Hace cuatro años, dejé mi lente 50 mm 1.8 sobre mi escritorio de trabajo y me di la vuelta para colocar otro lente en el cuerpo de mi cámara. A los pocos segundos, mi gato se subió al mueble y sobresaltado por algún sonido, pateó el delicadisimo equipo. Lo siguiente que escuché, fue el estrépito de la caída al suelo y el sonido del cristal al romperse.
Presa del pánico, lo levanté del suelo y coloqué todo sobre el escritorio e intenté unir los trozos rotos con dedos temblorosos, lo que solo provocó que los pequeños fragmentos de cristal del lente se resquebrajaran aún más. Para cuando logré calmarme, lo lamenté. Me pregunté si la situación había empeorado por mi nerviosismo.
Tenía razón. Unas horas después, el técnico que me atendió en la tienda especializada a donde llevé el lente, le dedicó una mirada preocupada a las piezas rotas.
— Lamentablemente, no creo que pueda ayudarte. No solo se debe a la caída, que ya fue lo bastante grave como para romper la pieza, sino que además, empeoraste la situación forzando los trozos rotos — me explicó.
Suspiré, desalentada. El hombre sacudió la cabeza — sucede con frecuencia — . Pocos fotógrafos saben que la mejor forma de ayudar a la reparación de un lente dañado es cuidar al máximo las piezas rotas.
Probablemente, podría haber reparado las piezas intactas. Pero en estas condiciones, no creo que pueda.
De hecho, no pudo: todavía conservo los trozos de mi viejo lente, en un gesto que asumo solo otro fotógrafo podrá comprender. Creo que como cualquier otro amante de la imagen, profeso un cariño especial a todo mi equipo fotográfico y lo sucedido, me dejó bastante claro que una manera de conservarlo es aprender las medidas básicas para protegerlo en medio de alguna emergencia como la que viví. Y no se trata todo del hecho de lo que puedo hacer después que ocurre algo semejante, sino como evitarlo. De manera que, este artículo, es una recopilación de todo lo que he aprendido durante los últimos años en lo referente al cuidado y manejo del equipo fotográfico durante determinadas situaciones críticas y como prevenirlas. Una manera la integridad de tus herramientas de trabajo y además, asegurarte que en caso de alguna emergencia, tengas las mejores posibilidades de reparar cualquier daño que pueda sufrir.
¿Cuáles son las cosas que ningún fotógrafo debería olvidar al momento de cuidar su equipo fotográfico? Quizás las siguientes:
Como guardar equipo fotográfico:
Cualquier equipo fotográfico es una pieza de tecnología de precisión que necesita un tipo de cuidado físico muy concreto. No se trata sólo del hecho que toda herramienta fotográfica necesita condiciones especiales para su conservación sino que muy probablemente, su buen funcionamiento depende de la manera como cuidamos y almacenamos sus piezas. Así que es de enorme importancia, decidir con cuidado el lugar donde guardaremos nuestros equipos fotográficos y otras herramientas de nuestro quehacer visual.
Principios básicos:
* Nunca almacenes o guardes equipos fotográficos en lugares proclives a filtraciones de humedad entre muros.
* Asegúrate que el lugar donde colocas tu equipo fotográfico es lo suficientemente sólido para soportar un peso considerable. Cuida sobre todo, yuntas, clavos, tornillos que sostengan repisas y también, anaqueles al aire y cualquier otro mueble donde decidas conservar tus herramientas creativas. Recuerda que por separado, el equipo fotográfico puede tener un peso físico moderado, pero en conjunto, puede acumular varios kilos.
* Utilizas repisas de metal o aluminio para ordenar y conservar tu equipo fotográfico. Si usas madera o yeso, recuerda incluir bolitas de material secante que permitan que el material se mantenga seco.
* La madera, además, tiene el inconveniente de ser el hábitat natural de una amplia variedad de insectos: Desde polillas, termitas hasta la temible hormiga Anoplolepis gracilipes, de rápida reproducción en las condiciones adecuadas, pueden anidar en un trozo de madera sin que sea visible a simple vista. Cualquiera de estas pequeñas criaturas, no sólo anidar en nuestros equipos, sino además, destrozar piezas específicas que pueden verse afectadas por nidadas e incluso, proliferación de pequeños nidos en lugares inaccesibles e inesperados. De manera que si decidiste guardar tu equipo fotográfico en una superficie de madera, asegúrate que esté seco y limpio: cúbrelo con una capa de pintura aislante, barniz y cubre cualquier agujero y grieta con insecticida. Cualquier precaución es poca.
* Todo mueble fotográfico debe tener puertas de cristal o plástico que permita que la entrada de la luz solar. Eso evitará cualquier hongo en las piezas de los objetivos o lentes
* Procura que tu equipo fotográfico tenga suficiente espacio para que no ocurran choques o roces mecánicos que puedan provocar el daño accidental de equipo. En otras palabras: evita acumular de manera desordenada y sobre todo, forzada equipos delicados como objetivos, cuerpos y piezas intercambiables como filtros, trípodes y baterías.
* Conserva un espacio para las cajas originales del producto: es caso que cualquiera de tus equipos esté en garantía, la necesitarás para hacerla válida.
* Dobla, envuelve y guarda con cuidado tus bolsos de fotografía. Incluye dentro de bolsillos y espacios interiores tiras absorbentes de humedad.
Principios generales:
* Cualquier mueble que utilices para guardar tu equipo fotográfico debe tener al menos una cerradura o sistema que permita cerrarlo. No se trata sólo de seguridad: evita que debido a algún movimiento inesperado, alguna pieza intercambiable o equipo óptico pueda resbalar y caer.
* Por la misma razón anterior, coloca el mueble sobre una alfombra. Eso amortiguará cualquier probable caída del equipo.
* Utiliza el mueble sólo para uso fotográfico. Y si no puedes hacerlo, al menos no mezcles el equipo fotográfico con otros objetos como libros, piezas de decoración y cualquier otra cosa que pueda provocar daño directo por descuido a las piezas fotográficas.
Lo que no debes olvidar (los detalles imprescindibles):
* Envuelve tu equipo fotográfico en papel aislante, plástico para envolver o bolsas de plástico cuando no lo estés utilizando. Si puedes guardarlo en cajas de cartón, también sería ideal. Cualquiera de ambos métodos te permitirán no sólo protegerlo de la humedad sino también de alguna posible caída accidental.
* Los objetivos deben guardarse con tapa trasera de plástico. Jamás guardes un lente fotográfico sin hacerlo: incluso envuelto en plástico aislante, puede resultar dañado de manera irreparable.
* Los cuerpos de cámara deben guardarse sin la óptica y con tapa de plástico que cubra el objetivo.
* Un buen método de resguardo del equipo fotográfico es guardar todas las piezas es un bolso de material aislante con subdivisiones interiores. Existe una gama de morrales y paquetes especialmente diseñados para guardar equipo fotográfico, con bolsillos y compartimientos que te permitirán ordenar tu equipo fotográfico de manera segura. No sólo se trata de un método relativamente económico, además, protegerá a las piezas de humedad ambiental y cualquier golpe o sacudón que pueda dañarlo.
Qué hacer si uno de tus lentes caiga al suelo o sufra un golpe violento:
Como comenté antes, cuando me ocurrió el primer impulso que tuve fue intentar encajar las piezas rotas a presión. No lo hagas: incluso si parece que la pieza simplemente necesita ser ajustada, déjalo todo en manos de un experto. Lo que sí puedes hacer es disminuir los daños por presión: toma todas las piezas sueltas, incluso los trozos rotos y colócalos en una hoja de papel y luego, en una bolsa donde no choquen entre sí. Eso asegura que las rupturas y fracturas del material no empeoren y que la pieza pueda recuperarse. Incluye tornillos e incluso los fragmentos de cristal roto: eso permitirá al técnico comprender más o menos que ocurrió y como podría ayudarte a reparar la óptica rota.
También ocurre con frecuencia que las piezas de lente no llegan a romperse, pero aún así no es capaz de enfocar y presenta algunos problemas de funcionamiento: la recomendación del experto a quien consulté es que nunca sacudas ni trates de forzar alguna pieza trabada de manera manual. Recuerda que un lente es un mecanismo de alta precisión y está ensamblado de manera que todas sus piezas funcionen de manera precisa. Cualquier desbalance en la presión o incluso en la manera de encajar unas a otras, puede producir un daño irreparable en la pieza. De manera que envuélvelo en papel de embalar, introdúcelo en una bolsa que evite pueda perderse o forzarse algún trozo suelto de plástico o metal roto y llévalo de inmediato al servicio técnico.
Qué hacer si tienes una mancha en el sensor de la cámara:
A todos nos ha ocurrido alguna vez: Miramos por el visor y encontramos que hay una huella de suciedad en el sensor de la cámara, lo cual puede repercutir directamente en la calidad de nuestras fotografías. El primer impulso es el de limpiarlo manualmente…y puede hacerse tomándose todas las medidas de seguridad que eviten puedas dañar el sistema de la cámara al intentarlo. El procedimiento es laborioso, pero te permitirá limpiar la pieza sin poner el riesgo la funcionalidad de tu equipo fotográfico.
En primer lugar, debes tener en claro que limpiar un sensor fotográfico es un procedimiento de precisión y necesitas de materiales y herramientas muy precisas: una pera de aire, escobillas y pinceles de cerdas naturales y guantes. Como diría mi técnico de confianza, no intentes limpiar un instrumento de alta precisión con utensilios comunes o podrás dañar el mecanismo por accidente.
El procedimiento para la limpieza es sencillo, solo necesitas un poco de paciencia y sobre todo, estar consciente en todo momento que necesitas concentración y atención:
* Antes de comenzar, limpia el lugar donde trabajarás con agua y detergente. Sécalo todo un paño absorbente. Recuerda usar guantes.
* Bloquea el espejo de tu cámara: hazlo a través del MENU de opciones del software.
* Limpia el polvo que no esté adherido a los cristales o lentes, utilizando la pera de aire. Colócala la cámara boca abajo y desde un ángulo ascendente, sopla varias veces con suavidad, asegurándote que las partículas de suciedad floten fuera de la cámara. Cuida de no tocar con la punta de la pera el sensor, el espejo o cualquier otra pieza de la cámara.
* Es probable que soplar con la pera de aire no sea suficiente para limpiar el sensor manchado, así que utiliza los pinceles para limpiar en caso de necesitarlo. Recuerda cargarlos de electricidad estática — para que pueda atraer las partículas de polvo con mayor facilidad — soplándolos con la pera de aire. Pasa el pincel una sola vez sobre la mancha y luego, vuelve a soplar sobre las cerdas hasta que hayas limpiado el sensor por completo.
Si a pesar de todo el procedimiento, la mancha persiste te recomiendo acudir a tu técnico de confianza. Usar líquidos limpiadores solo es recomendable en caso que lo hayas hecho antes y además, la menor equivocación puede dañar seriamente tanto el sensor como el espejo, en caso de resultar afectado por el líquido. De manera que de nuevo: no arriesgues la integridad de tu equipo fotográfico por descuidos accidentales.
Qué hacer si borraste accidentalmente las fotografías de tu tarjeta de memoria:
O debes formatear porque la tarjeta, por algún motivo desconocido, no permite el acceso desde la cámara o la pc. Es una situación a la que todos nos hemos enfrentado alguna vez y que es difícilmente solucionable. No obstante, hay métodos y programas que te permitirán recuperar, tal vez no todas las fotografías que contenían la tarjeta pero si probablemente la gran mayoría de ellas.
Qué debes hacer para cuidar tus tarjetas de memoria:
* Usa siempre el modo seguro para retirar las tarjetas cuando las hayas utilizado en tu computadora:
Sé que mucha gente lo considera una precaución inútil, pero en realidad, hacerlo protegerá tus datos y la integridad de tu tarjeta. Si usas Windows hazlo haciendo click desde el botón derecho del mouse y usando la opción “Quitar hardware de forma segura”. En IOS es incluso más sencillo: solo haz click sobre la imagen y expulsa la tarjeta manualmente ( el sistema de la mostrará como disco externo ).
* Nunca uses la tarjeta si te indica algún error:
Incluso aunque la formatees, el error es síntoma que algún sistema de la tarjeta está dejando de funcionar. Si deseas usarla de nuevo, formatea la tarjeta desde la computadora. No obstante, no olvides que es probable la falla se haga mayor, de manera que recuérdalo al usar la tarjeta en lo sucesivo.
* Evita el formateo de la tarjeta desde la cámara:
Toda tarjeta de memoria tiene un número límite de escrituras, es decir un máximo de usos útiles. Borrar con mucha frecuencia fotografías desde la cámara, no solo puede provocar daños de sistema sino además, perjudicar la capacidad de almacenamiento de la tarjeta.
Como colocar o cambiar objetivos en la cámara:
Con frecuencia, muchos fotógrafos desconocen los peligros de cambiar de manera incorrecta el objetivo de la cámara, pero se trata de un procedimiento que a pesar de su sencillez no sólo puede provocar daños irreparables tanto en el lente como en la cámara, sino además, amenazar la integridad del equipo fotográfico.
De manera que al hacerlo, ten en cuenta tres sencillas reglas:
Hazlo con el cuerpo de la cámara inclinado hacia abajo: En otras palabras, aunque parezca mucho más práctico colocar la cámara boca arriba para insertar el lente, podrías dañar el espejo por el simple hecho de permitir la entrada de polvo y otros agentes contaminantes al interior del cuerpo de la cámara.
Inserta el lente ajustando sin forzar y sobre todo, siguiendo el movimiento natural de la pieza: Nunca fuerces un objetivo al cuerpo sino lo hace con un movimiento rápido y preciso. Asegúrate que el lente y el cuerpo coinciden en gama y marca. Sigue el simple truco de hacer coincidir el punto visible del lente con el correspondiente en la cámara.
Apaga la cámara antes de cambiar de óptica: Lo que también incluye cambiar la batería y extraer la tarjeta de memoria.
La importancia del buen uso de la batería fotográfica: Como cuidar, extraer o colocar baterías sin morir en el intento:
Buena parte de los fotógrafos suelen ignorar que tan delicado puede ser una batería fotográfica, pero lo cierto es que una batería dañada por factores externos o simplemente, que cumplió su ciclo mecánico de vida, puede llegar a dañar de manera irreparable el mecanismo de la cámara en la que intentas utilizarla. De manera que ten en cuenta los principios básicos de uso para asegurar su perdurabilidad y óptico funcionamiento:
* Guárdalas en un lugar seco y fuera de la cámara: No importa si utilizarás la cámara muy pronto, es imprescindible guardes la batería — a ser posible cargada a su máxima capacidad — fuera del cuerpo y un lugar alejado de la humedad y de cualquier factor ambiental que pueda dañarla. Al contrario de lo que la sabiduría popular insiste, una batería no soportará cambios de temperatura extremos y mucho menos, agentes como humedad o lluvia. Se trata de un equipo eléctrico que puede colapsar en caso que su mecanismo interior se dañe por elementos muy concretos como temperatura y destrucción de piezas internas.
* Si está rota o sufrió un daño importante no la uses: A pesar de que creas continua funcionando bien, una batería puede sufrir daños graves por el sólo hecho de caer al suelo. Lo siguiente que puede ocurrir, es que podría provocar un corto circuito interno a la cámara que dañe de manera irremediable el mecanismo.
* Protege la batería de cambios bruscos de temperatura: Si vas a fotografiar en temperaturas muy bajas o altas, asegúrate de mantener las baterías fuera de la cámara o el grip y guárdalas en un lugar seco y alejado de las extremas condiciones climáticas. Una vez leí que el fotógrafo Steve McCurry solía guardar sus baterías en un bolsillo de su camiseta y así, procurar que la pieza tuviera la temperatura de su piel. Un método sencillo que sin embargo podría prevenir el colapso de los circuitos internos de la pieza.
* Guarda las batería fuera de la cámara si no la usarás por un buen tiempo o viajarás: eso evitará que cualquier desperfecto eléctrico pueda afectar el sistema de la cámara.
Qué hacer si viajas con tu cámara:
Todo fotógrafo que desea viajar con su equipo fotográfico debería tener en cuenta las tres reglas básicas que le permita hacerlo sin problemas:
* Morral, empaque, bolso adecuado y a ser posible especialmente diseñado para proteger la cámara: En un viaje — sobre todo, si es largo y con toda probabilidad tendrás que cambiar de vehículo — es necesario que lleves tu equipo en un bolso o morral de lona o tela aislante, con compartimientos interiores acolchados que eviten daños por roces o sacudones. También, asegúrate que tengan presillas, cierres y cerraduras que permitan cerrar de manera hermética el bolso y evitar perdidas de piezas intercambiables.
* Mínimo equipo: Aunque tengas la tentación de llevar todo el equipo que podrías utilizar, lleva solamente el que sabes definitivamente utilizarás. Incluye uno o dos objetivos, baterías y trípode, quizás varios filtros de protección. A menos que se trate de una travesía de trabajo, es bastante probable que no utilices ni la mitad del equipo que desearías llevar o asumes necesitarás.
* Equipo de limpieza: No importa a donde vayas, lleva siempre contigo tu equipo de limpieza fotográfico (Pera, paño impermeable, liquido limpiador) y manténlo en un bolsillo de fácil acceso.
Si vas a la playa:
* Cuidado con la arena: No sólo puede dañar y rayar el cristal de los componentes ópticos de tu equipo sino que también, puede producir rupturas en botones y controles. Así que evita en lo posible poner la cámara o el bolso directamente de la arena. Tampoco la sostengas si tus manos o rostro no están perfectamente limpios.
* No limpies la arena con la mano: Si tu descubres partículas de arena en tu equipo u objetivo, no la limpies con los dedos. Podrías provocar ralladuras permanentes en lentes y cuerpo de la cámara. En lugar de eso, pasa un trapo levemente húmedo por la superficie y evita hacer presión.
* Cubre el objetivo de tu cámara con la tapa mientras no lo utilices: Puede parecer excesivo pero la arena es uno de los materiales más corrosivos y dañinos para cualquier equipo de alta precisión. Así que evita el contacto de la menor manera posible.
* Envuelve la cámara en plástico aislante y solo deja al descubierto los botones de control: Cubre las ranuras para colocar la tarjeta de memoria y batería, así como la conexión cámara y óptica.
* No cambies el objetivo en la playa: Hacerlo te expone al peligroso riesgo que la arena pueda dañar directamente el sensor.
Emergencias fotográficas en Vacaciones:
* Si tu cámara se moja: No la enciendas, podrías provocar un corto circuito. Sécala con una toalla absorbente lo mejor que puedas y ponla al sol durante al menos dos horas. Quita las baterías y la pila del reloj interna y sécalas por separado.
* Si la cámara se cae al suelo: No la sacudas ni tampoco la enciendas de inmediato. Revisa si hay daños externos o fracturas del cuerpo. Sólo cuando te asegures que no los tiene, revisa el interior de la cámara: quita el lente y revisa que no haya piezas sueltas o rotas. Coloca el lente de nuevo y sólo entonces enciéndala.
Como cuidar un lente:
Un objetivo fotográfico es una de las piezas más delicadas del equipo de cualquier fotógrafo y quizás, la más proclives a daños por descuido. Para evitarlo, recuerda que debes evitar golpes, maltrato o mal uso. Puede parecer sencillo, pero la mayoría de los fotógrafos desconoce lo sencillo que puede ser estropear un lente sólo por mal uso. Así que, ten en cuenta:
* Siempre que puedas, usa filtro UV: No afecta la luz o la imagen final y protege el lente de ralladuras.
* Usa siempre que puedas un parasol: No sólo facilitará tu trabajo bajo el sol sino que además, te permitirán proteger el objetivo de golpes o maltrato involuntarios.
* Usa siempre y sin excusas, la tapa: Con el filtro UV, es la manera más rápida y directa de evitar ralladuras en el cristal, además de evitar empañamiento y suciedad por contacto.
Como cuidar un morral fotográfico:
El bolso fotográfico es quizás la herramienta más útil y barata para el cuidado del equipo fotográfico. Por tanto, su cuidado no sólo te asegurará que tu equipo fotográfico esté perfectamente resguardado sino que te permitirá mantener tu equipo seguro si decides guardarlo en su interior. Por tanto, no olvides:
Aspirar el interior de tu equipo fotográfico una vez al mes: Asegúrate que el interior del morral esté limpio de polvo, papel, hojas, tierra, arena y cualquier tipo de material externo que pueda afectar el uso y supervivencia de tu equipo.
Incluye paquetes de gel de sílice: tanto al fondo del bolso, entre las subdivisiones y en los bolsillos. El material no sólo absorberá la humedad remanente sino que además, mantendrá el bolso libre de hongos.
Una lista corta pero que intenta incluir, el conocimiento técnico básico para cuidado de cualquier equipo fotográfico. Y es que después, me digo mientras miro a mi gato contemplar con ojos codiciosos mi anaquel fotográfico — cerrado e inaccesible para sus zarpas — cualquier precaución es poca para preservar ese pequeño gran tesoro que es para cualquier fotógrafo su equipo de trabajo.