jueves, 6 de octubre de 2011
Tranströmer o la audacia de comprender el tiempo vivo
Leer un poema de Tomas Tranströmer, flamante ganador del premio Nobel de Literatura, siempre ha simbolizado para mi un viaje diminuto hacia una región profunda de mi mente. Intimista, exquisito, descarnado en ocasiones, pero la gran mayoría solo veraz, ha creado una retórica propia, una sensualidad cálida llena de elegancia. Para el poeta, la vida, la muerte, la belleza y el amor, forman una única idea que se entreteje entre si para crear imagenes oníricas, casi mistica. Quizá siguiendo la tradición de la poesia sueca, lo divino, lo inquietante, lo espiritual, lo abstracto está presente en su poesia de manera esencial. Y es que probablemente para Tranströmer - actualmente reducido al silencio por un problema cerebro vascular, pero más elocuente que nunca en la palabra escrita - el poder de la evocación en sus poemas sea una forma de trascendencia personal.
Se ha dicho que Tranströmer intenta encontrar un equilibro entre la complejidad y la pureza en la palabra. Y tal vez sea el único capaz de lograr semejante dicotomia. Su lenguaje formal, sereno, pero a la vez audaz, ha sorprendido a propios y extraños. Muy probablemente, sea su manera de comprender el mundo, entre dos extremos, más allá de si mismo, en una forma tan depurada como intima. El Verbo voraz.
La mirada de Tranströmer se dirige de modo especial a la naturaleza, en complicidad con el hondón del alma humana, de la que es buen conocedor por su profesión. La temática predominante aborda los universales de la poesía: el dolor, el amor, el tiempo, la muerte, la ausencia…Siempre con el afán de mostrar retratos cotidianos de la realidad cercana, también la geográfica, con sus poemas Bálticos y sin olvidar el arte o la música.
El poeta sufrió una hemiplejia en 1990. Desde entonces no puede hablar pero sí conserva el don de escribir.
Para cualquiera de mis amables lectores que desee revisar un poco la obra de Tomas Tranströme, incluyo aqui siete poemas, impecablemente traducidos por Omar Pérez Santiago.
Apuntes de fuego:
Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.
Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias puede uno seguir su camino
en la noche oscura del olivar.
Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida
pero el cuerpo caminó directo hacia ti.
El cielo de la noche rugió.
Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.
C- Mayor:
Cuando bajó a la calle tras la cita de amor
Soplaba la nieve en el aire.
El invierno había llegado
Mientras hacían el amor.
La noche brilló blanca.
Él caminó rápido y alegre.
Toda la ciudad inclinada.
Transeúntes sonrientes-
Todos reían tras los cuellos alzados.
¡¡Era libre!!
Y todos los signos de interrogación cantaron la existencia de Dios
Eso creía él.
Una música estalló
Y cruzó en la nieve arremolinada
Con largos pasos.
Todo en camino del tono C
Un tembloroso compás dirigido a C.
Una hora sobre las heridas.
¡Era fácil!
Todos reían tras los cuellos alzados.
Tormenta:
De pronto el caminante halla aquí el viejo
roble gigante, como un alce convertido en piedra
con su ancha copa ante fortaleza verde negra
del mar de septiembre.
Tormenta del norte. Es el tiempo cuando las serbas
Maduran. Despierto oye en la oscuridad
Las constelaciones estampadas
En lo más alto del roble
Los recuerdos me miran:
Una mañana de junio es muy temprano
Para despertar, pero tarde para dormir de nuevo.
Debo ir a la hierba que está llena
De recuerdos, que me siguen con la mirada.
No se ven, se mezclan completamente
Con el fondo, camaleones perfectos.
Tan cerca que los escucho respirar
A pesar que el canto de los pájaros es estridente.
Arcos Romanos:
En la grandiosa iglesia romana se aprietan los turistas
En la penumbra.
Cúpula abierta tras cúpula y sin panorámica.
Algunas llamas de cirios titilan.
Un ángel sin semblante me envolvió
Y me susurró a través de todo el cuerpo:
“No te avergüences de ser persona, ¡sé orgulloso!
Dentro de ti se abre cúpula tras cúpula infinitamente
Tú nunca estarás completo, y así es como debe ser.”
Yo estaba ciego de lágrimas
Y fui empujado a la soleada piazzan
Junto a Mr y Mrs Jones, Herr Tanaka y
Signora Sabatini
Y dentro de todos ellos se abrió cúpula tras cúpula infinitamente
Madrigal:
Heredé un bosque sombrío donde rara vez voy. Mas llegará un día en que los muertos y los vivos cambien de lugar. Entonces, el bosque se pondrá en movimiento. No estamos sin esperanzas. Los crímenes más difíciles continúan sin aclarar a pesar de los esfuerzos de muchos policías. Del mismo modo, hay en nuestra vida un gran amor sin aclarar. Heredé un bosque sombrío pero hoy yo camino en otro bosque, el luminoso. ¡Todas las criaturas que cantan, serpentean, mueven la cola y se arrastran! Es primavera y el aire es muy fuerte. Tengo un diploma de la universidad del olvido y estoy tan vacío como la camisa que se seca en el cordel.
Nocturno:
Por un pueblo conduzco de noche, las casas aparecen
En el resplandor de mis luces – ellos están despiertos, desean beber.
Casas, galpones, letreros, vehículos abandonados –es ahora
Se visten ellos mismos en vida. La gente duerme:
Algunos pueden dormir en paz, otros con semblantes tensos
Como si estuviesen estrenando para la eternidad
No osan soltarse completos a pesar que su sueños son pesados.
Descansan como barreras caídas cuando cruza el misterio.
Afuera del pueblo el camino se alarga entre los árboles del bosque
Y los árboles los árboles en silencio entre ellos
Tienen el color teatral que tiene el brillo del fuego
¡Qué claras son sus hojas! Me persiguen hasta mi hogar.
Me acuesto a dormir, veo imágenes desconocidas
Y signos suben solos detrás de las pupilas
En la oscuridad de la muralla. En la rendija entre en vela y el sueño
un gran carta intenta colarse en vano.
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