis" dibuja un rostro desconocido bajo el horror, el oprobio y el miedo. Observa desde un punto de vista agudo y duro, esa otra versión de la historia, la desconocida, la que podría no contarse, pero siempre será necesaria para comprender esa versión real del mundo que se mira, del que se asume real.

En más de una ocasión se ha dicho, que como obra artistica "Persepolis" desconcierta por su madura sencillez. Tanto su concepción como construcción, se inclina más por la visión intimista que comprende lo que ocurre a diario, en un pequeño sustrato de conciencia que sin embargo, también incluye esa otra realidad, la de afuera, la mucho más compleja e intricada. La dolorosa. Como adaptación, la película capta con muchísima inteligencia, esa voluble comprensión del mundo, del yo ajeno que tránsita desde la visión personal hacia la más amplia: recopilada en cuatro Tomos, la dibujante Marjane Satrapi nos cuenta sus vivencias y peripecias personales desde su infancia en Rash durante el año 1979 - que coincide con el deerrocamiento del régimen del Sha de Persía - hasta el año 1994, donde se enfrenta a lo más duro del régimen integrista islámico que aún gobierna el destino del país. Y lo hace con la dureza descarnada del testigo, con la tristeza del oprimido, con la ira desconcertada del temerario. Una idea que se entrecruza con una linea argumental que refleja lo político como circunstancial, como doloroso e inevitable. Y es que Marjane, como artista, refleja en su obra no solo su personalísima visión del miedo, de esa convicción de encontrarte en medio del terror de la violencia y la opresión, sino sus implicaciones: esa definitivo análisis del observador consumado, del que ha sufrido en carne propia los terrores que cuenta. Un ojo privilegiado desde el papel y hacia el lenguaje cultural.


La versión cinematográfica de "Persepolis" no solo construye el mismo tipo de lenguaje que su gemelo en tinta, sino que incluso lo amplia. Una metáfora visual donde la mezcla de dos estilos tan diferentes como lo son el de Marjane Satrapi y el director francés Perronaud, construye un discurso en imágenes heredero de los mejores y más profundos documentos políticos de las últimas décadas. Con su animación simple y sin artificios, el film evade maniquueismos innecesarios y crea una visión universal sobre lo que cuenta, una durísima reflexión sobre la voz del narrador, que avanza con un ritmo medido e inteligentes. Hay una definitiva comprensión del mensaje que se cuenta que junto con el mensaje que se muestra - desde ese ámbito visual casi inocente - construyen un elemento de profundo impacto emocional. Más allá del humor y el desparpajo que la trama muestra en momentos de alivio, lo dramático y lo poético se impone, elaborando esa necesaria dosis de intimidad en esta curiosa autobiografía con momentos de dura critica social.

Y es que la fuerza del trazo blanco y negro de Marjane - efectista y poderoso - brinda una profunda expresividad al dibujo, una sensación de atemporalidad que resume ese mensaje elemental  del miedo. Lo político se mezcla por momentos con un inquieto análisis sobre la época que le tocó vivir, sobre la construcción de un discurso coherente entre sus vivencias y el país que se desmorona, se reconstruye y brinda un nuevo rostro a lo cotidiano. Porque Marjane es sincera, eso es evidente, pero también es contestataria. La subjetividad se alimenta de esa opinión incesante, de esa mirada critica que nunca parece encajar realmente en una visión única. Marjane como testigo, cuenta la historia como la ve, pero también la cuenta como la cree real, y en medio de esa sinceridad apabullante, hay una grieta meridiana que brinda al espectador un resquicio de opinión, una segunda interpretación necesaria. Un logro de discurso en si mismo.

Pero más allá de todo análisis cultural y social, La "Persepolis" de Marjane - libro y película - es una historia amarga. Es un debate simbólico de la incomprensión entre seres humanos y su necesidad de amar y ser aceptado. Un incesante cuestionamiento sobre la opresión,  la opinión que se menosprecia, el valor de las diferencias. Al final,  el metamensaje de "Persepolis" resulta de inestimable valor: una idea congruente sobre la necesidad de la disyuntiva entre lo que somos y a donde pertenecemos.   Una obra llena de dilemas morales construidos a base de vivencias y que intenta con gran acierto, evitar el mensaje moral sin cortapisas.

La visión personal como la más sincera expresión de protesta y libertad.

¿Quieres ver la película Online? Hazlo desde aquí --> https://www.youtube.com/watch?v=UoN_Awwkc70



0 comentarios:

Publicar un comentario