martes, 22 de junio de 2010

De los placeres personales o crear un mundo personal en lo coditiano




Muy pocas me causan tanto placer, incertidumbre, esfuerzo y sobretodo, una eufórica sentimiento de reinvención...como ordenar mi biblioteca. Es una ocasión casi sacramental, un momento diáfano al que le brindo un significado casi ritualista. Cuando lo hago, siento una profunda satisfacción, al revolver esa rutina sictáctica de las palabras y las frases, envueltas entre las convicciones del tiempo y la labor creacionista del autor. En poco más de cuatro horas, abro y cierro recuerdos, rio con el olor de un valle en sombras, deambulo en medio de mis sueños y pesadillas, me dejo llevar por una pasión enorme y cruel, pero tan simple que carece de nombre. ¿Un simple deseo de posesión? Tal vez.



¿Que consideramos normal? Es una pregunta que me hago con frecuencia, sin encontrar respuesta claro. Y hoy me la formulé unas cuantas veces más, mientras revolvía de nuevo el orden de mi castillo de la Memoria, hermoso y espléndido, solitario y visceral. Me imaginé por un momento que así era la manera como los Dioses habían empezado a dar forma al caos, por medio de un método tan sencillo como expúreo: recorrer la costumbre todas las veces que fuera necesario para crear un tiempo remoto. Un elemento dispersos en otro orbe paralelo, caótico que había que eliminar y darle un nuevo sentido. En ocasiones hago ese tipo de aliteraciones tristes, desusadas, tan infantiles que me resultan conmovedoras. Un fragmento hermoso y rutilante de mi propio deseo y angustia existencial.


Como he dicho varias veces, El castillo de la Memoria en el que habito se ha construido a base de narrarme mis historias, creando cadenas de palabras que poco a poco se van haciendo tangibles. Esas palabras han tomado formas sorprendentes: grutas, paredes, habitaciones, retratos, pasillos, jardines, murallas escondidas... mi vida entera se hace de ideas que cuando se verbalizan o se escriben cobran peso y sustancia. Las construyo con la fidelidad platónica de las palabras, en la estructura firme de frases y parrafo que levanto a base de angustia, alegría, dolor, tristeza, desesperación, simple e ingenua felicidad. Todas mis emociones se transforman, en una alquimia depurada y especifica, en un elemento de mi mundo interior, en un núcleo exacto y vital donde se sostienen los ojos ciegos de mi razón. Escribo, porque esa es mi manera de vivir. Dibujo un tiempo remoto a través de la sutil invocación del milagro del tiempo verbal.


¿Qué es el caos? ¿qué el cosmos?, me pregunté en ese momento cual si fuera un griego del siglo IV. ¿No será que el desorden es el orden natural de las cosas y el orden un mero accidente casualístico o causalístico? En el mito griego de la creación la Madre Tierra surge del Caos (lo no ordenado) y todos los dioses venideros y las generaciones humanas intentan domesticar al Caos que reina en el mundo para que devenga en el Cosmos (lo ordenado). Sí, la dulce locura de la sistemática destrucción y la construcción. Otorgarle un sentido dual a cada día, a cada pensamiento y forma mitologica personal capaz de adoptar un sentico crítico. Un tiempo de espléndida belleza, la erradicación de cualquier axioma que pueda carecer de forma. Sin embargo, esa ligera irrealidad es la esencia de todo estética personal, de toda busqueda beligerante: Sí, esa furia de miedo y salvedad, esa graciosa muestra de tiempo anecdótico que se expresa a través de la voz de esos sueños pequeños y fragmentarios.


Ah, y pensar que toda esta disertación comenzó por un hecho tan sencillo como danzar en medio de memoria crítica de mi biblioteca, esa la elucubración del caos en medio de un deseo muy sencillo. Una celebración pequeña y privada de una antigua necesidad venial.

3 comentarios:

Verónica Esparza dijo...

Ojalá pudiéramos todos darle ese giro fantástico que le das a las cosas. Para mi, limpiar la biblioteca es una cosa, a la que le saco el cuerpo hasta que ya no se puede más. Luego es que viene la fascinación del revoltijo de recuerdos (unas veces me alegra y otras no).

Pero, en definitiva, me gustaría tener esa capacidad de magnificar cada evento tan básico del día a día. Felicidades por esa personalidad Agla.

Miss B dijo...

ajajajajaa Que bella mi Varo linda ajajaja Gracias por leer y comentar mi bella!

corazon de gacela dijo...

Lo rico y evolucionado es el poder de andar en estado de consciencia...sumergidos en cada cosa que hagamos...
para mi, ( lo de la biblioteca) es en si, un acto de descongestion y un ejercicio de desapego, hasta irme quedando con lo esencial, que al fin no es sino eso... dejar el pasado, estando presente exquisito tu mismo, a cada instante...
Si, MissB logra eso a cada rato... algunos excesos de logos, pero su corazon siempre expuesto, surfeando en peligro y hurgando en los misterios de la vida...
Si, Varo, bien por ella,
la leccion es sencilla
Hagámoslo!

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