jueves, 11 de octubre de 2012
Proyecto #12Autores: La vuelta al mundo en palabras
Desde hace al menos una década, llevo a cabo un proyecto anual de lectura. Comenzó siendo algo muy simple ( leer 12 poetas distintos en un año ) hasta convertirse en un verdadero reto: he leído un libro a la semana, doce libros en Inglés, doce Best sellers, doce Libros que jamás leería. El ejercicio, además de divertido, me ha permitido destruir mis propios prejuicios y sobre todo, tener la posibilidad de comprender - en la práctica - que leer, es una pasión libre y carente de limites.
Este año, mi proyecto consistió en leer doce autores extranjeros. Por supuesto que, el termino es lo bastante general como para caer en confusiones, así que me plantee varias reglas de entrada: deben ser autores a los cuales nunca escuché nombrar y cuyas novelas se preocuparan esencialmente por retratar sus países y culturas. Bajo estas premisas, comencé mi búsqueda.
No ha sido simple: Venezuela no es un mercado editorial muy variado, de manera que salvo algunas excepciones, casi todos los libros que leído hasta ahora ha sido en formato digital. Otro reto en si mismo, soy de las tradicionalistas que están profundamente enamoradas del olor de un libro, del sonido de las páginas, de la magia de saborear la primera página. De manera que desde el comienzo, el reto se planteaba difícil.
No lo fue. Aun así, tampoco ha sido sencillo. Digamos que ha sido rico, variado y muy significativo. En cada lectura, en cada nueva experiencia, aprendí no solo un poco de otros mundos - desconocidos, distantes - sino además, sobre mi misma. Una manera nueva de crear.
¿Y cuales fueron mis escogidos para mi proyecto? Aquí la lista ( y mis comentarios al respecto ) Por razones obvias, aun me faltan dos libros que leer, de los cuales prometo comentar en el venidero mes de siempre. Sin más preámbulos, empecemos con mi pequeña selección:
* Enero:
* Te acompañaré a casa, de Kjell Askildsen:
Llegué a este autor noruego por puro azar: leí su nombre en un artículo sobre escritores polémicos y aunque me llevó unos días de ardua búsqueda encontrar alguna de sus novelas cortas publicas al castellano, valió la pena el esfuerzo. La narración corta "Te acompañaré a casa" es un relato conciso, fuerte, poderosamente hilado que sorprende por su riqueza de lenguaje a pesar de su frialdad, me mostró un tipo de narrativa que se ve muy poco: Askildsen se niega a caer en facilismos emocionales y basa su prosa en un cinismo tan sutil como demoledor. Un escritor del cual me enamoré y se convirtió en unos de esos misterios literarios que vale la pena descubrir.
* Febrero:
* Hombres en el sol; Lo que os queda, de Ghassan Kanafani:
Nunca habría escuchado de este autor a no ser porque su nombre salió a relucir en un interesante documental sobre literatura asiática que disfruté el año pasado. De hecho, estuve buscando alguno de sus libros por meses enteros hasta que finalmente lo conseguí, en un pequeña web Inglesa. Entre una cosa y otra, el libro "Hombres en el sol; lo que nos queda" llegó a mis manos, casi cinco meses después y forma parte de esta lista por pura casualidad, lo cual debo decir agradezco profundamente.
Kanafani fue un escritor prolífico, pero sobre todo un hombre de su tiempo: Símbolo político del pueblo paquistaní ( el 9 de abril se celebra en toda Palestina su vida y obra ) es además un narrador exhaustivo de los pesares de su pueblo, de su largo peregrinaje al dolor y su lucha por reivindicaciones Me asombró su poder para hacer comprender al lector esa circunstancia del refugiado, del nómada, del pueblo sufriente. Todo un alegato que vive el pueblo palestino.
* Marzo:
* La trampa étnica de Benjamin Sehene:
Fue uno de los pocos libros de los cuales no encontré traducción y tuve que leerlo en francés, con todas las dificultades que eso supone. No obstante, aun así, me asombro y sobre todo me conmovió este relato del escritor ruandes sobre la tragedia étnica que significo la matanza de ciudadanos de origen Tutsis en Ruanda. Por momentos escalofriante, otras enormente intuitivo, el libro muestra esa cara de la tragedia pequeña, la de la casa destrozada, el niño huérfano la mujer violada. Debo confesar que varias veces lloré con su relato y me asombra aun, el poder con el que escritor retrato, sin caer en estereotipos e incluso sin expresar opinión, sobre lo ocurrido en el país africano.
* Abril:
* Una casa de carne de Yusuf Idris:
Lo que más me atrapo de este libro - doce pequeños relatos de un Egipto eminentemente rural en transición - es su ternura. Hablo que el autor, a pesar de dedicar largos y extensos párrafos en narrar las miserias, obsesiones y dolores de sus personajes, jamás juzga, nunca hace algo más que dotarlos de una humanidad casi radiante. Además el libro tiene una cualidad casi hipnótica: el autor narra sus historias con una informalidad que se agradece, una fluidez que brinda una sensación de casi familiaridad. Sensual, erótico, sorprendente por minutos, es un libro rico en matices que recomiendo con mucho gusto.
* Mayo:
* The Ridge and the River de Thomas Arthur Guy Hungerford:
Otras de las novelas que tuve que leer en su idioma original. Un relato enorme, duro y en ocasiones, crudo hasta lo desconcertante sobre la Segunda Guerra Mundial. El estilo periodístico del autor me gustó, aunque debo confesar que sus detalladisimas descripciones de batallas y estrategias militares me impacientaron un poco en más de una ocasión. Aun así, este australiano tiene una capacidad enorme para transmitir la angustia, la zozobra de la guerra y aun más, esa desesperación inaudita que abruma a las victimas de un conflicto bélico.
* Junio:
* El buen árabe de Yoram Kaniuk:
De Kaniuk había escuchado algunas cosas antes, sobre todo por sus prolíficas narraciones sobre el holocausto judío No obstante, su novela "El buen árabe" es una extraña y en ocasiones dolorosa narración sobre la convivencia entre judíos y árabes. El escritor dota a su relato de una cualidad doméstica, de una observación concienzuda de ese cotidiano resquebrajado por la violencia que viven y padecen millones de hombres y mujeres separados irremediablemente por la religión, la historia y la política. Una historia interesantisima, poderosa y sobre todo realista, que me obligo a replantearme unas cuantas ideas sobre la convivencia y la tolerancia.
Julio:
* El Dios de las pequeñas cosas de Arundhati Roy:
Este libro me asombro - y me cautivó - por un par de cosas: tiene la capacidad de atrapar ( a pesar de su densidad y extraña manera de construir arcos narrativos ) y su enorme humanidad. Porque ante todo, la escritora India muestra una parte de su cultura con una delicadeza que asombra, emociona y enternece. es un libro por momentos duro, en otros divertido, pero sobre todo poderoso. Una narración espléndida sobre la circunstancia, el poder de lo diminuto y valioso en la vida que llamamos, con mucha inocencia, cotidiana.
* Agosto:
* Grandes Pechos, amplias caderas de Mo Yan:
Hoy comentaba en la red social twitter que este libro llegó a mis manos por purisima casualidad. Y es así: le pedí a mi amigo E. me comprara en Nueva York un libro del escritor "más extraño" que encontrará. Una semana después, recibí esta estupenda novela, de un escritor que hoy se ha convertido en el premio Nobel de literatura 2012. Me sobresaltó escuchar su nombre, no solo porque nunca esperé estuviera entre los favoritos para el premio Nobel - sus novelas densas, localistas, un poco claustrofobiacas duras - no es lo común dentro de los que parecen ser los parámetros del prestigioso galardón sino por su discreción Mo Yan es un escritor de historias profundamente ricas en humanidad, de traspiés errores, pasiones y silencios. Hay una cierta sutileza, una exquisita visión de la cultura china que me asombró y atrapó. Celebro entonces este meridisimo reconocimiento y sobre todo, al valor de su obra.
* Septiembre:
* El joven de oro de August Cesarec:
El más político de todos los escritores de este pequeño proyecto, hasta ahora. Sus relatos son pequeñas piezas que parecen encajar cuidadosamente, a pesar que en ocasiones, el lector tiene la impresión que la historia se desliza hacia una serie de ideas excesivamente radicales que afectan un poco ese delicado equilibrio del entramado de la historia. Aun así, el escritor mantiene un impecable pulso: En el joven de Oro, Cesarec realiza una crítica durísima hacía los valores capitalistas, la burguesía y la decadencia de una sociedad superficial. No es una lectura sencilla y de hecho, me produjo cierto sobresalto que la historia en ocasiones perdiera parte de su fuerza, a favor del alegato político.
* Octubre:
* Huesos dispersos de Awang Usman:
Es la única novela que me constó llevar el hilo debido a su extremo localismo. No obstante, este escritor Malayo recrea la vida y vicisitudes de una Malasia rural con enorme acierto, y sobre todo, una profunda sensibilidad. Me capturó sobre todo la belleza de sus escenas - enmarcadas en la belleza exótica de una Malasia de ensueño - y esa ternura casi infantil de sus personajes, idealistas y héroes de sus circunstancias.
Como dije, aun debo leer un par de libros más para completar el Proyecto, pero hasta ahora la experiencia ha sido magnifica y muy enriquecedora. ¿Te animas a comenzar uno parecido el año entrante? Te aseguro, será una de esas experiencias intelectuales enriquecedoras y sobretodo, inolvidables.
1 comentarios:
Me encantó esta idea. Tendré que buscar un tema y hacer lo mismo para el año entrante, ¡gracias por la sugerencia!
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