Porque soy Venezolana, caraqueñisima. De las que gritan por el tráfico insoportable, las que comen tequeño en las fiestas y en el cine. De las que tomaron jugo de naranja muy ácido en el Gran Café de Sabana grande. De las que miran el Ávila y suspiran. De las que conoce la leyenda de la Esquina de las ánimas, de las que conoce quién es Caremis - y escuchó algunas de sus historias -. Porque soy hija de inmigrantes que encontraron en este país un hogar. Porque soy hija de una Patria de libertadores, de luchadores, de triunfadores, de grandes gestas antes que su historia fuera targiversada solo por política. Soy de esas caraqueñas, que saludan a Pacheco, toma jugo de Moras en Galipán. Soy hija de Barlovento y el cacao, soy hija de Caracas y el Ávila, soy hija de Mérida y el páramo, crecí entre las esquinas de caracas, entre helados de parchita y hallacas, corrí persiguiendo las palomas de la Plaza Bolívar, soy hija del Panteón, de la catedral, fui una estudiante la Universidad Central de Venezuela, soy una devota de la gran madre de Coromoto, soy hija de María Lionza, soy orgullosa Amazona de Sorte, HIja del Orinoco, de los llanos, dueña del tepuy, soy hija del Zulia y el lago brillante y misterioso. Aquí nació mi madre, aquí creció mi familia y aquí deseo que nazcan mis hijos. Soy hija de cada rincón brillante, de cada olor, de cada textura de esta tierra que amo con todo mi corazón. Todas esas voces forman parte de mi espíritu, soy el canto de la juventud, la pasión por la libertad, el deseo de crear una sociedad justa, contemporánea, llena de significados, donde todos tengamos el mismo derecho a desear un mejor porvenir.
Tal vez la mujer, un poco malhumorada que me ayuda a entintarme el meñique con tinta color púrpura, no entienda porque tengo los ojos húmedos de lágrimas. Me dedica una mirada un poco sorprendida, y después sonríe, una gesto entre hermanos, de Venezolanos que estamos soñando hoy, domingo, día de la Juventud en mi país, por construir un proyecto de futuro tan hermoso como enorme, lleno de posibilidades. Porque estoy completamente convencida que el paso que hoy damos, construye un camino hacía el país que merecemos, que podemos levantar a partir de este gran deseo de soñar con una Venezuela donde todos, tengamos un lugar.
Así sea.
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