Durante la tarde, tuve una ilustrativa conversación con una de mis amigas más cercanas: Por enésima vez, el ambiente del lugar donde trabaja comienza a hacerse irrespirable y casi como viene siendo común en su experiencia, está pensando seriamente en renunciar. La escuché con una sensación casi de alarma: Tal vez se deba a que casi todos los trabajos que he desempeñado durante mi vida han tenido ese margen de flexibilidad que necesito para sentirme cómoda: no en vano, solo he tenido horarios rigidos en tres ocasiones, y en todas, el experimento ha resultado no solamente fallido, sino evidente que me lleva esfuerzos acostumbrarme a una rutina especifica. El caso es que para mi, el trabajo es una manera de recrear mi forma de ver el mundo y la realidad que me rodea, lo que me ha traído no pocos problemas. Ahora bien, con los años he aprendido varias cosas con respecto al trabajo y sobre todo en nuestro país, que son importantes a la hora de encontrar la estabilidad que creo es el objetivo de todos en cierto momento de nuestra vida. De manera que lo que comenzó siendo una conversación sobre el tema del trabajo, se transformó en ciertas ideas que me han hecho reflexionar sobre esa complicada relación entre un empleador y la persona bajo su cargo y que resumidas, podrian ser la clave para tener un ambiente laboral comodo. Podría resumir la conversación en cuestión en cinco puntos especificos:
1) Una empresa es tu lugar de trabajo, no tu familia o tu circulo de amistades: Suele ocurrir que quizá debido a la gran cantidad de horas habiles que debemos invertir en determinada ocupación, que el trabajo se convierte en nuestro centro vital. Conozco a muchas personas, cuyos amigos e incluso parejas se encuentran dentro del ámbito en el cual trabajan y aunque no dudo que en algunos casos, la idea es totalmente normal, para la mayoría de las empresas, la división entre la vida privada y la vida laboral es obvia y concreta. De manera que mi consejo, es que sepas distinguir entre tu lugar de trabajo - y las relaciones personales que allí ocurren - y tu vida personal.
2) No hay limites claros sobre lo que harás o se espera de ti: Uno de los problemas que enfrentó mi amiga, fue que nunca tuvo una descripción de desempeño del cargo que llevaría a cabo, de manera que pronto, se encontró ocupandose de una serie de actividades y deberes que no incluian su primera descripción del trabajo que desempeñaria. La situación llegó a un nivel tal, que cumplía con los deberes de dos o tres empleados más, hasta que comprendió que era excesivo - y absurdo - continuar sosteniendo un ritmo de trabajo que simplemente no podía soportar. Finalmente, y luego de una conversación con su superior inmediato, pudo aclarar que se esperaba de ella y sobre todo, la linea de su responsabilidad de cara a su desempeño.
3) Tu superior inmediato se convierte en tu gran confidente y amigo: Supongo que es mucho más habitual que ocurra actualmente, cuando los desempeños en oficinas y otros entes laborales son informales y se fomenta el espíritu grupal y la convivencia entre empleados. No obstante, siendo mi madre una profesional en Recusos humanos, puedo decir que muchas veces esa linea tan discreta y sumamente sutil entre la confianza y la amistad entre empleado y empleador, ocasiona malentendidos que tarde o temprano, deterioran la relación de trabajo. De manera, que siempre ten muy en claro, que a pesar de su buena voluntad, simpátia y amabilidad, tu jefe es quién se encargará de dictar las normas sobre las que trabajarás y tu amistad con él, tendrá poco o nada que ver en la idea de como desarrollar una idea concreta.
4) Chismes, palabrarerias, pequeñas intrigas: Como en cualquier lugar donde la sociabilidad sea un requisito indispensable, es probable que en tu lugar de trabajo surgan de vez en cuando roces y malos entendidos en los que puedas verte envuelto. De manera que, y retomando la idea que expliqué anteriormente, procura evitar que la amistad que puedas o no compartir con tus compañeros se refleje en lo que haces. Ten siempre muy en claro que tu responsabilidad primordial es con tu deber como empleado y la empresa para quién trabajas: los chismes, discusiones y otros problemas de convivencia no solo afectarán tu desempeño sino muy probablemente el ambiente de trabajo del cual formas parte. Asi que intenta que la objetividad y la discresión siempre sea premisa en tus opiniones, y sobre todo en tu manera de llevar las relaciones interpersonales entre tus compañeros y tu.
5) Demasiada carga emocional: De la misma manera que tus compañeros de trabajo no son tu familia o tus amigos más cercanos - o en determinados casos, no deberian serlo - la lealtad que sientas hacia la empresa para que laboras no debe ser basada en el ámbito emocional. Evita crear lazos personales, porque en la realidad de los números y estandares más comunes, eres un empleado que es remunerado y analizado como una estadística. No me refiero a una idea descarnada: actualmente, se fomenta la afinidad de los empleados hacia su lugar de trabajo y sobre todo su compromiso personal, pero a lo que me refiero es que siempre tengas muy claro, que esa simpatia hacia el lugar donde trabaja no debe afectarte emocionalmente. Al final, cualquier relación laboral está destinada a terminar, y de como sea ese final, dependerá mucho de la manera como puedas entender que eres parte de una comunidad donde el trabajo que desempeñas es la idea unificadora.
Como suelo decir habitualmente cuando realizo estas listas, probablemente no logré reunir en ella todos los elementos que podrian entorpecer - o mejorar - una relación laboral. Sin embargo, considero que algunos de los que especifiqué pueden permitirte no solo un desempeño más sano, sino más eficiente en tu faceta laboral.
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