miércoles, 28 de noviembre de 2018

Crónicas de la Nerd entusiasta: Rowling contra el mundo mágico: los errores de continuidad y contenido que están haciendo mella en el Universo de la escritora.




Todo el que me conoce, lo sabe: soy una orgullosa Potterhead y lo soy porque la saga Harry Potter es desde sus limitaciones y aciertos, una experiencia extraordinaria para lectores de todas las edades. Creo firmemente que Harry Potter — con toda su inocencia, su tránsito de héroe imperfecto a símbolo ideal — es una encantadora aproximación a cierto tipo de valor casi icónico. Crecí con la saga: Harry creció conmigo.

Por ese motivo, me preocupa la lenta transformación de la saga en algo a mitad de camino entre un Universo en expansión — siempre necesario — y un experimento fallido. Y lo digo como fan, lectora, fanática y sobre todo, como observadora natural del fenómeno. “Los crímenes de Grindelwald” (a pesar de lo mucho que me gustó) demuestra que el mundo Potter está erosionandose con más rapidez de lo debido y sobre todo, de manera mucho más profunda de lo que suponemos.

Rowling continúa intentando una forzosa inclusión a destiempo, en una revisión que no se atiene ni a las propias ideas que plasmó cuando la Saga Potter finalizó. Desde los datos al azar que dejan muy claro que incluye a calzador la idea que su obra es mucho más politicamente correcta de lo que era al principio, hasta su insistencia en moldear el Universo para una nueva generación, el resultado está dejando claro que la escritora no logra encontrar el tono para sostener esta lenta transformación hacia ninguna parte.

¿Era imprescindible o tenía algún peso real puntualizar sobre la orientación sexual de Dumbledore? Sobre todo, si luego el tema entró en una especie de discusión tabú que no se incluyó en ninguna otra parte ni tampoco tiene un peso concreto en la trama. ¿Por qué hacerlo si no tiene otro objetivo que “demostrar” que el Mundo mágico es muy diferente al descrito o al menos, intentar demostrarlo?

¿Por qué incluir a Anthony Goldstein (Ravenclaw) como judío cuando durante buena parte de la saga no se hizo referencia a las creencias de ningún alumno? ¿Era necesario?

¿Por qué hablar sobre el resto de las Escuelas de Magia sin al menos una investigación sobre la cultura de los países de orígen? La introducción del Colegio Ilvermorny y sobre todo, el uso casi esperpéntico de la cultura Navaja con la intención de sostener la historia, resulta no sólo paradójico — la historia en cuestión aplasta sus elementos más simbólicos y los sustituye por clichés pop — sino incluso irrespetuoso.

“Los Crímenes de Grindelwald”, demuestran además que la autora sigue intentando vincular por la fuerza todas sus historias con el núcleo común de Harry Potter. La aparición casi fortuita de Nagini como un Maledictus, la necesidad de unir líneas genealógicas sin sentido (como ese Aurelius Dumbledore cuyas fechas no concuerdan con nada de lo narrado hasta ahora) o incluso, ideas tan sencillas como la existencia de Minerva McGonagall sin que pueda explicarse su edad o su aparición antes incluso de su nacimiento, dejan en claro que Rowling batalla contra la necesidad de construir su saga — la anterior, la reciente — a la medida de los tiempos. Una intención que amenaza con tambalear su esencia más sólida.

El guión de la película — lleno de inconsistencias, pero sobre todo, amplios vacíos de información — parece dejar claro que Rowling intenta crear una revisión de su Universo torpe e incluso, con implicaciones residuales en la forma como la saga original podría interpretarse. La escritora parece incapaz de brindar unidad temática a una película que además, tiene la complicidad de ser el puente de unión entre la visión optimista y casi apacible de “Animales fantásticos y dónde encontrarlos” y lo que ocurrirá a partir de las líneas argumentales abiertas dentro de su historia. No obstante, hay una buena cantidad de información que carece de sentido y sobre todo, no se corresponde del todo con la historia que hasta ahora, Rowling ha delineado en sus libros y productos sucedáneos. ¿Y cuáles son algunos de esos baches narrativos? Los siguientes:

El abstracto pasado de Creedence — Aurelius Dumbledore:
En el libro “Las Reliquias de la Muerte” (2007) la historia de la familia Dumbledore se cuenta desde la visión de la malintencionada Rita Skeeter y también, a través de los amargos recuerdos de Aberforth, el hermano menor del director de Hogwarts. Según lo explicado en la narración, la familia Dumbledore se encuentra casi extinta y lleva a cuestas la verguenza del encarcelamiento en Azkaban de Percival Dumbledore — padre de Albus y Aberforth — luego que el patriarca atacara a un grupo de muggles que habían lastimado a Arianna, hija menor de la familia, dejándole traumatizada e incapacitada para practicar magia.

Según Pottermore y Harry Potter Wiki Fandom, la más pequeña de los Dumbledore nació alrededor de 1885 y murió en 1899, lo que quiere decir que Percival fue a la cárcel en algún punto entre ambas fechas y murió entre las paredes de Azkaban. De ser así ¿Cuando fue concebido Aurelius? De haber nacido antes que Percival fuera detenido, tendría que ser mayor o contemporáneo a la pequeña Ariana, lo que quiere decir que para el momento en que transcurre la acción de “Los Crímenes de Grindelwald” debería tener al menos treinta años. Por el contrario, de haber sido concebido después, Creedence habría nacido dentro de las paredes de Azkaban, lo cual es al menos, una gran imposibilidad, siendo que según la propia Rowling la cárcel del Mundo Mágico está custodiada por dementores y además, cada prisionero sufre confinamiento solitario, como fue descrito con detalle en el libro “Harry Potter y la cámara Secreta” y “Harry Potter y el Prisionero de Azkaban”.

Cabe preguntarse, ¿mentía entonces Grindelwald al revelar su pasado a Creedence? Otra posibilidad que la misma Rowling descarta, al hacer aparecer en mitad de la angustia del supuesto Aurelius Dumbledore, un Ave Fénix. Según la historia de la antigua familia de magos, el ave mitológica siempre se presentará en caso que algún miembro se encuentre en medio de angustia o un gran peligro. Por supuesto, la aparición sorpresiva del Fénix ante el dolor de Creedence — Aurelio hace preguntarse el motivo el cual, la vieja admonición no pareció funcionar durante la historia “Animales fantásticos y dónde encontrarlos”, en la que Creedence sufre maltrato físico y mental por parte de la mujer que le adoptó.

Como si todo lo anterior no fuera suficiente, no hay una explicación clara de como el supuesto Aurelius llegó a Norteamérica. Según la información difusa que ofrece la película, el personaje fue llevado al otro lado del mar por “una tía”. La gran pregunta que por supuesto lleva aparejado el dato, es que si realmente se trataba de un miembro de la familia Dumbledore ¿De quién podría tratarse? Según los datos de la página Pottermore (y el libro “Las Reliquias de la Muerte”) la madre de Dumbledore, Kendra murió cuando Ariana tenía catorce años y no tenía familia cercana. Y el guión de la película no aclara si Kendra es la madre de Aurelius. ¿Podría tratarse entonces de Honoria Dumbledore, la tía soltera de Albus Dumbledore y hermana de Percival? No parece muy probable: Según Pottermore, Honoria vivió aislada por largos años y no era especialmente cercana a sus parientes del Valle de Godric.

La Omnisciencia de Albus Dumbledore:
En los libros de la Saga Harry Potter, el eminente Albus Dumbledore — profesor de transformaciones hasta la novela “Harry Potter y el Prisionero de Azkaban” aunque en “Los Crímenes de Grindelwald” se dedique a enseñar “Defensa contra las Artes Oscuras” — tiene un conocimiento más o menos claro de cada cosa que ocurre a su alrededor. No obstante, a través de los libros siempre quedó muy claro que Dumbledore utilizaba medios mágicos o incluso, su capacidad de deductiva y de investigación, para llegar a conclusiones muy acertadas sobre sucesos específicos. En la película no es distinto: el Profesor Dumbledore parece saber muy bien que ocurre con Leta Lestrange y de hecho, ese conocimiento es lo suficientemente claro como para que Dumbledore pueda extraer conclusiones sobre el comportamiento de la niña, tanto cuando fue su alumna como después. No obstante, el guión nunca deja claro el origen de la certeza de Dumbledore sobre los dolores emocionales que atormentan a Leta y de hecho, tal pareciera que las conclusiones del profesor están más cercanas a la especulación que a la certeza. Más allá de eso, Rowling no parece saber muy bien como reconstruir el escabroso pasado de la joven Lestrange, además de elaborar toda una versión sobre la muerte de su hermano menor que no parece tener la menor lógica en ningún punto de la narración.

La edad de Minerva McGonagall:
Según menciona Rowling en uno de sus agregados a la página Pottermore, Minerva McGonagall nació en 1935 y acudió al colegio Hogwarts entre 1947 y 1954, dato que también confirma Harry Potter Wiki Fandom, lo que quiere decir que para el momento de la Primera Guerra entre magos, Minerva aún no había nacido. Sin embargo, según el guión de “Los Crímenes de Grindelwald” McGonagall no sólo ya era parte del grupo de profesores de Hogwarts para 1927 sino que además, ya se encontraba en la escuela para 1910. No solamente las fechas no coinciden — todas suministradas por los distintos aportes de Rowling a Pottermore y otras webs semejantes — sino que además, restan credibilidad a la historia contexto de McGonagall, que de profesora pasa a convertirse en un misterio por sí misma — ¿Tenía más de un siglo de edad la profesora de transformaciones al momento en que Harry Potter llegó a Hogwarts? — y algo más parecido a una línea temporal rota que podría afectar incluso, la forma en que se analiza la historia reciente del colegio de Magia y Hechicería. Luego del estreno de la película “Los Crímenes de Grindelwald”, Pottermore modificó los datos del personaje, incluyendo la edad y biografía de Minerva.

Nuevos y viejos hechizos: No todo está muy claro en el mundo mágico.
En “Los Crímenes de Grindelwald” se presentan todo tipo de nuevos hechizos, conjuros y vínculos mágicos que tienen la misma función — o eso parece sugerir los vacíos de información — que un Deux ex Machina del mundo creado por Rowling. Tal pareciera que la escritora no tiene del todo claro la forma en que funcionan las nuevas forma de magia que creó para la película y es justo esa incapacidad de definir de manera las implicaciones de la magia entre los personajes, lo que atenta contra la coherencia del guión en más de un aspecto. Por ejemplo, el personaje Yusuf Kama hace un voto inquebrantable que después no puede cumplir. Pero al contrario de lo que ya conocíamos — que el voto inquebrantable obliga al cumplimiento de la promesa que sostiene su existencia o condena a muerte a quien pronuncia el voto — el vinculo mágico funciona de manera muy distinta en la película. ¿Por qué entonces Yusuf llevaba todavía las marcas del Juramento inquebrantable que hizo? Si su incapacidad para cumplir la promesa invalidaba o al menos, cambiaba la percepción del hechizo como se comprende desde los libros ¿no debía morir? ¿O puede sobrevivirse a la promesa inquebrantable siempre y cuando la imposibilidad de llevar a cabo el objetivo del vínculo mágico sea evidente? ¿Como se hace evidente semejante circunstancia? Rowling no aclara en absoluto semejantes extremos, lo que convierte a los Votos inquebrantables en toda una nueva versión de la magia vinculante — y potencialmente mortal — que fue descrita en el libro “Harry Potter y el Príncipe Mestizo”.

Rowling también incluye en el argumento de “Los Crímenes de Grindelwald” los llamados “pactos de sangre”, que a pesar que tener un peso considerable en el desarrollo de la historia, son explicados con tan poca claridad que su mera existencia crea una paradójica visión sobre lo que hasta ahora conocíamos sobre lo que la propia autora llegó a llamar “vínculos mágicos”. De la misma que los votos de las promesas inquebrantables, los pactos de sangre parecen destinados a unir de manera imperecedera la vida y acciones de dos magos. No obstante, la escritora no incluye demasiada información al respecto. No aclara si puede romperse — o de qué forma hacerlo — o incluso, si al romperse algunos de los magos implicados puede sufrir algún tipo de daño físico, mental o de cualquier otro tipo. Aún así, la idea sobre el pacto gravita sobre la película como una importante referencia de cara a la complicada relación entre Grindelwald y Dumbledore, lo que hace más desconcertante el vacío de información al respecto.

Resulta preocupante, la forma como el Universo creado por Rowling se desmorona con lentitud debido a la intención de la autora por adecuar la historia — tanto pasada como futura — a una nueva visión comercial sobre el material. Además, se trata de una transformación sin sentido, carente de la solidez suficiente como para hacer otra cosa que erosionar el poder de una saga literaria — y su inevitable franquicia cinematográfica — con la que creció una generación de lectores. ¿Qué obtiene Rowling a través de los sucesivos cambios en la historia original? ¿Es esta constante revisión sobre los personajes y las circunstancias que crearon un fenómeno por derecho propio, una forma de actualizar la visión de la autora o se debe a la inevitable presión económica sobre el Universo expandido? Son las preguntas inevitables que se formula cualquier fanático del Mundo creado por la escritora, en medio de las transformaciones y sobre todo, del cada vez más preocupante deterioro del mundo que se sostiene sobre la nostalgia de millones de fanáticos alrededor del mundo. Y tal vez, ninguna de ellas tenga respuestas.

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