viernes, 14 de septiembre de 2012
De vuelta al Cementerio de los Libros Olvidados: El Prisionero del cielo de Carlos Ruiz Zafón
Siempre diré, que hubo un antes y un después en mi vida luego de leer "La Sombra del Viento". Lo sé, puede parecer apresurado, aventurero incluso, hablar de esa manera de una novela que no pertenece a la lista de grandes clásicos que los intelectuales de centavito aprueban, no fue escrita por un Ruso y menos aun, es otra cosa que una gran historia. Porque lo digo desde ya, La Sombra del Viento no es una epopeya original, un drama épico que desgarra el alma, tampoco una épica inolvidable. Es solo una gran historia pero contada de una manera tan brillante, tan hermosa y tan perdurable, que si amas los libros, que si creciste, como yo, rodeada de palabras y páginas a medio escribir, sentirás que llegaste a casa. Tendrás de hecho, la sensación insistente que "La Sombra del viento" habla un lenguaje que comprendes muy bien, que te lleva justo al mismo centro de esa pasión por la lectura.
Soñar.
La Primera vez que leí el libro, lo hice en dos días. Me lo devoré sentada en restaurantes, sosteniendo con torpeza el libro mientras me llevaba bocados de comida a la boca con cierta torpeza. Caminé leyendo, me dormí con el libro entre los brazos. Y como sucede con todo libro espléndido que se precie, sentí una inenarrable tristeza cuando lo terminé. Añoré a sus personajes, leí capítulos por el mero placer de paladear de nuevo algunas escenas inolvidables. Porque quería más, necesitaba más de aquella historia.
Y Carlos Ruiz Zafón me lo dio.
Compré el Juego del Angel con una ansiedad ciega, irreprimible. Rompí el plástico que envolvía el libro en la misma libreria y comencé a leerlo en el autobus me tomé para llegar a mi casa. Lo leí sintiendo un alivio enorme, casi doloroso, por reencontrarme con el mundo que Carlos Ruiz Zafon construyó para sus lectores - de un lector para todo un universo de lectores, podría decir - y sintiendo que encontraría en esta nueva historia, la magia que me envolvió antes, que hizo inolvidable cada escena de la Sombra del viento.
No la encontré.
Es decir, sería injusto decir que El Juego del ángel es un mal libro. Sería además, no reconocer el valor de su historia, misteriosa y evocadora. Pero el Juego del Angel, definitivamente no es la sombra del Viento, y tal vez allí reside su principal problema. De manera que quizá, mi desencanto con la continuación de la historia que la precedió, no se debió a la falta de calidad de la narración en si - muy elegante y con la ejemplar solidez que define el estilo de Ruiz Zafón - sino al hecho que sabia a poco, ante la monumental belleza de la Historia de donde parece beber ( aunque no es así ). De hecho, mi decepción con el libro es parte de lo que parece ser una resaca emocional al no encontrar en él lo que buscaba - la continuación a la historia de la Sombra del Viento, propiamente dicha - y además, sentir que parte de esa fuerza narrativa, esos arcos argumentales tan impecables que Zafón habia construido, no terminaban de encajar. Como fuera, el hecho es que aunque pasa el aprobado por la mínima, y es un libro que puedo recomendar con amabilidad, El Juego del Ángel me pareció una sombra simple de lo que había sido el libro que lo precedió.
Así que cuando se publicó "El Prisionero del Cielo", tenía ciertas reservas. Inevitables quizás. Con todo y eso, fui de las muy desesperadas que leyeron el archivo en ebook antes de su publicación en papel - mea culpa - y recuerdo haber sentido una sensación muy parecida al alivio cuando leí los dos primeros párrafos de la novela y encontré JUSTAMENTE lo que estaba buscando en "El Juego del Ángel" y no encontré: Una secuela, propiamente dicha, de la Sombra del Viento. Me dejé llevar por la nostalgia de paladear de nuevo el apellido Sempere y saber que había ocurrido con Daniel, Fermín y toda esa inolvidable pléyade de personajes de los que deseaba saber hacia tanto tiempo. Sentí una felicidad muy infantil de reencontrarme con "mi" historia y comencé a leer la novela con la misma emoción que había sentido antes. La aventura había empezado, pensé. La historia estaba de nuevo en el lugar correcto, concluí.
Y me equivoqué.
Me equivoqué porque "El Prisionero del Cielo" resultó una decepción a toda regla. Y no hablo del mero hecho que me defraudó como planteamiento, historia y construcción narrativa, sino que además, es una novela que no funciona por sí misma, sino que depende, casi por completo de sus predecesoras y esa puede ser su mayor falla, su peor debilidad. Porque aunque el Juego del Angel tiene momentos preocupantemente débiles y el ritmo decae en varios momentos, la novela en sí misma, se sostiene, te atrapa y con cierta torpeza, logra intrigarte lo suficiente como para crear su propio ambiente. En cambio, "El prisionero del Cielo" flaquea al beber, casi por completo, de la trama de "La Sombra del viento" sin extenderla, sin enriquecerla. Es un mero subproducto que se tambalea peligrosamente, entre lo tangencial y lo débil. Porque preocupa es justamente la fragilidad de la historia, que flaquea en los momentos donde debería apuntalar la trama principal, que por cierto no es suya, sino de la Sombra del Viento en su totalidad. En algún momento de la lectura, pensé muy preocupada que Oscar Wilde tenía toda la razón: Cuando los Dioses quieren castigarte, te cumplen los deseos. Y yo había deseado muchísimo una secuela de "La Sombra del Viento". A toda regla, con los personajes y la historia original, un crecimiento del Universo que tanto me había cautivado en mi primera lectura. Lo había obtenido sin duda, pero que angustioso ese resultado desigual, sin consistencia, sin mayor belleza lírica. Una historia que parecía apoyarse en su fragilidad en la fuerza de la anterior y aun así, no tener la suficiente claridad para definirse así misma, para componer por si sola las bases de una narración que yo quisiera leer.
Por algún lado, leí que el autor explicó que la Sombra del Viento, sería una tetralogia y que el "El Prisionero del Cielo" no era otra cosa que un libro de transición entre lo que es una especie de preámbulo estelar de la historia ( con los dos anteriores volúmenes ) y el siguiente, el definitivo desenlace. Y preocupa esa idea, justamente porque la historia, por increíble que parezca perdió fuelle y fuerza y se debate en una especie de marasmo de pura confusión. Como lectora, más aun, como fanática, varias veces me detuve en la lectura para lamentarme de encontrar a mis personajes favoritos fragmentados, intentando definirse, recordar su identidad sin lograrlo. Y sentí dolor, por ellos, por la historia, por lo que pudo ser y el "Prisionero del Cielo" no alcanza ni al mínimo. Es simplemente una historia más, que vive de la gloria de una mucho más completa y hermosa, que no puede emular ni alcanzar bajo ningún aspecto.
¿Es entonces "El Prisionero del Cielo" un mal libro? No. Si lo leyera de manera independiente, sin haber leído antes "La Sombra del viento" diría que es una historia pasable, agradable, simpática en ocasiones. Pero comparada con su predecesora - incluso la irregular "El Juego del Ángel" - carece de todo sentido de la identidad, de la belleza y la fuerza que tuvo la historia original. Es simplemente lo que al parecer es la intención de su autor: Una historia que nos cuenta lo necesario para avanzar, que se limita a pespuntear algo parecido a una secuela sin serlo. No hay nada que sorprenda, agrade o atrape. Es simplemente un reflejo simplón y pesaroso de algo mucho más grande.
Igualmente, habrá que esperar algunos años - según Ruiz Zafón, no tiene idea de cuando terminará el siguiente volumen - para comprender mejor esta floja intentona de historia y juzgarla quizá con mayor bondad. Así lo espero al menos y mientras tanto, y para matar la nostalgia, no tengo otro remedio que tomar de nuevo mi pequeño refugio, la historia de todas las historias y paladear esa preciosa primera línea inolvidable: "Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados."
C'est la vie.
0 comentarios:
Publicar un comentario