viernes, 30 de abril de 2010

Del mal y otras divagaciones.


Suele decirse que cada época otorga un rostro distinto a la maldad. O lo que es lo mismo, cada siglo tiene su villano. Porque vamos, todos necesitamos un rostro reconocible a quién culpar, una idea contra la cual rebelarnos, un concepto brutal y aparentemente primitivo que nos permita aspirar a una perspectiva mucho más elevada que la instintiva que muchas veces nos reduce a simples criaturas de costumbre. Cualquiera sea el caso, necesitamos creer que el mal es una concresión, una perpetua lucha contra el caos y el temor. Sería terrible aceptar por las buenas que el mal solo es un acto de absoluta fe y convicción ¿no es así?

Ah, la magnifica irresponsabilidad del espíritu humano...

Como sea, creo que llamemosle diablo, pecado, herejia, temor, soledad, desesperación...o cualquier otro nombre que le adjudiquemos a esa oscuridad visible del infierno personal, siempre encontraremos que tiene una identidad reconocible, la síntesis del tiempo que representa. ¿No fue el diablo Cristiano un seductor irascible y sexualmente provocador durante el medioevo? ¿Y unos siglos más allá no tomó la catadura de un espíritu rebelde y transgresor? ¿Y cual lugar ocupa el vampiro, el hombre lobo, la criatura de Frankenstein, El Señor Hyde, todos los monstruos que a lo largo de la historia han recreado la penumbra del pensamiento humano? Todos ellos, dignos simbolos de esa convicción irrestricta en el poder de la tentación, la perversa necesidad de negar nuestra propia esencia, esa voluptuosa necesidad de romper la idea social más rigida a la que debemos someternos.

Pero con todo, ninguna imagen del mal me parece más sugerente, extraordinaria y quizá más temible que la de Hal 9000, la computadora central de la nave espacial de la Ópera prima "2001 Odisea en el Espacio" de Stanley Kubrick. Tal vez se deba a su voz monocorde, carente de todo tipo de emoción, la definitiva evidencia de la ausencia de cualquier humanidad en un futuro mecanizado, o el hecho que finalmente la maldad toma su definitivo lugar dentro de la historia humana: Un producto de nuestra arrogante e infantil certeza que el género humano es capaz de aceptar las consecuencias de sus propias obras. Sea cual sea el caso, Hal 9000 es aterrorizante por el mero hecho de no ser otra cosa que una maquina, programada para servir al hombre y que decide que la mejor manera de hacerlo es...destruyendolo. Una idea que nos remite a la mitologia clásica, donde Cronos devora a sus hijos o más allá, a la primitiva creencia del mal que se alza contra su creador, que intenta tomar su lugar y luchar contra su mano todopoderosa y divina. Una posibilidad inquietante y sin embargo, plausible, comprensible al animal humano...al eterno devorador invisible que llamamos, tal vez con gran inociencia, conciencia de la verdad.

Hal parpadea, aguarda. El astronauta extiende los dedos, intenta volver a la nave, al cálido monumento que representa todo lo que ha perdido en la inmensidad del espacio. Golpea la puerta de metal. Pero Hal continua en silencio, interpretando la orden de su creador bajo la fría optica de la lógica paradigmática. El astronauta insiste.

- ¡Dejame entrar! - grita. Golpea con el puño cerrado el exterior de la nave. Temoroso, perdido, frágil en su pura elocuencia - Hal...¡Te lo ordeno!

- Me temo que no lo haré - la voz, pausada, pura, fría, maravillosamente terrible. Una sentencia - creo que tenemos un problema.

El mal, con el rostro del tiempo nuevo. El mal, esta vez, convertido en un arma espléndida que amenaza la garganta descubierta de la humanidad.

jueves, 29 de abril de 2010

Luna de fuego





Para las Antiguas creencias paganas Europeas, la Luna Llena de Abril ( en su defecto, la primera de mayo ) tenía una estrecha relación con el poder de la llama y la tierra. Para celebrarla, solía llevarse a cabo un ritual que acentuara el vinculo de nuestro espiritu con la llama y la tierra.

Para llevarlo a cabo, es sencillo. Necesitaremos:

Dos velas verdes
hojas de romero
un cuenco para quemar.

Disposición:

Coloca las velas a tu derecha e izquierda. Frente a ti, el cuenco para quemar. Introduce las hojas de romero en el recipiente. Ahora, cierra los ojos y bendice los elementos que utilizarás de la siguiente manera:

"En nombre de la Diosa blanca, secreto del bosque del pensamiento
consagro, purifico y lleno de fuerza estos instrumentos mágicos
que me permitan encontrar la senda del conocimiento
en mi espiritu.
Asi sea"

Ahora enciende la vela a tu derecha diciendo:

"Que el fuego de la luna sea mio"

ahora, la vela a tu izquierda:

"Que el fuego del tiempo sea mi nombre"

Después, nciende las hojas de romero, y espera hasta que estén ardiendo y el olor de la hierba invada el lugar donde te encuentras. A continuación, cierra los ojos, sosiega tu mente y respira lentamente. Visualizate en el bosque del mediodía. El sol esta bajo en el cielo. Oyes un ruido, se da la vuelta y llega a vislumbrar a un ciervo mientras pasa saltando. Y antes de que puedas alcanzarlo, este se ha ido.

Imaginate persiguiendote tan rápido como puedas y de pronto, escuchas un redoble de tamboores y el sonidos de unos pies, llevando el ritmo en el suelo del bosque. Entra en un claro y ve un circulos de hombres bailando. Se retuercen y patean alrededor de una figura con cuervos. Este viste una piel de ciervo y lleva las grandes cornamentas del animal sobre su cabeza. Acércate a él y siente que la sabiduría de la figura se hace parte de ti. Representala con el mayor detalle posible y siente que tu parte más primitiva, originaria y esencial se hace más fuerte y cercana a tu conciencia.

Ahora siente que tu conciencia regresa a su nucleo más racional, conservando esa fuerza magnifica y enorme del núcleo más poderoso en tu interior. Para culminar el pase energético del ritual, permite que las velas se consuman y luego, come y bebe algo para librarte de la energia sobrante.


miércoles, 28 de abril de 2010

De la belleza, el tiempo o porque siempre me consideraré la Señora de los gatos


Soy una amante de los gatos. Durante toda mi vida, he sido una apasionada de la especie felina. Me agrada no solo lo obvio - el gato como un animal elegante, espléndido, audaz, inteligente, un poco canalla, hermoso - sino además el simbolismo que habitualmente se le adjudica a ese ganster del reino animal: con sus andares silenciosos, el brillo malicioso de sus ojos helado, los movimientos gráciles, ingrávidos, fatales no es otra cosa que la evidencia que la atracción por lo que nos resulta enigmático, es por completo inmemorial. Intrínseco quizá. Primitivo sin duda. Esa ligera sensación de miedo y fascinación que nos despierta lo que somos incapaces de definir con una palabra, un sentimiento, incluso una experiencia. Sí, sí, sé que debe parecer desconcertante - y un poco ridículo quizá - que intente justificar mi amor por los habitantes del Reino gatuno a través de mis eternas divagaciones sobre la proclividad de la conciencia humana y los esconde en su periferia...pero vamos, amo a mi gato y siendo así, le otorgo un lugar rutilante en mi universo personal.

Me inclino, mientras Leonardo Da Vinci, gato, me observa con sus grandes ojos azules encendidos de malicia. Compartimos una larga mirada indescifrable, penetrante, quizá un poco desconfianza. Extiendo la mano y Leonardo aguarda, moviendo la cola en un lento compas. Y justo cuando estoy a punto de acariciarle su hermosa cabeza de terciopelo gris, se inclina, en un movimiento que apenas puedo atisbar y me lanza un mordisco en los dedos que esquivo en el último momento. Aun así, logra clavarme uno de sus pequeños dientesitos en el dedo anular. Un pequeñisimo destello de dolor. Irritada, lo miró mientras mueve las orejas, observandome, todo engañosa ternura y pasividad. Un misterio. Un lenguaje elemental y desconocido.

martes, 27 de abril de 2010

Sueños de Ópalo o el ocio del insomnio cenital.


Soy una amante de las fantasías sociales que consuelan esa sensación de pura ignorancia que llamamos normalidad. Durante toda mi vida he sido asidua a la mitologia, venga de de donde venga y de hecho, creo que muchos de mis arquetipos y patrones mentales tiene una definitiva influencia de este lenguaje tan primitivo como efectivo. Pero sin duda, claro, prefiero la mitología artúrica a la judeo-cristiana y la vuelta del dux bellorum a la del hijo del carpintero, y no solo por mis indiscutibles rasgos intelectuales paganos - que por supuesto, resultan un elemento definitorio aunque por supuesto discriminatorio en mi manera de pensar - sino porque no puedo no pensar en el Asiento Peligroso (Siège Périlleux, si queremos ser pedantes) donde se sentará Galaaz (pero que antes freirá a unos cuantos caballeros) antes que en el Hilasterion. Una inevitable deformación fruto de mi educación clasica o un minimo gesto de pura arrogancia intelectual, quien sabe.

El caso es que siempre termino recreando cada situación de mi vida bajo el cariz de la leyenda y la grandielocuencia: una nada disimulada tendencia al melodrama que solo ahora aprecio en realidad. Una sensación onirica esa, de imaginar el mundo como un enorme campo de batalla donde el bien y el mal luchan en valles púrpureos e irreales. Una minima y elocuente construcción de mi memoria que supongo es la manera en que la niña que aun soy, expresa su fascinada necesidad de comprender el mundo a través de simbolos personales. Ah, Una ofelia que se arroja a un lago de Opalos olvidados, mientras piensa - en último suspiro, un postrero desvario - en que el señor Cave prefiere, como explicación al adulterio, la paloma y la virgen a la transformación física de Uther en Gorlois. Aunque, como Gorlois muere mientras Igerne cree que está con ella, la cosa tiene más glamour y culmina con una espada en una piedra.


Y me debato en medio de una oscuridad espejada y magnifica, me arrojo a un abismo interminable de pura belleza. Un delirio argumental, un sueño espléndido y carente de verdadero sentido.

Sí, definitivamente necesito dormir más por las noches.

lunes, 26 de abril de 2010

De la Libertad y otras formas de pensamiento


Hace pocos días estuve leyendo The mad Woman in the aticc, un libro que de vez en cuando recupero de mis lecturas universitarias porque sus ideas suelen corresponderse a la perfección con mis habituales pensamientos. Para quienes no lo saben, se trata de un manifiesto feminista donde se basa la mayor parte de las conclusiones sincréticas sobre la creación femenina y su valor en el hecho cultural. Y la gran conclusión es la habitual: La mujer debe refugiarse en la aceptación de progolómenos irreales y sexistas para prosperar en medio de una sociedad machista.

Muchas veces me pregunto - e inevitablemente lo he hecho con más frecuencia en los últimos días - si el patriarcado social que se nos impone como cultura y concepto humanista, afecta la forma de expresión femenina, la creación didáctica y circunstancial enlaelaboración ideológica con que la mujer dota a sus reflexiones. Me temo que si, y esa sensación me preocupa y me desconcierta. Pero sobre todo me entristece.


Me entristece el hecho que la creación femenina sea proclive a una critica dura y destructiva por el mero hecho de considerarsele inferior, por la simple justificación que la labor de la mujer como promotora de ideas y pensamientos estructurados bajo una forma de expresión, pueda ser catalogado bajo un epiteto cualquiera, sin ninguna análisis. Siento un rencor indecible hacia los que se toman la libertad de catalogar y reaccionar frente a la obra escolástica de una mujer con profunda indiferencia, o peor aun, conmiseración. Como alguien dedicada al mundo de las letras y las formas visuales, he sentido en carne propia la discriminación que supone intentar influir en el axioma general del mundo artístico siendo considerada a priori, como inferior o simplemente, como que el producto de mi expresión personal deba cumplir un molde preestablecido. Una sensación de profunda frustración, de ira soterrada y por supuesto, decepción, por los valores morales - incluso en un ámbito tan abstracto como la creación mimética - que se intenta inculcar y conservar dentro de nuestro pensamiento social.


Libertad y tolerancia son conceptos complicados, muchas veces difíciles de aplicar en un contexto donde ciertas formas de represión y prejuicio se consideran normales. Lamentablemente en mi país es natural que una mujer sea segregada por el mero hecho que la postura común lo hace admisible. Y Pues en efecto, esta ira, la rebeldía inevitable que nace tan solo cuando se es capaz de interpretar la dualidad de la forma humanística como una gran declaración de principios: atribuir sentidos peregrinos con la mirada de los exaltados: la luz, las flores, el sabor del café (por fin reincorporado a la vida para gloria de su paladar). Entregarse únicamente al cultivo del reducto moral donde atesora unos afectos que de nada habrán de servirle cuando toda formación raquídea de la memoria sea proclive a trascender más allá de ti mismo.(pero Wilde, pero Wilde). La libertad, más allá del género. Creo y afirmo que el arte es nuestra danza entre las sombras de la memoria, el puente sensorial entre la belleza y la confusión, el anatema de reductos disimules que nace y se regodea en si mismo, en la brillante paciencia creacionista de la capacidad de darle sentido al caos y al temor.


Y sí, deseo la reiteración de mi propia perspectiva de la verdad. Soy yo misma en todas las formas posibles, soy la imagen de mi pensamiento en constante movimiento. Y esa libertad, esa expurea manifestación de mi espiritu siempre me consolará y me dará un nombre, recreará las vetas minerales y el tiempo personal de mi irritad convicción, de mi perturbada perspectiva de la verdad. Soy la mujer salvaje y cruel que corre por los febriles horizontes de la memoria. Soy quién deseo ser. Soy la vitalidad y el deseo de mi angustia existencial.

Ah, que silenciosa es esta rebeldía de la No aceptación, de negarme a la imposición, de no aceptar la regla impuesta, de no permitir que la grosería de la intolerancia transponga un limite y una creación verídica. Y que poderosa también, la dádiva irrestricta de la concreción de los ideales (Una oda a Dickens, en mi mente se alza ) El recuerdo de mil voces, de todas las ideas, de la gran voluntad, un sueño en mis pensamientos. Sí, y todas las veces, un tiempo nuevo.

La era de los milagros comienza y termina, en mí.

jueves, 22 de abril de 2010

Ritual de la Madre Tierra



Recomiendo llevar a cabo este pequeño ritual entre los cambios de fases lunar como hoy, luna creciente ) , para equilibrar la fuerza interior y concentrar la energia necesaria para culminar propósitos mágicos realizados con anterioridad.

Materiales:

Una pieza de plata ( puede ser un dije, cadenilla, un arete)
Una vela blanca.

Disposición:

Lo ideal sería realizar este ritual al aire libre, en un jardin o en campo abierto. Pero, sino pudiese ser así, elija un sitio bajo techo donde entre la luz de la luna llena. Bajo su reflejo, acuestese en el suelo, donde la energia de la Gran Diosa pueda impregnarlo.

Empiece a ser conciente de la Gran Madre mientras ella sostiene su cuerpo. Imagine la fuerza universal y perenne que nace de usted y que se extiende alrededor del mundo, en todas las regiones, en todos los momentos, en toda la fuente de belleza y creación. Déjese hundir en su abrazo, perciba la manera como cada parte de su cuerpo palpita y reconoce el lento arrullo de la noche, de ese lenguaje tan antiguo que su mente reconoce por mero instinto. Sienta las rocas y la tierra bajo la yema de sus dedos. Aspire el suave aroma de la tierra envolviendole, delineando delicadamente su cuerpo, su respiración, su energía vital. Mientras se sumerge profundamente en los brazos de la Madre, escuche los sonidos de la creación, todos ellos, a su alrededor. Las semillas germinan y los retoños brotan. Las plantas y los árboles penetran profundamente en la tierra y esta nunca falla, sosteniéndolo y nutriéndolos.

Usted sabrá cuando el ritual esté en su punto culminante. Entonces, se incorporará y encenderá la vela blanca realizando la siguiente invocación, con estas u otras palabras que conserven el sentido:

"Madre de plata
que creas de tus besos el nacimiento del día
Madre de la Noche, que creas en ti misma la belleza y la fealdad
la tristeza y la alegría
agradezco tu abrazo y tu fuerza
el conocimiento y valor que me proporcionas
asi sea"

Ahora, tomará la pieza de plata y alzandola hacia la luz de la luna, dirá:

"Que la luz de la Luna me envuelva en nombre y espiritu"

Permita que la vela se consuma por si misma. Se recomienda llevar la pieza de plata en su ropa o en su cuerpo, hasta la proxima fase de la luna.

miércoles, 21 de abril de 2010

Despertar


Ultimamente he pensado mucho en el concepto de amistad. Esa relación infinitamente dulce y delicada, inquietante por su fragilidad, tal vez profunda por su ingenuidad. ¿Que es ese vinculo preciado, espontáneo, que nace sin que sepamos como y que se mantiene gracias a nuestra capacidad para comprendernos a través de él? La amistad no es solo el vinculo entre dos individualidades, una comunicación profundamente sentida, una afinidad simple que crece y se hace poderosa, sino también ese cariño sin dobleces que pocas veces conocemos a plenitud. La amistad como mito, como sueño, como esperanza...pero tmabién como decepción, como desengaño. Y quizá como simple final de una etapa.

Porque tal vez la amistad es eso precisamente: Un espejo donde vemos reflejado quienes somos, hacia donde vamos, que deseamos, que necesitamos para recrearnos como espiritu y como voz personal. Una imagen cristalina de nuestros pensamientos, deseos y pensamientos. Y cuando una amistad se rompe, no es más que esa pequeña muerte de una parte de nosotros que necesitaba renacer. Elevarse.

Tener un nuevo comienzo.
Como dijo una amiga querida: Todo tiene su final.

***


Este extraño mes de abril que comienza a terminar, se lleva muchas cosas de mi. Se llevó un poco de inocencia, pero me dejó a cambio una nítida experiencia. Este mes espléndido, recién nacido, donde comenzó a llover luego de una larga sequia. El abril del sueño más reposado, el abril de comenzar a releer mis favoritos. Y este será el abril que recuerde en el futuro como la fecha donde me liberé de los últimos vestigios de angustia y temor, de simple desazón. Abril, el mes donde anochece más tarde, donde el aire sabe mejor. El abril de mi niñez, con sus cuadernos recién abiertos, y el olor delicioso de un mundo a estrenar. De las palabras que comienzan a crearse asi mismas. Del renacer.

***
Un cadaver exquisito, este abril donde perdi y triunfé en lo pequeño y personal. Este abril donde reencontré algunas piezas de mi mente que pensé abandonadas para siempre. Este abril donde soy de nuevo yo misma, en todos los sentidos posibles, en la posibilidad magnifica y desesperadamente viva de creer y confiar. A veces pienso que esta inocencia recién descubierta se dibuja en una imagen: Me limitaré a coger las malvas (y las lilas, y los jacintos y las margaritas) que habitan en mi imaginación y sentirme chica de Waterhouse entre flores.

Paz para los locos.
Furia de primavera en mi voz.

martes, 20 de abril de 2010

Todo Minotauro, tiene su laberinto


Llamadme Eva. O Meryone. O oh capitán, mi capitán. Cualquiera de los nombres de mi memoria que tienen rostro propio, la Hidra sacramental que extiende las infinitas cabezas hacia un Universo interior inquietante.

Coso sombras a cambio de dedales, dibujo laberintos de cristal y obsidiana, pero exijo que quienes vengan a jugar conmigo no tengan corazón. Prefiero la voz a caminar y siempre seré un gato. O quizá una criatura mítica de mil voces sin forme, retorcida, siniestra y aun asi, singularmente hermosa.

También prefiero ser la otra, ella, la secreta, la dormida, la mujer que imagino y creo, la mujer que nace y muere, la convertida en vampiro a la que hay que proteger y salvar. Quizá el demonio transgresor o la dama en sombras que se refugia entre las palabras para reir y llorar. Me hubiera quedado con el aventurero o el psiquiatra antes que con el aristócrata, eso sí. O quizá me habría dedicado a vagar por los carpatos como una imagen errante de mi propia devoción. Frivolidad, la justa. Además, yo quería ser Jonathan Harker y andar por los Cárpatos en plena noche de Walpurgis con un vampiro. Y no una chica de provincia que cuida de la amiga que delicada, languida y perfida, muere lentamente en los labios del silencio.

Poe me enseñó que no hay tema más poético que una mujer muerta y Bradbury que las ahogadas son las más hermosas de todas. Garcia Marques que hay una ciudad de espejos y sueños, donde el temor tiene forma de flores de plátano y la destrucción la de un enorme tren amarillo. Reconozco que detesto a Hamlet pero que a Ophelia, lirio marchito sobre una voz que se deja caer como un petalo seco en medio del silencio. En la fotografía de mi mente, en ese rostro de todos los rostros que cambia a diario, soy Miranda contemplando el naufragio. En otras partes soy un cuadro de Schiele , una dama triste de Waterhouse, una chica que grita en uno de Munch...o es solitario boceto de Pollock olvidado y vuelto a nacer. Cantos de bellas sirenas olvidadas, un Aquiles nervudo y desconcertado mirandolas yacer, inevitables, en medio de la espuma de un mar olvidado.

Siempre tendré dudas como dónde van los cisnes de Central Park cuando llega el invierno y siempre habrá algún motivo estúpido para no suicidarse. Siempre podré despertar para creer que hay un amanecer nitido y de zafiros, donde Karenina baila a ciegas y Wilde parafrasea sobre la ternura de los mosaicos azules de su habitación. Pese a ello, hoy es un día perfecto para el pez plátano.

Los ciegos son inquietantes y están emparentados con reptiles y murciélagos. Si, esas viejas leyendas irlandesas que hablan sobre el temor, y esa fuente inevitable de pasión como lo es la furia. Alejandra tenía que morir. Martín tenía que no entender nada. Bruno tenía que entenderlo todo pero estar fuera. Kakfa recorre una Praga imaginaria y perdida, entre trozos recondidos de dolor y fugaz placer. Ah, mi hermoso huerfano de la palabra...

América era hija de un matrimonio de inmigrantes italianos.

Me identifico con más personajes masculinos que femeninos tanto en la literatura como en el cine. Soy un Ouroboros cenital atemporal y poderoso, desconcertado e impulsivo que grita su nombre al mar, que baila con los ojos cerrados en las noches de insomnio.

Amo profundamente a Marlene Dietrich. Y guardo la devoción de los furiosos a Greta Garbo.

Divago entre viejos amores que no puedo olvidar: Siempre amaré a Heatcliff, aunque el tenor de mi pasión es tan dolorosa como procaz. No sé si prefiero a Rose Ryan o a Yuri Zhivago: ella tiene una sombrilla y a Robert Mitchum; él a Geraldine Chaplin y a Julie Christie. Al inglés cojo no lo contamos.

Prefiero a Waterhouse a Rosetti, aunque el Quien duerme en los muros del Castillo de mi Memoria, es por supuesto un enloquecido Leonardo de ojos abrasados de pura furia creadora. A Munch a todos los demás; a Schiele a Klimt. Sabato a Borges (y puede que a Cortázar), Moby Dick al Quijote, los romans artúricos a la literatura grecolatina y el terror a absolutamente todo. En el miedo divago y descanso, en el miedo bebo de ese pozo profundo donde nace una creencia cierta en el poder de mi imaginación y mi capacidad para destruirme. Y construirme.

El día que releí Los tres mosqueteros y descubrí que mi favorito ya no era Aramis sino Athos, sentí que me había hecho mayor.

Últimamente me tortura preguntarme si dejaré de parecerme a Catalina Earnshaw - según mi querido S. - al cumplir los 30. ¿Y en los 31 años?

Prefiero la película a la novela muchas veces, empezando por La naranja mecánica y el Señor de los anillos. En cambio para mi las palabras e imágenes danzan juntas. Prefiero la literatura, la fotografía, el cine y la pintura (en este orden) a la música. Aunque no la desdeño. Atesoro de hecho la Danza macabra de Saint Saenz y el Verano de Vivaldi. El Zapateado de Sarasate. Voces y sombras lentas y delicadas en medio del jardin amurallado de mi mente.

Como a Bryce, lo único que se me da verdaderamente bien es extrañar. También tengo insomnio y me tiembla el pulso. Todavía no grito Octavia de Cádiz, pero es probable que lo haga.

Soy vehemente, melodramática y amo apasionadamente escribir y leer. He aquí el resultado.

domingo, 18 de abril de 2010

Ese silencioso terror


Ha sido un día extraño: No he dejado de pensar un solo momento en lo ocurrido con la esposa del Boxeador Venezolano El "Inca" Valero. Tal vez se deba a que me impresiona y me desconcierta la sensación de haber presenciado todo el proceso de una muerte que pudo evitarse, o el simple hecho que soy mujer y el mero pensamiento de la vulnerabilidad juridica que padecemos en este país roza lo lamentable. Y no me refiero a una critica contra el gobierno de turno: la politica carece de sentido en una situación que es la consecuencia de otras miles, de inevitables circunstancias sociales y tal vez morales, que han llevado a la identidad de la mujer venezolana a encontrarse sometida a una terrible horfandad juridica, a un silencio ignominioso de puro orden pretendidamente social que muchas veces la condena al maltrato, al temor y como en el caso de Carolina Viera, a la muerte.

Insisto, realmente, la indolencia juridica en mi país no tienen parangón. Siendo abogado, puedo documentar suficientemente las lagunas judiciales que colocan en minusvalia legal a la mujer frente al hombre. Hasta hace menos de una década, no había una ley especifica que protegiera los derechos de la mujer y aunque ahora existe - teorica, siempre aplazada en su aplicación - existe una evidente infravaloración de la identidad femenina como sujeto legal en contraposición con el sujeto masculino. Todo lo cual, hace que Venezuela sea un caldo de cultivo idóneo para el maltrato, la violencia y la humillación por género. Y en realidad, a la vista de hechos como el que hago referencia, no veo que la situación actual vaya a tener alguna mejoría inmediata. Siento decir, que es muy probable que se deteriore aun más.

Ejemplos, hay cientos. No obstante suelo recordar algunos en concreto por la forma como representan el hecho fáctico que la mujer Venezolana carece de protección legal formal antes los desmanes de una sociedad machista. El caso de Alexandra Hildalgo es paradigmático: Luego de padecer 5 años de violencia intramarital, logró conseguir el divorcio de su ex pareja, un hombre violento y amparado bajo la protección del estamento militar de Venezuela. Fue este hombre, el padre de sus hijos, el conyugue con quién compartió vida durante más de diez años, quién contrató a cinco sujetos para ultrajarla y somerterla a la peor violencia que puede sufrir una mujer, por el mero hecho de sentirse afrentado por la separación legal. Y no dejo de preguntarme ¿cual es la educación que se les da a algunos hombres en Venezuela para que no tengan en escrupulos en maltratar a ese nivel a una mujer? ¿Es un problema de educación o simplemente se trata del hecho de conocer el nivel de impunidad existente, lo que impulsa a tales extremos de agresión? Tal vez, se trata de una situación semejante a la sucedida durante el régimen Nazi. En los campos de concentración se llevaron a cabo experimentos médicos y atrocidades llamadas alegóricamente "cientificas" debido a la irrebatible conciencia que no habría castigo ni tampoco restricción alguna. ¿Es ese abismo de llana libertad lo que lleva a un hombre a violar a una mujer y luego asesinarla quemandola como ocurrió en 1998 en un caso tristemente célebre en Maracaibo? ¿o es simple psicopatia de casos aislados? En realidad, estoy convencida que cualquier filia prospera en Venezuela facilmente debido a que la idea social sobre la mujer se encuentra perturbada y relacionada con antiguas ideas sobre dominación masculina: para ejemplo, otro articulo reseñado en el periódico "El Universal" : " Un caso para los duros de corazón: una pequeña niña de ocho años de edad es violada por un hombre casi 40 años mayor que ella. El juez, máximo representante de la justicia, en un momento crucial del caso, pregunta: "¿Y qué hizo la niña para provocar sexualmente a este hombre?" o el caso tristemente insigne de Linda Loaiza López, torturada durante más de un año por un hombre que luego de ser procesado por la justicia es liberado por,( y cito) : "errores procesales de los fiscales a cargo de colectar las evidencias de maltrato" Linda, desfigurada, estéril y mutilada por las agresiones sufridas, tuvo que enfrentar no solo un tipo de violencia dificil de imaginar, sino además, un sistema legal que es totalmente sordo e insensible a la situación que atravesó.

Hace mucho tiempo, leí un articulo en un periódico que creo se convirtió en la huella de mis pesadillas más personales. No recuerdo su autor, aunque si el hecho que estaba ilustrado con la caricatura de una mujer que vestida de negro, se encogia hasta casi desaparecer del plano central de la imagen. El articulo, crudo, mordaz y estremecedor sentenciaba: " al parecer, podrías ser victima de la violencia solo por ser hermosa y joven, o simplemente tener un aspecto saludable. Eso quiere decir que las mujeres solo estaremos a salvo una vez que entramos en la vejez. Pero también he de mencionar que los casos de violencia sexual contra ancianas crecen exponencialmente año tras años. Tal vez, sea solo cuestión de no llevar ropas llamativas -tengas la edad que tengas - y vestirste de negro y muy cerrado para cubrir el hecho que eres mujer. Sin embargo, debo decirte que también existen pruebas irrefutables que hay cierto tipo de psicopatas que se excitan ante la visión de una mujer cubierta por ropas gruesas y eso desata un indice de agresividad inaudita. Asi que, tal vez lo mejor sea no existir, no estar en la realidad, desaparecer cualquier huella de femeneidad, porque es evidente que el mero hecho de ser mujer, ya es premisa para sufrir una grosera manifestación de horror"

Sí, memoricé el pasaje. Y es que a través de los años, lo he meditado en numerosas ocasiones, aterrada y asqueada. A veces, he tenido la sensación que mis frecuentes devaneos con la anorexia tienen su origen exacto en ese horror de mostrarme a plenitud en un mundo masculino y hostil ¿Cual es el error en la visión de nuestra moderna busqueda de libertades y derechos inalienables que hace que las mujeres sigamos siendo estafadas y alienadas bajo parámetros morales carentes de validez? No nos engañemos, toda esta estructura legal machista tiene su origen en el hecho que el hombre promedio sigue considerando a la mujer inferior moral e intelectualmente hablando. Por cada mujer emprendedora, fuerte y luchadora, existen diez que son educadas para el servilismo y la pasividad. Incluso en materia religiosa, la mujer sigue siendo considerada una figura minoritaria y secundaria. ¿Cual es el papel de las religiosas dentro de la jerarquia cristiana? ¿O el de la esposa y la hija en la cultura musulmana? ¿ o el de la mujer, para los judios? Todos los estereotipos son calificados socialmente como ambivalentes, maliciosos, en la mayoría de los casos. Las mujeres carecemos de identidad étnica, humanista. Solo podemos aspirar, bajo esta visión limitada, a servir al hombre y procrear. Cualquier otra actividad fuera de estas, es considerada sin valor, quebradiza, carente de razón.

Como bruja ( quiero decir, perteneciente a una cultura matrialcal) siempre me he preguntado que sucedería si mi religión fuese la expresión mayoritaria de la fe mundial. La Brujeria proyecta una imagen benigna, fuerte y magnifica de la mujer. ¿Cual sería la identidad de la feminidad en la historia? Es una interrogante destinada a no resolverse jamás y sin embargo, no pierdo las esperanzas, incluso atemorizada y desalentada como me siento en ocasiones, que la nueva generación de mujeres que crece y se levanta sobre los escombros de las anteriores, logre cambiar la visión y la perspectiva en la busqueda de su propia identidad.

Porque no olvidemos, que hace mucho tiempo, Dios era mujer.


sábado, 17 de abril de 2010

Un sueño quebradizo


Dos días de lluvia ininterrumpida. Me hace sonreir la idea que Caracas comience a parecerse realmente a la Mitica Macondo Marquesiana: con su larga e incontestable sequia y finalmente, la lluvia, revitalizante, primitiva, cándida, simple, un poco inquietante. De pie, tomando un poco de mi único vicio secular - café para todo, café para siempre - miro el reflejo de una ciudad caótica que se reconstruye asi misma en pequeñas ideas incongruentes. Las calles manchadas de barro, el olor húmedo de los árboles sobrevivientes de la sequia. Y este silencio de tierra arrasada, Caracas solitaria, simple, silenciosa. Siempre me pregunto a donde se fue la ciudad de mi niñez. O mejor dicho si la imagen que tengo de ella no es otra cosa que una idealización casi desesperada: la ciudad simbolo de mis demonios, escenarios de esas viejas historias góticas de una niñez metódica. No lo sé en realidad. Suspiro, la imagen se hace quebradiza, desaparece, se derrumba en esa cotidianidad bastarda y un poco angustiosa del sueño que se crea asi mismo, se devora como una criatura esporádica de mi mente en vigilia.

Caracas, te quiero. Te añoro aun teniendote, te sueño en silencio, te mitifico en algun rincón radiante de mi memoria, te destruyo en mis temores. Pero te quiero, si, que inevitable, Diosa muda de mi memoria, elevarte al altar de mi memoria.

Otra vez.