viernes, 6 de febrero de 2015
Proyecto "Un género cada mes" Febrero - Ciencia Ficción: "Neuromancer" de William Gibson.
Se suele decir que la novela "Neuromancer" de William Gibson es quizás una de las más importantes del género de Ciencia Ficción jamás escritas. Puede parecer una exageración, sobre todo en vista de lo prolífico del género, pero una vez que se analiza las implicaciones de su historia y sobre todo, la vuelta de tuerca que el escritor brindó a lo que hasta entonces había sido el planteamiento de la distopia en la literatura, puede comprenderse sus alcances. Porque Neuromancer no es sólo una narración que engloba lo mejor de esa visión reconstructora de la Ciencia Ficción, sino que además, le brinda la profundidad como para crear una intepretación por completo nueva del planteamiento. La novela no sólo es un precursor de lo que vendría después, sino de la manera como se asume la Ciencia Ficción actualmente: una mezcla de referencias culturales elementales y su reconstrucción como una mirada al futuro.
Porque "Neuromancer" elabora un tipo de visión sobre el futuro que asombró a criticos y público: creó todo un nuevo Universo a la medida de un tipo de percepción sobre la tecnología por completo original. Desde popularizar el término "Ciberespacio" - que hasta entonces había sido utilizado con cierta renuencia y sobre todo, con enorme torpeza tanto en literatura como cine - hasta instaurar el Ciberpuk como género literario por derecho propio, Neuromancer se sostiene sobre ideas que hasta entonces, habían sido desconocidas o tocadas de manera tangencial. Gibson no sólo las transforma en una interpretación renovada de lo que la Ciencia Ficción es, sino que además, les brinda un elemento sucio e informal que las convierte en un elemento creíble y accesible. Porque más allá de la distopia por sí mismo, la ultratecnología en "Neuromancer" se convierte en un elemento accesible, elemental en medio de planteamientos. La historia se debate y se mira hacia misma a través de una míriada de personajes futuristas pero no completamente ajenos a la realidad: desde los Hackers hasta los Cyborgs, el mundo de "Neuromancer" parece sacudirse entre la influencia de Mafias y drogas, de sentimientos y terrores tan humanos como definibles. De manera que no sólo se trata de construir una versión del futuro consumible sino hacerla creíble. Y Gibson lo logra.
Y es que "Neuromancer" es una novela de héroes y villanos al uso, pero no por completo tópica y allí, su cualidad única. La narración parece desarrollarse en una constante aventura, un enfrentamiento entre personajes llenos de matices y extravagantes historias y sobre todo, entre dos mundos, el real y el ciberespacio. Pero "Neuromancer" es mucho más que eso, es una alegoría elemental entre lo que asumimos real y lo que no lo es, la aspiración del hombre por reconstruir su propia percepción de lo que vive y los terrores culturales que se esconden en ese planteamiento de un futuro derrorista y a fragmentos, devastado por tragedias inimaginables - una Tercera Guerra Mundial de la que sólo conocemos en escenas desordenadas - y esa concepción temible sobre lo que consideramos posible. De hecho, "The Sprawl", la megalópolis donde se desarrollan algunos tramos de la historia, es una visión deprimente y desconcertante del mundo industrializado: Con su enorme extensión - según el libro abarca casi toda la Costa Este Estadounidense - protegida por cúpulas geodésicas y condenada en algunas regiones a una noche perpetua, parece ser una clarísima alegoría sobre los peligros de la tecnología, la perdida de la identidad del hombre sobre sus creaciones y lo que resulta más curioso, la supervivencia del ingenio humano a pesar de las espantosas tragedias que pudiera soportar. Todo lo anterior mezclado con un ambiente violento, trepidante y desconcertante.
Más de una vez, se ha insistido que "Neuromancer" es una metáfora ideologicamente correcta sobre un futuro destruido por la ambición humana. Pero resulta una lectura muy sencilla para lo que parece ser un planteamiento complejísimo y elaborado sobre lo que el ser humano puede aspirar y construir a partir de sus esperanzas y terrores. Gibson elabora una idea de futuro en extremo compleja, una debacle tecnología que a su vez, provoca una aparente consecuencia social - política. Sin embargo, el escritor no se detiene demasiado en explicaciones y de hecho, es evidente su intención de incluir el subtexto sobre su planteamiento cultural de una manera sutil, extrañamente discreta. La historia de "Neuromancer" se construye y avanza a partir de esa noción de lo que se comprende sobre la marcha, de los pequeños paisajes de una cultura que se asoman en medio de las elaboradas escenas. De manera que aunque Gibson no dedica parrafos especificos para describir la forma como el hombre reconstruyó el mundo a partir de sus carencias y tragedias, sino lo deja claro a partir de detalles poco concluyentes, que no obstante se sostienen entre si y funcionan con la precisión de un cuidadoso mecanismo. Más allá de la trepidante trama central, Neuromancer es una poderosa aproximación a la identidad del hombre por el hombre; desde sus escenas intrincadas y casi poéticas, su terminología y lenguaje propio e incluso esa agilidad abrumadora que avanza página tras página como una idea que se reconstruye así misma. Nada sucede por Azar en este Universo concebido en cada milimétrica concepción ni mucho menos, carece de sentido y oportunidad.
Más allá de su éxito literario, "Neuromancer" es una propuesta definitiva y de ruptura dentro de lo que a la Ciencia Ficción como cultura se refiere. Un fenómeno que brindó toda una nueva estructura de lo que hasta entonces había sido una percepción sobre la tecnología como elemento creativo y sobre todo, origen de toda una original percepción sobre la naturaleza humana. Gibson no sólo cimentó las bases de todo una insólita interpretación sobre lo humano y lo mecánico, sino que creó, en un escenario formidable y profundamente simbólico, un tipo de visión sobre la incertidumbre del hombre sobre el futuro tan realista que provoca incomodidad. Y es que probablemente el mayor triunfo del escritor sea encontrar esa idea que se presume cierta en medio de toda una percepción de lo mecánico e industrial que resulta asombrosa por su complejidad. En una época donde Internet era sólo una expectativa y que la tecnología seguía sin considerarse imprescindible, Gibson mezcló ambas ideas para elaborar un mundo nuevo, una estética desconocida y una percepción de la realidad ficticia tan cerca de la realidad actual que sorprende. Una idea que no sólo ha sido reinventada en cientos de ocasiones a partir de entonces, sino que además, elaboró esa reflexión insistente sobre la fragilidad de lo que consideramos realidad. Esa ruptura entre el ahora y el posible al que Gibson supo brindar una cualidad metafórica hasta entonces desconocida.
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4 comentarios:
Kelvinperdomochung@hotmail.com y gracias.
kelvinperdomochung@gmail.com y gracias.
Me gustaría leerlo
jjjaimesj@gmail.com
Me gustaría leer el libro. La descripción que Ud. hace del mismo esta impecablemente desarrollada. Mi correo es aaag1969@gmail.com ... Alexander Acosta Guerra (Maracaibo)
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