Hace unos meses, a propósito de una exposición sobre imagen publicitaria que se celebraba en la Universidad donde me licencie, estuve preguntándome hasta qué punto las mujeres occidentales no seguían encerradas en el imaginario masculino. Los barrotes, como todos los de este mundo en que han desaparecido los perfiles claros de los responsables, eran simbólicos, invisibles, y por ello más difíciles de señalar. Un cárcel rodeada de imagenes flagrantemente falsas, llenas de esteotipos y pequeñas muestras de puro prejuicio estético. La idealización de la mujer en el marco de una idea de perfección imposible y dolorosa.
Uhmmmm...esa sensación de ser completamente inadecuada en medio de un valor general.
Tuve la mayor prueba de este axioma, en una ocasion en que esperaba por el metro de mi ciudad. Junto a mi, dos mujeres discutian en voz alta. Una de ellas era muy joven - una adolescente de unos 16 años - y la otra, mucho mayor, por lo que supuse sería la madre de la primera. Un poco avergonzanda, me apresuré a fingir que no prestaba atención a su discusión, pero por supuesto, a pesar de hacerme la desentendida y concentrarme en el color de mis zapatos, escuché con toda claridad cada una de sus palabras.
Todo el conflicto parecía relacionarse con los kilos de más que exhibia la chica más joven. Debo decir, que a mi me pareció que su contextura normal, tal vez un poco fuera de forma fisica. No obstante, la Madre le reclamaba en voz alta su "Gordura", señalandole con gran crueldad los "rollos de grasa" que se le dibujaban sobre la trabilla del ajustado jeans que la chica llevaba. Esta ultima inclinaba la cabeza, evidentemente dolida por las criticas malsonantes que debía soportar y además en público. Incomoda y profundamente desalentada, me alejé algunos pasos, mientras la mujer continuaba gritando furiosa, exigiendole "estar bonita".
Es una verguenza ver que la gente se rige bajo unos criterios tan absurdos como la gordura, la esbeltez, el color del cabello o ese abstracto concepto de "belleza" que el venezolano parece aplicar con bastante ligereza. Una absurda autocracia de una perspectiva plural, con cientos de significados y acepciones como es la estética personal. ¿Por qué debemos las mujeres ajustarnos a una idea platónica, nacida de una glorificación de la libido masculina para sentirnos convalidadas en el valor de nuestra fisonomia? Hay una obsesión nacional por la busqueda de una esbeltez publicitaria, por una idea de estética totalmente falsa. Como fotografa, sé que cada rostro y figura delgada que vemos en un anuncio ha pasado por una serie de retoques, que van desde delinear las facciones, ocultar imperfecciones, estilizar los torsos, suavizar las huellas de los años y la vejez en el cuerpo. La utopía de un patrón esquemático que no hace más que repetir los errores y complejos de una sociedad aferrada a una inexistente estética.
¿Donde queda la diversidad? ¿Cual es el lugar de la inteligencia, la ternura, la picardia, la fuerza del poderoso carácter de la mujer Venezolana? ¿Ser "bonita" , según el criterio de nuestro país, implica extirpar la individualidad, el peso especifico de nuestros defectos y virtudes, ese innefable brillo personal que nos hace únicos?
No lo creo, no lo admito, me resisto a esa idea.
Finalmente, el metro llegó y me subí al vagón, echandole un último vistazo a la madre y la hija. La niña con la cabeza ladeada, miraba un afiche de una bebida alcoholica donde una modelo exhibia sus vertiginosas curvas con orgullo. La madre, con el rostro tenso, continuaba gesticulando. Sentí una tremenda tristeza, un desamparo sin nombre, al pensar que la autoestima de la mujer venezolana esta sometida de una manera tan férrea a la sonrisa plástica de una imagen irreal y procesada bajo un concepto de belleza cruel y destructiva.
Me niego a aceptarlo. De hecho, rechazo visceralmente esa belleza de bisturí y de plastico. Una batalla a ciegas, por supuesto, en un país determinado a crear un mito alrededor de la belleza de sus mujeres. Pero eso no me importa en realidad. El valor de la mujer venezolana trasciende esta imagen bidimensional de si misma, esa creación superficial que la intenta acorrarla y minimizarla, sin lograrlo nunca.
Unicas, maravillosas, irrepetibles. Asi es la feminidad en mi país, y nadie, incluso esos tristes teóricos de la estética que intentan acorralar a las curvas y las hermosas imperfecciones para crear un molde unico, va a lograr cambiar ese pensamiento jamás.
Uhmmmm...esa sensación de ser completamente inadecuada en medio de un valor general.
Tuve la mayor prueba de este axioma, en una ocasion en que esperaba por el metro de mi ciudad. Junto a mi, dos mujeres discutian en voz alta. Una de ellas era muy joven - una adolescente de unos 16 años - y la otra, mucho mayor, por lo que supuse sería la madre de la primera. Un poco avergonzanda, me apresuré a fingir que no prestaba atención a su discusión, pero por supuesto, a pesar de hacerme la desentendida y concentrarme en el color de mis zapatos, escuché con toda claridad cada una de sus palabras.
Todo el conflicto parecía relacionarse con los kilos de más que exhibia la chica más joven. Debo decir, que a mi me pareció que su contextura normal, tal vez un poco fuera de forma fisica. No obstante, la Madre le reclamaba en voz alta su "Gordura", señalandole con gran crueldad los "rollos de grasa" que se le dibujaban sobre la trabilla del ajustado jeans que la chica llevaba. Esta ultima inclinaba la cabeza, evidentemente dolida por las criticas malsonantes que debía soportar y además en público. Incomoda y profundamente desalentada, me alejé algunos pasos, mientras la mujer continuaba gritando furiosa, exigiendole "estar bonita".
Es una verguenza ver que la gente se rige bajo unos criterios tan absurdos como la gordura, la esbeltez, el color del cabello o ese abstracto concepto de "belleza" que el venezolano parece aplicar con bastante ligereza. Una absurda autocracia de una perspectiva plural, con cientos de significados y acepciones como es la estética personal. ¿Por qué debemos las mujeres ajustarnos a una idea platónica, nacida de una glorificación de la libido masculina para sentirnos convalidadas en el valor de nuestra fisonomia? Hay una obsesión nacional por la busqueda de una esbeltez publicitaria, por una idea de estética totalmente falsa. Como fotografa, sé que cada rostro y figura delgada que vemos en un anuncio ha pasado por una serie de retoques, que van desde delinear las facciones, ocultar imperfecciones, estilizar los torsos, suavizar las huellas de los años y la vejez en el cuerpo. La utopía de un patrón esquemático que no hace más que repetir los errores y complejos de una sociedad aferrada a una inexistente estética.
¿Donde queda la diversidad? ¿Cual es el lugar de la inteligencia, la ternura, la picardia, la fuerza del poderoso carácter de la mujer Venezolana? ¿Ser "bonita" , según el criterio de nuestro país, implica extirpar la individualidad, el peso especifico de nuestros defectos y virtudes, ese innefable brillo personal que nos hace únicos?
No lo creo, no lo admito, me resisto a esa idea.
Finalmente, el metro llegó y me subí al vagón, echandole un último vistazo a la madre y la hija. La niña con la cabeza ladeada, miraba un afiche de una bebida alcoholica donde una modelo exhibia sus vertiginosas curvas con orgullo. La madre, con el rostro tenso, continuaba gesticulando. Sentí una tremenda tristeza, un desamparo sin nombre, al pensar que la autoestima de la mujer venezolana esta sometida de una manera tan férrea a la sonrisa plástica de una imagen irreal y procesada bajo un concepto de belleza cruel y destructiva.
Me niego a aceptarlo. De hecho, rechazo visceralmente esa belleza de bisturí y de plastico. Una batalla a ciegas, por supuesto, en un país determinado a crear un mito alrededor de la belleza de sus mujeres. Pero eso no me importa en realidad. El valor de la mujer venezolana trasciende esta imagen bidimensional de si misma, esa creación superficial que la intenta acorrarla y minimizarla, sin lograrlo nunca.
Unicas, maravillosas, irrepetibles. Asi es la feminidad en mi país, y nadie, incluso esos tristes teóricos de la estética que intentan acorralar a las curvas y las hermosas imperfecciones para crear un molde unico, va a lograr cambiar ese pensamiento jamás.
4 comentarios:
Alabanzas a Rubens!! jejeje Afortunadamente muchas personas se han dado cuenta de tu argumento planteado acá, lamentablemente no las suficientes =( qué triste debe ser a vida de esa chica con una madre así =(
He de confesar que yo soy una de las que toma un ataque de histeria cuando me veo engordar jajajaja pero en mi caso es muy raro, más que de estética se trata de sentirme bien. Claro que tu te refires en mayor medida a lo "plástico" que acarrea en las mujeres de
me encanta el tema de hoy, soy sensible a el y por eso te abrazo. te felicito ademas, porque de un tiempo para acá me he hecho asidua a tus escritos y a tu trabajo fotográfico.
yo también me resisto...
es lamentable estar fuera de tu país, y leer en un periódico local, que en Venezuela, el mejor día de producción de los salones de belleza sea un día antes de algún evento político (marchas, etc). es entonces cuando te empiezas a cuestionar, a desapegar y a descubrir porque tenemos lo que tenemos y porque nos pasa lo que nos pasa.
El mito de la "mujer mas bella es la venezolana" (cosa que no dudo), ha convertido a las mujeres de mi país en esclavas de dicho mito, y lo mas triste, en una sociedad superficial. olvidando la verdadera raíz de la belleza, el verdadero motivo por el cual la mujer venezolana es REALMENTE HERMOSA.
la ultima vez que visite mi país, vi como promocionaban las prótesis, como que si se tratara de pan, de zapatos... dos por uno! Por otra parte, presenciar chistes como por ejemplo que la mujer venezolana se reconoce por los "cc"... y que esto le cause risa a ellas... cosas como esta me hicieron decidir "sentirme" ciudadana del mundo y terminar de una vez por todas con el inútil apego y falso "amor a la patria". En ese momento, me sentí mas identificada con Costa Rica, que es el tercer país mas limpio del mundo que con Venezuela, el único país que ha ganado la mayor corona de belleza dos veces seguidas...
Mi esperanza: estar convencida de que vivimos un proceso y que todo proceso lleva su tiempo, que todo tiene un porque y que en lineas generales, todo es perfecto. Las sociedades que han sido devastadas y se han levantado de la nada, descubren los verdaderos caminos. El camino del amor, de los valores, de la lealtad, del esfuerzo, del respeto, de la tolerancia, del auto conocimiento, nos llevan a encontrarnos y al encontrarnos, encontramos la verdadera belleza, la que esta en nosotros, y en todos y todo lo que nos rodea.
me siento orgullosa y feliz de tu escrito.
Nela.
Alabado sea Rubens Meny ajajajaja Y sí, creo que aunque todas somos de alguna u otra manera sensibles a la idea del peso y la estética, a pesar de eso - y quizá DEBIDO a esa valoración - nos estamos haciendo más maduras y concientes de nuestro VALOR como espiritus libres. Creo que la mujer Venezolana, tiene el derecho de concebirse como una individualidad pensante, llena de ideas y formas de expresión y no limitarse unicamente a esa idea simple de ser un estereotipo o peor aun, una idea creada a base de prejuicios. Como siempre mi bella, Gracias por leer y comentar!
Totalmente de acuerdo con tu planteamiento Nela! De hecho, me decidí a escribir este post debido a lo ocurrido ayer con un canditado a diputado que decidió financiarse rifando una operación mamoplastica. ¿Que clase de valor se le está dando a la idea estética de la mujer Venezolana? ¿Hasta donde es posible esquematizar nuestra identidad y volvera futil y superficial? Me niego por completo a ese concepto, me niego además como mujer joven que aprecia la belleza, pero BAJO NINGUNA EXCUSA, el prejuicio y el arquetipo más simple.
La mujer Venezolana es bella por su fuerza, su inteligencia, su constancia, su tesón, su enorme capacidad para concebir su mundo como una obra creativa. Habrá excepciones, siempre lo hay, pero siempre que camino por la calle y veo a las magnificas mujeres de este país caminando, la cabeza en alto y llenas de dignidad, entiendo porque somos entonces en nuestra historia social, un mito profundamente personal.
Gracias bella por tomarte un momento para leer y exponer tus estupendas ideas en este espacio!
Besos!
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