miércoles, 12 de agosto de 2015

ABC del fotógrafo curioso Las leyendas urbanas sobre la fotografía





Hace unos años, alguien me preguntó qué tipo de cámara usaba, qué lentes eran mis favoritos y cuáles accesorios fotográficos había acumulado durante casi una década como fotógrafo. Cuando le respondí, me dedicó una amplia sonrisa de admiración.

— Debes ser una gran fotógrafa — me felicitó. Sentí una nítida oleada de indignación. — No ha visto mi trabajo. — Pero con el equipo que tienes, debe ser muy bueno. — Sólo son herramientas. — Grandes herramientas. — La fotografía la hago yo.

Por supuesto, a estas alturas, mi interlocutor había comprendido que su halago no era precisamente bien recibido y que por razones que al parecer le desconcertaban, yo estaba más ofendida que complacida por sus palabras. Me dedicó una mirada asombrada y la conversación terminó en un incómodo silencio, que fue más elocuente que cualquier explicación. Y es que al igual que muchas personas, mi amigo estaba convencido que la herramienta fotográfica — el inefable aparato de Vilem Flusser — es el elemento determinante en una fotografía y que de hecho, la imagen es un mero sucedáneo de la capacidad tecnológica que el equipo técnico pueda tener.

Un error común, pero no por ese motivo, menos incómodo para el profesional fotográfico. Y es que durante décadas, la fotografía se ha menospreciado como un subgénero artístico sin sustento propio y sobre todo, carente de verdadera profundidad. Desde las innecesarias comparaciones entre la pintura y la fotografía como forma de arte, hasta las críticas a las implicaciones de la inmediatez y el planteamiento tecnológico para construirse, la fotografía suele ser considerada una combinación entre habilidad para el uso de la tecnología en favor del arte y una visión subjetiva en esencia creativa. No obstante, la fotografía es mucho más que eso: es un discurso, una idea que se plantea y sobre todo, una obra artística en pleno derecho.

No obstante, la consecuencia inmediata de esa percepción superficial sobre la fotografía, provoca que la reflexión sobre ella no sólo se limite a ideas comunes y sin ningún tipo de asidero formal, sino a una trivialización de la imagen inmediata como arte. Más que eso, la fotografía es en ocasiones, considerada no sólo una idea tan vaga como abstracta, que admite todo tipo de interpretaciones intermedias e incluso, por completo erróneas sobre si misma. Una percepción que no sólo desmerece la capacidad de la fotografía como documento y hecho estético sino como elemento esencial para la comprensión de la identidad moderna sobre sí misma. Entre una cosa y otra, la fotografía parece encontrarse en un limbo de planteamiento que desvirtúa su objetivo, implicaciones e incluso, su visión sobre su análisis como visión artística.

¿Y cuales serían los mitos y rumores más comunes — y sobre todo, más dañinos — sobre la fotografía a los que todo fotógrafo debe enfrentarse? Quizás los siguientes:

* ¿El sólo hecho tener una cámara me hace fotógrafo?
Lamento desilusionarte, pero la respuesta es no. No importa si tu cámara tiene la tecnología más actual y es la última en el mercado: Lo realmente importante en una fotografía es el fotógrafo que la sostiene. La percepción única que hace preciso y profundo el planteamiento fotográfico autoral.

El equívoco es común y suele provenir del hecho que la fotografía sólo exista gracias al uso de una herramienta tecnológica, parece sostener la opinión que obtener una cámara es el único requisito que necesita un fotógrafo para serlo. De hecho, es una opinión tan extendida, que la mayoría de las personas que conozco no tienen la menor duda que la cámara es de hecho, el elemento único que define una fotografía. La percepción además se acentúa por el hecho que la tecnología fotográfica se ha hecho cada vez más compleja y precisa, lo que amplia las posibilidades de la toma y la implicación de lo técnico dentro de la construcción de la idea fotográfica. Además, la accesibilidad de medios, la llamada “democratización de la imagen” hace suponer que la fotografía es un recurso técnico, antes que una creación concreta que se manifiesta como una obra conclusiva. Todo lo cual, tiene como inmediata consecuencia la banalización de la percepción de la fotografía como hecho integral y también, como elemento visual sustentable.

Por supuesto, la cámara es una herramienta imprescindible al momento de captar la imagen fotográfica, pero lo esencial en la cualquier idea fotográfica que se crea es el punto de vista de su autor. Una imagen de considerable profundidad conceptual y capacidad expresiva será el fruto de las referencias, perspectivas, análisis expresivo, compresión artística del fotógrafo combinado con su habilidad técnica. Un proceso de creación que comienza mucho antes de la toma en sí y que brinda al fotógrafo, no sólo una expresión profunda sobre su lenguaje fotográfico sino de su forma de construir un discurso lo suficientemente profundo como para que pueda sustentar sus opiniones, ideas y comprensión de la realidad. Una fotografía es un documento que se crea a partir de una meditada construcción de la realidad y sobre todo, que analiza no sólo lo que rodea al fotógrafo sino sus implicaciones conceptuales. De allí, el hecho que ninguna fotografía sea fruto de la coincidencia o de la capacidad exclusiva de la cámara para crear una imagen. Toda fotografía atraviesa una serie de reflexiones conscientes o inconscientes sobre lo que creamos y asumimos como subjetivo, consecuente y compresible de nuestros símbolos personales. Por lo tanto, una fotografía es un documento artístico completo, que intenta resumir la complejidad del mundo interior de su autor.

* Hice algunos cursos: ¿Soy fotógrafo?
En realidad, te estás preparando para ser fotógrafo, pero siendo que la fotografía está en constante evolución, eso no es suficiente para que puedas alcanzar pronto el conocimiento, la habilidad y sobre todo, la reflexión artística que crea una idea fotográfica. Tanto si eres autodidacta como si eres alumno de una escuela formal, la fotografía es algo más que un puñado de conocimientos. Es una visión compleja sobre ti mismo y que requiere para su construcción y profundización, no sólo conocimientos básicos sobre el hecho fotográfico — técnica, reglas visuales, referencias — sino una reflexión constante sobre los motivos por los cuales fotografías y continúas haciéndolo. Sobre todo, comprender que la fotografía — como arte y técnica — es un arte que requiere tiempo, dedicación y perseverancia. Es la construcción de un lenguaje, una aproximación sensible a la creación ideal de un discurso, un ensayo constante sobre un discurso visual. Ningún fotógrafo que realmente haya dedicado una considerable cantidad de tiempo a su educación y que se sienta profundamente comprometido e identificado con la imagen como documento estético, se considerará así mismo un experto. Un fotógrafo sabe que la fotografía necesita un largo tiempo para madurar como expresión y propuesta. Un buen fotógrafo está dispuesto a construir su lenguaje fotográfico por medio de la investigación, el análisis estructural de sus símbolos y la comprensión ideal de la imagen como documento intimo.

* Oye, no es tan difícil fotografiar: ¡Solo se trata de hacer un clic!
Si para ti la fotografía comienza cuando aprietas el obturador, creo que debes asumir que no eres un fotógrafo, sino el operador de una cámara fotográfica, lo cual es una sutileza que puede definir lo que diferencia a un artista de alguien que no lo es. Y es que cada vez que escucho — o leo — esta frase, no puedo evitar sonreír. En especial por las horas de planeación, creación, reflexión y puesta en escena que requiere una fotografía realmente sustentada sobre un concepto. Por supuesto, si lo que deseas crear es una fotografía olvidable, anónima, una del montón, entonces limitate a utilizar la cámara una herramienta simple. Pero si lo que aspiras es crear un documento fotográfico perdurable, profundo y trascendental, deberás dedicar el tiempo, el aprendizaje y sobre todo, la profundidad de planteamiento para lograrlo. Será un camino complicado, durísimo y sobre todo, en ocasiones bastante ingrato. Pero el resultado será asombroso no sólo como expresión de tus ideas, sino como reflejo de lo que piensas, crees, asumes como real y lo que es aún más valioso, de tu identidad.

* Soy autodidacta, ¿estoy menos capacitado que alguien recibe clases de fotografía?
No, simplemente tomaste un camino distinto — y mucho más complicado, todo hay que decirlo — para aprender. De hecho, casi todos los fotógrafos comenzamos siendo autodidactas: la curiosidad artística y visual nos hace fotografiar desde lo visceral, lo instintivo y la inexperiencia. Pero la misma curiosidad artística y visual, nos hace continuar en el trayecto, profundizar, intentar alcanzar una cierta excelencia técnica y creativa que requiere quizás, una formación más metódica y estructuralmente compleja. La experiencia autodidacta es necesaria, cuando no imprescindible, para comprender tu camino como creador visual, tomar riesgos por cuenta propia, encontrar una manera de expresión única y visualmente satisfactoria. Necesitas fotografiar sin otra presión que el hecho que desees hacerlo. Necesitas fotografiar para comprender las implicaciones de tu vocación, de tus ideas y tus propuestas. Necesitas fotografiar porque eres un fotógrafo en formación que intenta construir un lenguaje propio.

Así que no te dejes convencer por nadie que tu esfuerzo en solitario es menos valioso que el académico al momento de aprender fotografía. Disfruta de tus expectativas e iniciativas y sobre todo, crea. Nunca dejes de asimilar la información que necesitas para construir tu versión de la realidad.

* Comencé a estudiar en una Escuela de fotografía, ¿necesito experiencia autodidacta?
Sí, la necesitas, en la medida que la práctica hace al experto fotográfico. Fotografía siempre que puedas, por todas las razones que se te ocurran. Aprende las reglas fotográficas y rómpelas a la primera oportunidad que tenga. Sé audaz al momento de construir ideas, nunca dejes de reinventarte. Siempre construye ideas que puedan sorprenderte. La fotografía es un ejercicio de perseverancia, una considerable dosis de imaginación y sobre todo compromiso. No te limites a lo que aprendes en clases, vive la fotografía como una experiencia personal.

* La fotografía actual es sólo Photoshop. Antiguamente la fotografía era mucho más pura.
Hablemos un poco de historia de la fotografía: En el año 1890, la recién nacida fotografía comenzó a ser considerada por un reducido grupos de autores como una pieza de arte. Siendo así, consideraron que podía admitir no sólo la experimentación, sino también la creación fotográfica como parte de un complejo ejercicio visual. Se allí nació la llamada “Fotografía academicista”, cuyos principales exponentes decidieron crear a través de trucos de estudio e iluminación, retoques realizados en el cuarto oscuro y la experimentación, toda una nueva visión de la fotografía como documento estético formal, muy cerca y con enormes implicaciones pictóricas. Y para eso, sus principales exponentes — entre quienes destacan el escritor y artista André Adolphe Eugène Disdéri, los pioneros fotográficos Oscar Gustav Rejlander, Henry Peach Robinson y la célebre Julia Margaret Cameron — utilizaron lo que podría considerarse el antecedente inmediato del retoque digital actual. No sólo modificaron las imágenes que obtenían en rudimentarios procesos de revelado y ampliación desde multiples puntos de vista, sino que crearon toda una nueva percepción de la fotografía como idea estética. En otras palabras, demostraron que la imagen fotográfica no sólo podía reflejar la realidad sino también, el punto de vista de su autor.

Así que, el prejuicio sobre el uso de programas de revelado y retoque digital, procede de un evidente desconocimiento de la historia de la Fotografía. Las modificaciones de la imagen original, no sólo ha sido una práctica común incluso entre los más renombrados fotográficos — Cartier Bresson llegó a decir que su laboratorista era quien mejor comprendía sus intenciones fotográficas — sino que además, nunca fue considerado una manera de reconstruir la realidad, sino de usar los recursos al alcance del fotógrafo para expresar sus ideas fotográficas de manera fundamental. Actualmente, ocurre de la misma manera: los programas de retoque digital permiten reconstruir la realidad que la cámara capta en una expresión ideal de la opinión del autor fotográfico. Una percepción única y totalmente válida de lo subjetivo como parte del discurso visual.

* Tomo fotografías con mi teléfono. ¡Y algunas son muy buenas! ¿Ya soy un fotógrafo?
No, no lo eres. Eres alguien que utiliza las herramientas a su disposición — en este caso, tu teléfono inteligente — para expresar un buen ojo fotográfico y una considerable elegancia visual. Pero por si sólo, esa mirada privilegiada y probablemente original, no te hace fotógrafo. Como comenté más arriba, la fotografía es mucho más que simplemente captar una imagen. Es crear un discurso visual capaz de expresar una serie de ideas consistentes que reflejen tu opinión, tu forma de mirar e incluso, lo que consideras indispensable para construir tu lenguaje intimo. Un fotógrafo lo es en la medida que conoce los recursos y limitaciones de la fotografía como forma de expresión visual y sobre todo, como elemento inherente a la creación artística como reflexión sobre la realidad.

* Tengo un montón de fotografías de viajes, de mi familia, de rocas, de mi automóvil. Realmente son muchas, ¿soy fotógrafo?
En realidad, estás documentado lo que te rodea, lo cual es un aspecto de la fotografía y uno de los elementos que podrían hacerte fotógrafo. Pero la creación visual es algo más que simplemente captar imágenes. Es una búsqueda constante de lenguaje, de construcciones discursivas e interpretaciones de la realidad. Por supuesto, es hermoso y sobre todo, muy importante el ejercicio visual que realizas mientras intentas reconstruir tu historia personal en imágenes, pero pregúntate: ¿Qué te lleva a hacerlo? ¿Qué deseas mostrar de ti mismo a través de tus fotografías? ¿Qué analizas a través de las imágenes que creas? ¿Qué asumes como único e indefinible en tus fotografías? ¿Qué necesitas expresar a través de ellas? Si todavía no te has planteado ninguna de esas preguntas, es tiempo que lo hagas. Y si comenzaste a hacerte algunas: Felicidades, ¡comenzaste el largo camino para convertirte en fotógrafo!



La fotografía es quizás una de las expresiones artísticas más profundas y valiosas que existen. Y lo es, por su capacidad para crear y construir la realidad inmediata como idea artística y subjetivo. De manera que al reflexionar sobre lo que la fotografía es o puede ser, es imprescindible asumir el hecho que la creación visual es un planteamiento mucho más complejo que la mera existencia de la imagen que se capta. Por ese motivo, la propuesta fotográfica — lo que elabora, lo que se crea — forma parte del imaginario creativo y de la idea esencial de lo que se expresa, pero sobre todo, de lo que se profundiza como elemento trascendental en una imagen perdurable: ese elemento distintivo que hace a la fotografía una obra estética por derecho propio.

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