lunes, 15 de octubre de 2018
Crónicas de la lectora devota: “Uno o dos de tus gestos” de Jorge Gómez Jiménez. Proyecto veinticuatro voces Venezolanas.
La noción sobre lo femenino suele ser ideal y en la mayoría de las ocasiones, fruto de una persistente necesidad de convertir a la mujer en una idea consecuente y elabora a través de ideas culturales mucho más antiguas. Ya lo decía Claude Lévi-Strauss, al insistir en que “lo femenino” era un elemento conector entre las diferentes historias genealógicas de la humanidad, tesis que Lacan extendería y profundizaría, hasta hacer la incómoda inferencia que “la mujer no existe”. De modo que hay una imagen estática, extraordinaria y perfecta que se suele llamar “el misterio femenino”, una combinación entre un ideal borroso sobre la mujer y algo más abstracto, que suele asociarse con cierta dulzura y fragilidad. Una imagen que parece flotar en el subconsciente colectivo: mezcla entre la belleza y una cierta sugerencia del misterio. Una visión esencial de lo que la cultura considera como parte elemental de la mujer y la forma como esa identidad genérica se manifiesta.
El escritor Jorge Gómez Jiménez contradice por completo semejante visión y crea una expresión sobre lo femenino que sorprende por su profundidad y conmovedora fidelidad al enigma del individuo, en su libro “Uno o dos de tus gestos”, una colección de relatos en que la mujer es la protagonista indiscutible pero también, la delicadísima conexión entre la multiplicidad de rostros del amor, la belleza, el poder de la convicción moral y algo mucho más sutil que el escritor elabora con pulso delicado y elocuente. Cada uno de los cuentos no sólo es la descripción de la esa individualidad construida y reconstruida desde la literatura como piezas de orfebrería de un mecanismo complejo, sino además, una mirada consecuente con esa noción sobre la mujer que nace de una comprensión plena del poder intelectual y emocional de lo femenino. Cada uno de los cuentos de Gomez Jimenez, disfruta de una autonomía sincera, pero también, de una pulsación casi erótica en la sutil emoción que describe, enarbola y expresa a través de íntimas anécdotas, algunas tan simbólicas como antiguas, otras tan modernas como desconcertantes. Pero siempre es la mujer la que se encuentra en el centro del relato. Siempre es la mujer la que avanza con paso firme — entre insinuaciones, contradicciones, miradas, recuerdos, besos, incluso más allá del velo de la muerte — hasta rememorar un imaginario de profundo simbolismo que Gómez Jiménez maneja con soltura y precisión. Cada uno de los cuentos del libro, parece construido para mirar hacia el Universo de lo sutil con una maniobra de fe — lo veo, lo asumo, lo presumo — y convierte a cada uno de sus personajes en una concepción perpetúa sobre la mujer — descarnada y real — como elemento perdurable en la memoria cultural. Todo un acierto que convierte al libro en una mirada hacia lo misterioso bajo la excusa del amor y otros tormentos.
La historia siempre ha sido muy poco caritativa con el sexo femenino. Tal vez se deba a que la mujer según la visión cultural cayó en desgracia muy pronto a través de los símbolos religiosos — la Mitológica Eva condenando al mundo al sufrimiento debido a su curiosidad — o al simple hecho, que la visión patriarcal de la sociedad siempre dejó muy claro que la mujer no tenía identidad propia. Cualquiera sea el caso y a pesar de las reivindicaciones pasadas y presentes, la decidida transformación de la opinión social de la mujer, lo femenino continúa limitado a una serie de ideas que se acepta como cierta aunque no se tenga real idea de donde provienen. Jorge Gómez Jiménez rompe con el tabú de origen y crea palabra a palabra, un Universo de mujeres, o mejor dicho, una contemplación casi onírica de la noción de lo femenino como algo más complejo que la mera concepción de su existencia. Con cierto dilema existencial no resuelto, “Uno o dos de tus gestos” es un compendio de interrogantes sobre el creer y el hacer entre los vínculos sutiles que unen a la sin razón de lo que somos, a dónde vamos y el por qué avanzamos con la síntesis elemental de lo que llamamos realidad. Para el escritor, la muerte y la vida, el recuerdo y la remembranza son cuestiones que deben ser analizadas desde la metódica mirada del tiempo como telón de fondo de la identidad. Y es entonces cuando “Uno o dos de tus gestos” alcanza su punto más alto: los besos son puentes entre la vida y la muerte, la belleza se convierte en hechizo y al final, todas las mujeres del autor — o todas las mujeres que recrea con considerable potencia — son rostros animados por la veracidad y la concepción de la individualidad como una prenda de valor insólita bajo la percepción de la ternura sugerida.
Se suele decir que el peor castigo que la sociedad Cristiana patriarcal esgrimió contra las herederas de Eva había sido el anonimato. Jorge Gómez Jiménez lo sabe y es por ese motivo quizás que todos sus personajes — esa pléyade de mujeres extraordinarias y los hombres que las aman — son destellos de una vitalidad asombrosa y profundamente sentida. La mayoría de los cuentos se titulan con el nombre de una mujer: una especie de desafío directo a ese silencio literario al que muchas veces se somete a la mujer. Al contrario, Gomez Jimenez usa los nombres de las mujeres como una especie de poder apotropaico que destroza el silencio de lo anónimo para brindar un sincero homenaje a la naturaleza femenina. A la vez, el autor utiliza a la mujer — su naturaleza escindida, su complejidad — para crear asociaciones muy directas con el despertar sexual, el amor como fuente de profunda creatividad y la belleza como expresión de fe y sobre todo, de un tipo de concepción sobre lo humano y lo erótico que sorprende por su cualidad elemental. Tal pareciera que Gomez Jimenez elabora en sus relatos metáforas de las imágenes de las misteriosas Sheela-na-gigs — esas pequeñas esculturas de mujeres que se abrían la vulva con las manos y eran consideradas sagradas — y los cultos que consideraban a la mujer símbolo de prosperidad.
Porque sin duda, “Uno o dos gestos” es una meditada disertación sobre el amor, lo poderoso de los sentimientos, pero también lo enigmático del impulso vital, otro entremezclado por la concepción evidente sobre la mujer que crea, la mujer que toma la iniciativa y se sostiene sobre un lenguaje proverbial. Para el escritor, la noción sobre el amor y el deseo, es gallarda, en ocasiones otoñal pero en otras muy viva y llena de reflejos de otras medidas culturales sobre la búsqueda del yo en el otro, el amor como hilo conductor de las ideas.
Claro está, Jorge Gómez Jiménez analiza la belleza a través de una cierta estructura emotiva que hacen de sus relatos una travesía de profundo interés hacia el corazón de la mujer y el hombre, como reflejo uno del otro. De la misma forma que hace siglos manos masculinas pintaban con enorme mimo Rosas, triángulos, flores exuberantes coloreadas y pintadas, Gomez Jimenez enarbola su propia simbología hasta construir un jardín literario en el que la mujer reina pero también refleja la percepción del autor sobre lo poderoso, lo hermoso y lo sentido. También hay mucho de erótico, de una lujuria apenas entrevista, de la exquisita delicadeza del toque experto del placer y la connotación de la ternura convertida en deseo. Como recuerda Gloria Steinem, a partir del libro de Mithu M. Sanyal “Vulva. La revelación del sexo invisible”: “La forma que llamamos ‘corazón’ — que en su simetría se parece mucho más a la vulva que al órgano asimétrico cuyo nombre lleva — es probablemente un símbolo remanente del genital femenino. Siglos de dominación masculina lo han despojado de su poder y reducido al romanticismo”. Y Gómez Jiménez no sólo parece saberlo, sino que lo plasma con mano diestra en cada uno de sus relatos.
Un corazón que muestra no sólo la emoción más pura, sino la invitación más secreta de la mujer salvaje, de la diosa primitiva que se abre para proteger y disfrutar desde el “corazón” del placer femenino que a pesar de siglos de silencio continúa palpitando con exacta energía, como símbolo perenne de un tipo de poderosa libertad. Para Jorge Gómez Jiménez, esa mujer secreta es la verdadera protagonista de “Uno o dos de tus gestos” , escondida bajo docenas de nombres y en maravillosas escenas de dolorosa ternura. Una mujer primordial que el escritor trae a la vida y construye a través de una percepción sensible sobre lo femenino y su poder real.
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