viernes, 1 de abril de 2011

Anais, con amor





"Creía que las mujeres eran más aptas para fundir el sexo con la emoción y con el amor, y para escoger a un hombre antes que caer en la promiscuidad. Me di cuenta cuando escribí mis novelas y el Diario, y aún lo vi más claro cuando empecé a dar clases. Pero aunque la actitud de las mujeres hacia el sexo fuera por completo distinta de la masculina, aún no hemos aprendido a escribir sobre el tema. Estos relatos eróticos los escribí para entretener, bajo la presión de un cliente que me pedía que "me dejara de poesía". Creí que mi estilo derivaba de una lectura de obras debidas a hombres, y por esta razón sentí durante mucho tiempo que había comprometido mi yo femenino. Olvidé estos relatos. Releyéndolos muchos años más tarde, me doy cuenta de que mi propia voz no quedó ahogada por completo. En numerosos pasajes estaba utilizando intuitivamente un lenguaje de mujer, viendo la experiencia sexual desde la perspectiva femenina. Al final, decidí autorizar la publicación de mis relatos eróticos porque muestran los esfuerzos iniciales de una mujer en un mundo que había sido dominio exclusivo de los hombres".


Anais Nin,
Delta de Venus.



Detalle a detalle. Mi primera fantasia sexual fue gracias a ella, a la meticulosa descripción de la sensualidad, la piel viva y palpitante, viva, arrogante, falaz. Incestuosa, malvada, Inocente. La perversión carente de verdadera malicia. Solo es el temblor del verbo, la minuciosa capacidad de viajar por la vida, recordando con educado cuidado cada piel, cada olor, cada sábana abandonada. Muchas veces, quisiera hablar el idioma del sexo con su claridad, saber que cada movimiento es poesía intima, o que la busqueda del placer es una manera de autodeterminar mi geografia personal. Pero sigo vagando por los misterios de mi mitologia personal, confusa, cansada, tan deseosa. Como duele este deseo. Me tiemblan los dientes en busca del beso húmedo, de los labios que se abran para mí. Ansio la salvaje determinación de la adolescencia y no esta ternura boba fruto del ensueño de una adultez temprana. Soy una anciana, en el cuerpo de una niña cansadisima, pero ávida, que aprieta los dedos y suelta de entre la palma, la raiz de la conciencia.

Anaïs, con amor.

1 comentarios:

corazon de gacela dijo...

cuando dices " ansio la salvaje determinacion de la adolescencia..." hablas como Anais, cuando en el mismo libro, en el cuento Marianne ella escribe: " quiero enamorarme de tal forma que la mera vision de un hombre... ...me conmueva y me penetre, me debilite y me haga temblar, aflojarme y derretirme entre las piernas.
recuerda que ustedes no tienen edad, antes y despues de ser madres siempre seran doncellas y brujas encantadoras.

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