miércoles, 6 de enero de 2016

Crónicas de la ciudadana preocupada: ¿Qué ocurrió ayer en la Asamblea Nacional? un resumen espontáneo.




Y finalmente ayer 5 de enero la Asamblea Nacional Venezuela con mayoría opositora se instaló. Un acontecimiento inédito luego de casi veinte años de hegemonía del poder chavista. Fue un acontecimiento que revitalizó la esperanza de un país viable y quizás cimentó el esfuerzo diario de quienes aún, tenemos motivos para seguir con esa terquedad a veces absurda de continuar en Venezuela.

Sobre todo, se trató de un acontecimiento que despertó incertidumbre y esperanza a partes iguales. La tensión política aumentó de manera considerable al anunciarse los recursos del Tribunal Supremo de Justicia que “desproclamaban” a cuatro de los diputados electos y la publicación de un conjunto de leyes que limitaban las funciones de la AN con respecto al Banco Central de Venezuela. Como si eso no fuera suficiente, desde la semana anterior, se anunciaron marchas de bandos contrarios que necesariamente coincidirían en algún punto de la ciudad y se habló sobre posibles choques entre simpatizantes del chavismo y la oposición. Y como es tradicional en momentos de enorme importancia política en nuestro país, los rumores de pasillo — difundidos vía redes Sociales y mensajería instantánea — insistían en que el día cinco de enero sería el escenario quizás para el peor enfrentamiento entre los bandos en disputa. La ciudad despertó con una sensación de inminente desastre, aunque sin saber muy bien de dónde podría provenir.

No obstante, restando la agresión a un periodista de medios web, la jornada transcurrió con relativa normalidad e incluso sorprendió, el civismo con que la anticipada instalación de la nueva Asamblea Nacional se llevó a cabo. Por insólito que pueda parecer, la tranquilidad de un día en que buena parte del país temió podría culminar en conflicto, fue la gran noticia en medio de un panorama informativo muy complejo.
De manera que el cinco de enero del 2015, marca el inicio de una nueva etapa de la historia política de mi país o al menos, esa parece ser la tónica de la inevitable diatriba que llenó el hemiciclo en su primera jornada. Vale la pena preguntarse entonces: ¿Qué fue lo bueno, lo malo, lo feo y lo divertido de un acontecimiento histórico como el que vivimos en el país? Quizás lo siguiente:

Lo bueno:
Instalación y juramentación sin contratiempos:
Durante las últimas semanas, los grupos y colectivos afectos al Gobierno de Nicolás Maduro insistieron de manera muy pública que “defenderían” las instalaciones de la Asamblea Nacional del ataque de lo que el Gobierno insiste en llamar “la asamblea Burguesa”. Se habló de una toma en armas de los alrededores de la edificación, de enfrentamientos armados e incluso, que la insistencia en la confrontación era una táctica del oficialismo para evitar la instalación de la Asamblea, una vez que el Tribunal Supremo de Justicia habilitó a la anterior a continuar en funciones si acaso la recién elegida no podía ejercer sus funciones. Pero los rumores terminaron siendo el reflejo de la temperatura nacional y el acto transcurrió no sólo con tranquilidad sino incluso, con un moderado apego a ciertas formas democráticas que sorprendió por su formalidad.

Oposición y Gobierno en igualdad de condiciones: 
Por primera vez en diecisiete años de Gobierno Chavista, la oposición y el chavismo se encontraron en igualdad de condiciones y en un espacio donde al menos, se asume la existencia de cierto equilibrio de poderes. Un hecho que viene a romper la llamada “hegemonía del poder” que permitió al Gobierno un control absoluto de todos los poderes constitucionales. Para sorpresa de muchos, la bancada oficialista asistió en pleno a la instalación y proclamación de las autoridades de la Asamblea Nacional, aunque se retiró del hemiciclo antes del discurso de apertura del recién elegido Presidente Henry Ramos Allup.

Reconocimiento de la Oposición política como parte del Estado:
Por casi dos décadas, la oposición política ha sido tildada de “apátrida”, “Traidora”, “oligarca”, ignorada y menospreciada por el Gobierno en toda oportunidad posible. Además, se ha visto reducida a un descontento genérico y chivo expiatorio ideal luego de años de ataques y discriminación política. Con la Instalación de la Asamblea Nacional, la oposición Venezolana es reconocida finalmente como parte del entramado político y legal del poder y además, tiene injerencia sobre la toma de decisiones y la percepción del país como proyecto a largo plazo. Mucho más importante: tiene en sus manos de instrumentar un cambio político que promueva la pluralidad, el debate y sobre todo, permita una nueva percepción sobre el ejercicio del poder en nuestro país.

El anuncio de una agenda legislativa coherente:
O al menos, es lo que pudo interpretarse de la accidentada — y cuestionada — intervención del diputado Julio Borges, que leyó una breve lista de “prioridades” legislativas mientras la bancada oficialista reclamaba su derecho de palabra. Palabras más, palabras menos, la agenda de la nueva Asamblea Nacional, parece estar encaminada a sostener y aglutinar el voto castigo que les favoreció durante las elecciones del 6 de diciembre. Desde los títulos de propiedad para los beneficiarios de la Misión Vivienda hasta una ley que asegure cestaticket médicos para los asegurados del Seguro Social, la agenda legislativa a desarrollarse en los próximos meses refleja las inquietudes no sólo de la oposición tradicional sino del votante que expresó su malestar a través del acto electoral. Mención aparte merece la llamada Ley de Amnistía, de la cual se desconoce aún la mayoría de sus planteamientos y que busca desmontar el uso de la ley como herramienta de retaliación ideológica.

Una Asamblea folclórica y llena de matices: 
Pluralidad es la mejor palabra que podría definir una representación legislativa renovada y que parece reflejar toda transformación política silenciosa en el país. Hubo de todo para todos los gustos: Desde escarceos verbales entre Ramos Allup — quien debió “auto juramentarse” porque el Director temporal de debates Víctor Clark (PSUV) abandonó la sala — hasta raras escenas de antagonistas y enemigos acérrimos estrechándose las manos. En más de una oportunidad, hubo escenas irrepetibles (Héctor Rodríguez y Stalin González conversando con amabilidad hasta un berrinche muy público del diputado Pedro Carreño) pero toda la jornada puede resumirse en la intención de una Venezuela distinta. De un futuro que realmente permita al país aspirar a una cierta estabilidad y normalidad. Una esperanza que se cimenta luego de casi dos décadas de enfrentamiento y penurias.

El regreso de la Prensa Libre:
Desde el año 2008, la Prensa libre e independiente tenía vetada la entrada a la Asamblea Nacional. No sólo había una expresa prohibición de la entrada de cámaras de televisión sino que posteriormente, fue limitado el acceso a cualquier periodista sin la aprobación de la por entonces presidenta de la Asamblea Cilia Flores. Unos años después, durante el período (2011–2016), el órgano legislativo modificó su reglamento de debates y prohibió directamente la entrada de la prensa, incluso a la zona de prensa. Por último, el canal de Televisión exclusivo del Parlamento, tuvo el deber de informar y retransmitir a nivel nacional la información de lo que ocurría en la Asamblea, pero como suele suceder en los Medios públicos, se convirtió en un órgano partidista y propagandístico del poder. Luego de varios escarceos y un sonoro escándalo debido a las intenciones de Henry Ramos Allup de revisar la nómina de empleados, el canal fue cerrado y sus equipos retirados del edificio de la Asamblea Nacional.

No obstante, el 5 de enero, la prohibición se ignoró y la Prensa Libre volvió a la Asamblea, a pesar de las restricciones de la GNB y algunos que otros tropiezos de seguridad. Hubo comentarios sobre el deterioro de las instalaciones del área de prensa y algunos encontronazos con funcionarios de Estado, pero mayormente fue una celebración de un nuevo respiro a la libertad de expresión.

Lo malo:
La mayoría calificada de la oposición en entredicho:
Finalmente y a pesar de las promesas de la bancada opositora, no fueron admitidas las credenciales de los cuatro diputados “desproclamados” por el Tribunal Supremo de Justicia (tres opositores y uno oficialista), hecho que el oficialismo se atribuyó como un triunfo. Siendo así, la mayoría calificada de la oposición queda en entredicho y pone en peligro algunas de las funciones que definiría su agenda a futuro, como lo es acortar el período Presidencial mediante una reforma constitucional, remover a magistrados del TSJ y lo que también ha sido una preocupación general: una posible modificación de la venta preferencial de petróleo a Cuba.

La "autoproclamación" de Henry Ramos Allup como presidente del Hemiciclo durante un año:
Para sorpresas de propios y extraños, Henry Ramos Allup tuvo que “Autojuramentarse” como Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. La imagen del diputado con la mano en alto recitando el juramento de fidelidad a la ley corrió por redes Sociales y hubo burlas al respecto. Se habló de paralelismo entre la juramentación írrita de Pedro Carmona Estanga y la del recién proclamado funcionario público. Pero al final, la explicación tuvo mucho que ver con la actitud beligerante y contradictoria de la bancada oficialista: Ni el presidente saliente Diosdado Cabello, el Director temporal de debates Víctor Clark o el diputado Héctor Agüero, que por su edad dirigió la instalación de la Asamblea, quisieron proclamar a Ramos Allup, por lo que el diputado optó por hacerlo él mismo.

El abandono de la bancada oficialista del hemiciclo: 
Los diputados oficialistas soportaron por casi una hora las nueva reglas del poder dentro de la Asamblea Nacional. Durante los primeros minutos y a pesar de su evidente incomodidad, permanecieron sentados y llevaron a cabo intervenciones más o menos coherentes dentro del discurso oficialista. No obstante, la aparente interacción entre bancadas contrarias, no duró demasiado: Luego de una agria discusión pública entre el flamante Presidente de la Asamblea y el diputado Pedro Carreño, durante la cual el diputado Julio Borges tomó la palabra, el grupo autodenominado “los 55 de la patria” optó por abandonar la sala, para luego señalar que lo hacía por “las irregularidades cometidas contra el reglamento de debates”.

La inexperiencia del diputado Héctor Rodríguez como líder de fracción:
A pesar de sus evidentes intenciones de ejercer control sobre su bancada, la capacidad del diputado Rodríguez para fungir como jefe de fracción quedó en entredicho. No sólo hubo momentos de confusión, otros en lo que fue opacado por la diatriba y desempeño de diputados de mayor experiencia sino que además, terminó en medio de una confrontación que fue incapaz de controlar. Una y otra vez fue patente su falta de experiencia y lo que en Venezuela suele llamarse “burdel político” y que alude a la sagacidad en el desempeño de las funciones políticas.

El accidentado discurso del diputado Héctor Aguero: 
Por ser el diputado de más edad de la Asamblea Nacional, le correspondía al diputado Héctor Aguero dirigir la primera sesión de la institución. No obstante, a medida que avanzó la jornada fue evidente que el diputado tenía serios problemas de dicción, que se incrementaron cuando leyó — ajeno a las disposiciones de tiempo en las intervenciones — un prolongado discurso con los habituales tópicos del Gobierno Chavista. De inmediato, las Redes Sociales se llenaron de burlas y memes alusivos al supuesto estado etílico del diputado, lo que leo convirtió en una incómoda tendencia nacional.

Poco después, se supo que el diputado sufrió de un accidente cerebrovascular hace unos siete meses y a que eso podría deberse sus problemas de dicción. La noticia — que aún no ha sido confirmada de manera oficial — impulsó de nuevo al diputado Agüero en las discusiones virtuales, en esta ocasión sobre el vergonzoso hecho de ser objeto de burla a pesar de su estado de salud. No obstante, sorprende que la bancada a la que pertenece no sólo le expusiera al escarnio y burla pública, sino que además le hiciera fungir de orador de orden en las condiciones de salud en que se encuentra.

Lo divertido:
La alegría desbordada del ancla del canal de Noticias Globovisión, Juan Eleazar Figallo:
Aunque siempre se ha distinguido por su aspecto un tanto excéntrico y en ocasiones un comportamiento un tanto peculiar, ayer el narrador de noticias Juan Eleazar Figallo se convirtió en tendencia nacional al demostrar una más que evidente alegría por la instalación de la Asamblea Nacional. Con amplias sonrisas, extraños gestos y sobre todo, un entusiasmo rayano en lo desconcertante, Figallo no necesitó decir nada concreto para dejar muy claras opiniones sobre el hecho político del cual era testigo.

Los memes, claro está.
Con apenas minutos de Instalada la AN, las redes sociales se llenaron de memes burlándose del evento y sus momentos más insólitos. Desde los gestos de Ramos Allup hasta chistes sobre los problemas de dicción del diputado Agüero, hubo todo tipo de imágenes y juegos de palabras burlándose de la ocasión. Como suele ocurrir con cualquier circunstancia, el buen humor Venezolano se hizo presente y de hecho, fue una de las notas ligeras de una ocasión que se presumía tensa e incluso, violenta.

#RedCarpetAN
El HT surgió de manera espontánea en Redes Sociales y en pocas horas, se posicionó como tendencia: a la usanza del extinto programa Fashion Police del canal por cable E! Entertainment Television, los usuarios de Twitter dieron su opinión sobre la ropa y el estilo de los diputados: desde el nudo de la corbata del Diputado Juan Requesens hasta la profusión de Liqui liquis (traje tradicional Venezolano) entre los asistentes más jóvenes, la concurrencia tuvo mucho para debatir, criticar y por supuesto, burlarse sobre la manera de vestir y el estilo de los nuevos legisladores Venezolanos.


El cinco de diciembre del 2015 marcó una nueva etapa en la política Venezolana. No será sencillo, no será inmediato. Por primera vez la oposición se encuentra en el mismo espacio con el chavismo en igualdad de condiciones. Y eso, aún no es claro ni mucho menos admisible para una bancada acostumbrada al poder absoluto. Habrá debates malsonantes, insultos y sin duda, una que otra riña. Habrá enfrentamientos, momentos muy agrios. Una dura y encarnizada lucha por la legitimidad. Habrá que recordarle al Venezolano que el país no pertenece a una fracción ideológica sino que forma parte de una visión colectiva de futuro. Que hay espacio para todos y que legislar asumiendo al ciudadano sin discriminación política, es una manera de construir esperanza. Pero sobre todo, habrá un esfuerzo sostenido de responsabilizarnos por el país que aspiramos. Esa cuota de perspectiva sobre lo que deseamos construir a cuatro manos que olvidamos por tanto tiempo.

De manera que, bienvenido al cambio. Bienvenido a la Venezuela por la cual luchó — quizás sin saberlo — por diecisiete años. Una nueva opción electoral comienza a transformar el rostro de Venezuela. Esperemos siga haciéndolo.

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