lunes, 28 de diciembre de 2015
ABC del fotógrafo curioso: La imagen como una forma de arte y otros cuestionamientos modernos
Con frecuencia, se insiste en que la fotografía no se aprende, sino que se practica, una frase que parece resumir las ideas — y también prejuicios — más habituales que se tienen sobre la educación fotográfica. Por supuesto, no se trata de algo que sorprenda: la fotografía fue considerado quizás por demasiado tiempo la consecuencia de una actividad mecánica antes que intelectual. Por casi medio siglo, el conocimiento fotográfico se transmitió de manera oral y a través de la experiencia de un fotógrafo a otro, en una especie de tradición semejante a la del pintor y aprendiz. El fotógrafo enseñaba lo aprendido bajo un método rudimentario pero efectivo que permitía al futuro creador visual, asumir la fotografía como una técnica y arte en constante transformación.
No obstante, llegado a cierto extremo, incluso esa metódica transmisión de conocimientos resultó insuficiente para educar — en todo lo que implica crear desde la técnica con aspiraciones estéticas y conceptuales — a cualquier artista que aspirara a crear a través de la imagen inmediata. Así que enseñar — y aprender — fotografía se encontró en medio del insistente debate de hasta donde se puede enseñar un talento artístico — de poderse — y hasta que punto es necesario enseñarlo.
Tal vez por ese motivo, aún ahora, es necesario comprender la educación fotográfica entre ambas vertientes. Una discusión esencial que permite al fotógrafo no sólo diversificar sus medios de aprendizaje — ¿que enseña? ¿Que permite el aprendizaje fotográfico como elemento teórico? — y sobre todo, hacia donde se dirige como creador visual. Un fotógrafo no es sólo el operario de una herramienta mecánica y tecnológica: es un artista que utiliza la cámara para crear expresiones visuales sustentadas en concepto. ¿Cuál es entonces el punto intermedio entre ambas cosas? ¿Qué conjuga la experiencia constante del fotógrafo con el conocimiento técnico?
Quizás, nadie tenga una respuesta a ese planteamiento. No al menos, una que pueda abarcar todo lo que la fotografía es y sobre todo, puede aspirar a ser a través de las connotaciones estéticas y artísticas que pueden otorgarle sentido y forma. Aún así, el debate parece abrir la reflexión hacia un aspecto más amplio de la fotografía no sólo como un conocimiento que se crea y se sustenta a través de la práctica incesante, sino una forma conceptual de expresión artística. La fotografía como arte pero también, como trayecto intelectual que construye una propuesta estética.
¿Y que aspectos pueden sustentar esa hipótesis? ¿Que ideas pueden construir una perspectiva sobre la fotografía basada en su aprendizaje como elemento artístico? Tal vez las siguientes:
* Reflejo, ventana o puerta.
Ninguna fotografía es inocente, mucho menos accidental. Cada idea fotográfica contiene una serie de símbolos, referencias e ideas basadas en el punto de vista de su autor y sobre todo, en su necesidad de comunicar expresiones intimas a través de la imagen. Por tanto, incluso las fotografías aparentemente casuales, contienen una considerable cantidad de información específica sobre las opiniones y percepciones del fotógrafo sobre el espacio, la identidad y la connotaciones que el autor brinda a lo que le rodea. Por tanto, la fotografía no es simplemente un documento en estado puro — que podría serlo — sino también, un reflejo sobre el mundo interior del fotógrafo y más allá de eso, la capacidad que tiene para construir ideas complejas sobre sí mismo y lo que asume real.
Pero también, la fotografía puede ser una ventana: una expresión visual consistente sobre la realidad creada para no sólo expresar las ideas íntimas del autor, sino también la realidad que la sustenta. ¿Que vemos cuando contemplamos una fotografía? ¿Que mensajes pueden construir no sólo los elementos que las conforman sino también los que sostienen su capacidad de reflexionar sobre la realidad? La idea de la fotografía como una ventana no sólo sustenta los anteriores cuestionamientos, sino que además, los transforma en teorías concretas sobre el hecho de fotografiar. Captamos imágenes no sólo para mostrar — o analizar — escenas de lo que nos rodea sino para plantear conceptos sobre la realidad que asumimos de enorme valor artístico.
El concepto de la fotografía como puerta parece contradecir las ideas anteriores, porque confiere valor específicamente a ideas fotográficas basadas en el tránsito de la imagen desde el documento a la hipótesis. ¿Qué es la fotografía? ¿Una idea privada que se construye a través de una imagen y se muestra como parte de un paisaje de símbolos? ¿O algo mucho más sutil, elaborado a base de lo que asumimos la fotografía puede mostrar, incluso involuntariamente? La fotografía como documento puro no sólo abre espacios intelectuales y conscientes sobre la realidad — la analiza, la desmenuza, la comprende — sino que también, sostiene toda una declaración de ideas. Una puerta abierta hacia un concepto muy específico basado en la realidad. Una perspectiva que atraviesa la realidad para expresarse y sobre todo, para crear una respuesta — imaginaria, inexacta, siempre incompleta — sobre la reflexión que intenta construir a través de la creación artística.
* La problematización del mensaje.
El investigador y profesor de fotografía Venezolano Wilson Prada, suele decir que toda fotografía debe “problematizar” las cuestiones sobre las que medita, con el objetivo de madurar y profundizar en el mensaje en que se basa. Por supuesto, el planteamiento abarca ideas tan abstractas como cuál es el propósito de la fotografía y más allá de eso, que asume necesario el hecho fotográfico para expresar una idea compleja. No obstante, la “Problematización”, término que parece apelar a la necesidad de reestructurar lo esencialmente fotográfico hacia una idea mucho más sensitiva y complicada, se basa en la transformación del lenguaje visual. En la capacidad para madurar, hacerse más simbólico y abstracto, en encontrar un punto exacto que pueda sostener no sólo lo que se plantea — como concepto y como hecho estético de la fotografía — sino algo más profundo. La idea que crece y se hace mucho más personal como expresión de la capacidad creativa del autor fotográfico.
¿La fotografía evoluciona? ¿La idea fotográfica crece y se hace cada vez más personal? Puede hacerlo, en la medida que el fotógrafo esté consciente que la fotografía es una manera de mirar, no solamente la mirada que dirige hacia una situación, idea o expresión artística. La fotografía se hace cada vez más profunda e intricada en la medida en que su autor tome el riesgo consciente de construir planteamientos más duros, inusuales. Que recorra el camino menos transitado en cuanto a lo que desea construir como expresión del yo. La fotografía no es un arte sencillo: es un planteamiento que re dimensiona la realidad a través del intento de su autor por crear una idea concreta. Y a través de ella, una expresión elemental sobre su identidad.
* El mensaje, el símbolo y el lenguaje.
El fotógrafo Constantine Manos suele decir que la fotografía es un abstracción que se construye a través de elementos simbólicos, lo que equivale a decir que una fotografía sólo tiene sentido si se sustenta sobre el contexto necesario o mejor dicho, en un correcto uso del mensaje como medio de expresión. Eso, a pesar de considerar la fotografía un lenguaje Universal que puede ser comprendido por cualquiera. No obstante, a pesar de lo general de su planteamiento — la imagen se mira como una expresión concreta de la realidad que se concibe como idea formal — la fotografía tiene un mensaje implícito, una intencionalidad que la dota de sentido y profundidad. Y esa capacidad de construir ideas se basa esencialmente en el hecho que toda fotografía contiene información evidente o sutil sobre su autor, el momento histórico que capta o incluso, concepciones tan ambiguas como lo emociones y las percepciones intelectuales del fotógrafo sobre su entorno. ¿Como construir una idea consistente sobre planteamientos tan generales a través de la imagen? Asumiendo el hecho que toda imagen es una reflexión consistente sobre nuestra identidad.
Dice Manos que todo fotógrafo es un creador comprometido con su propio discurso, en otras palabras, el mensaje que sostiene su creación visual. Y por ese motivo insiste en que la fotografía debe mostrar un punto de vista subjetiva por necesidad. “Intenta no hacer fotos que simplemente muestren cómo es algo. Por el modo en el que unas los elementos de la imagen en la fotografía, enséñanos algo que nunca hayamos visto antes y que nunca jamás volveremos a ver. Y recuerda que capturar el momento hace una imagen mucho más singular con el paso del tiempo” dijo en una ocasión en que se le preguntó cual era su mejor consejo para los fotógrafos de la nueva generación. Y en cierto modo, más que un consejo, es un análisis concienzudo sobre lo que la fotografía puede ser: Un documento destinado a persistir en el tiempo y a contar una historia capaz de sustentarse en la interpretación de su autor.
* El medio es el mensaje.
Decía Marshall Mcluhan que toda obra artística debe expresar un mensaje. Claro y definido, sutil y ambiguo. Cual sea la connotación esencial de lo que se crea, la obra artística se sustenta sobre un mensaje que intenta transmitir no sólo el pensamiento subjetivo de su autor sino algo más amplio: los símbolos que puede contener y que forman parte a la cultura a la que pertenece, a la idea mucho más amplia que la conforma. Crear imágenes no solamente implica asumir que hay algo que decir sino también, que será expresado de una manera nueva.
Tal vez por ese motivo, el fotógrafo Jonas Bendiksen, suele insistir en que la fotografía necesita ser comprendida como un todo ( o mejor dicho, un cúmulo de significados conceptuales bien estructurados ) y no solamente como una reflexión visual basada en accidentes conceptuales. “La fotografía es un lenguaje. Piensa en lo que quieres contar con ella. ¿Qué te interesa? ¿Qué preguntas quieres hacer? Luego, ve a por ello y vuélcate a hablar sobre ese tema usando la fotografía. Crea una obra sobre eso” suele recomendar el fotógrafo, conocido por su espléndido y concienzudo trabajo fotográfico, pero sobre todo, por su capacidad para contar historias visuales. La idea que se construye a través de lo que se asume inmediato y lo que no puede serlo. La suma del mensaje visual.
* La fotografía como Identidad.
La fotografía es como cualquier otra manifestación artística, una mezcla de identidad, capacidad de observación y sobre todo, una idea específica sobre lo que creas y como expresa tus ideas. De manera que la imagen — como producto — se basa en quien eres, qué deseas decir y sobre todo, como deseas comunicar el cúmulo de reflexiones y pensamientos que la fotografía suele contener. Una experiencia que usualmente conduce hacia una forma de crear basada en lo singular de nuestro planteamiento.
Así que, crea tu propio Universo, tu lenguaje, tu punto de vista sobre quien eres y lo que construye tu imagen como mensaje artístico. Crea a partir de todo lo que pueda sostener lo que haces, lo que consumes como idea, lo que te rodea como elemento y que puede ser transformado en lenguaje. Cuestionate no sobre la originalidad — un tema que necesita un largo debate — sino en la singularidad de lo que elaboras como idea. No se trata que tan distinto seas, sino con que facilidad puedes expresar visualmente tu particular punto de vista sobre quien eres y cómo interpretas el mundo. Después de todo, la fotografía es un ejercicio de continua introspección y también de un incesante cuestionamiento personal.
* El Asombro y la imagen incesante.
El tema de la originalidad es un debate muy frecuente en la fotografía: ¿Puede crearse algo realmente y fresco en la actualidad? ¿Puede alguna fotografía sorprender y desconcertar en una época como la nuestra, donde los medios se han democratizado y la accesibilidad hacen que se produzca una incesante sucesión de imágenes? Y es que en el arte, la teoría sobre lo que es original o no, suele ser asumida como una idea que se basa en la forma, más que en el concepto y por lo tanto, construída sobre la posibilidad de ser visualmente atractiva, antes que cualquier otra cosa. No obstante, la originalidad fotográfica no se basa en cuánto puede asombrar como producto, sino cuanto puede intrigar como concepto, lo cual crea una connotación de la imagen por completo nueva.
¿Qué hace a una fotografía única? ¿Lo que se muestra o lo que se analiza? ¿Lo que se sostiene sobre un concepto visual o lo que se sustenta sobre la aspiración estética de su autor? Quizás se trata de una combinación de ambas cosas. Y más allá de eso, de una búsqueda de significado más que de expresión consecuente. Una fotografía es una pieza artística en tanto sea capaz de mostrar ideas complejas a través de elementos. Una fotografía puede provocar asombro gracias a su capacidad de dar una vuelta de tuerca a conceptos muy manidos y conceptualizados. De manera que una pieza artística fotográfica encuentra su valor en la reflexión de la imagen una construcción de ideas basadas en dimensiones nuevas de lo que se plantea. O lo que es lo mismo, en su capacidad para mostrar una nueva expresión de lo común.
* La identidad y la creación fotográfica.
¿Quienes somos como artistas? ¿Qué deseamos expresar? ¿Que planteamientos mostramos con respecto a nuestra herramienta creativa? Son preguntas que suele plantearse con frecuencia cualquier creador visual. Y no obstante, la idea sobre la creación fotográfica parece basarse en reflexiones incluso más desconcertantes. ¿Que hace una fotografía sea única, reflejo de la identidad de su autor? ¿Qué hace que pueda comprenderse como una idea compleja, elemental y sobre todo consecuente con el punto de vista del fotógrafo? ¿Lo hace su capacidad para reflejar el mundo interior del creador o se trata de algo más profundo y elemental?
Quizás no existan respuestas para ninguno de esos planteamientos. O de haberlas, estén basadas en nuestra personalísima percepción de lo que un fotógrafo puede crear a través de su imagen. ¿Es la fotografía un concepto o algo más enrevesado? ¿Una mezcla de nuestra individualidad y como elaboramos nuestra personalidad artística? Tal vez sea una combinación de ambas cosas, pero es labor del fotógrafo — como artista pero sobre todo, constructor conceptual — encontrar esa idea que sustente tanto lo que muestra — como elemento esencial — y lo que comunica — como expresión ideal — de la fotografía. Una forma de construir una idea mucho más amplia de la realidad.
Una lista corta, sin duda, pero que aún así resume parte de las inquietudes de buena parte de los fotógrafos que conozco sobre el motivo por el cual fotografiamos, nuestra intención artística y lo que parece ser más importante, la idea que construye algo tan profundo como nuestra intención al crear.
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